Me gustan las fotos periodísticas. Son las mejores, siempre. Partiendo de la base que toda foto es, en el fondo, una foto periodística, quizás decirlo así sea una redundancia. Pero entienden lo que digo: los fotógrafos son más dementes y están más cerca de la realidad que los periodistas. Los periodistas siempre pueden arreglar el trabajo en la sala de edición. Un fotógrafo no puede llegar tan lejos (y Photoshop no llega a tanto). Un buen fotógrafo tiene pruebas de que es un buen fotógrafo. Los periodistas, incluso los grandes periodistas, sólo son remedos de los buenos fotógrafos: si son buenos y saben escribir, pueden crear imágenes potentes. Los fotógrafos tienen esas imágenes. Y no tienen que decir nada.
De haber tenido el talento y el ánimo de riesgo, me habría dedicado a la fotografía. No pude, pero admiro a los fotógrafos. Por lo demás, los fotógrafos que conozco, los buenos, hablan poco y son humildes. Un fotógrafo que llama mucho la atención sobre sí mismo no entiende nada.
Toda esta intro es para decir dos cosas. No, tres cosas. Uno, echen una mirada a Slate, la mejor revista en internet que conozco… porque parece de papel. Tiene un par de buenos artículos y de columnistas (a veces se enfocan demasiado en las tendencias falsas, una muleta del periodismo gringo). Slate, que tiene estupendos editores, está aliado con la ultrafamosa y mítica agencia Magnum, que publica aquí sus fotos como si fuera revista. El tema de portada de este minuto (que en Slate puede cambiar en unas horas) es sobre las fotos de Magnum sobre la tragedia de hace un año en Tailandia. Personalmente recomiendo este link, un ensayo en imágenes sobre las elecciones en Bolivia. Impresionante.
Lo segundo es recomendar un sitio chileno dedicado al fotoperiodismo, y que semana a semana, y desde Valparaíso, dan clases de lo que un verdadero fotógrafo debe hacer: estar en la calle, y verlo todo como si se estuviera viendo por primera vez. Los amigos de Huella Digital (César Pincheira fue compañero mío en la universidad) tienen el hambre de imágenes que uno no ve muy seguido en los medios locales (lo que, me consta, no es porque haya malos fotógrafos trabajando en los medios, sino porque los editores fotográficos son los raros… esconden lo bueno).
Lo tercero es contar una infidencia personal. Desde hace casi un año soy productor ejecutivo en un documental que me tiene muy entusiasmado. Se llama «La ciudad de los fotógrafos» y lo dirige Sebastián Moreno. Sebastián es fotógrafo, su padre es fotógrafo, y la película es un retrato del trabajo hecho por los principales fotógrafos de los medios de oposición en la época de Pinochet (Alvaro Hoppe, Claudio Pérez, Jorge Ianisewski, Helen Hughes, tantos más que se me escapan en este minuto). Como saben, ésta fue la mejor época de la fotografía periodística chilena. Sebastián, tozudo y talentoso, lleva casi tres años en este proyecto documental, y yo me sumé de patudo, para ver si algo podía ayudarlo a conseguir fondos para hacerlo. Algo conseguimos, así que la película debería estar lista a mitad de 2006. Llegado el momento no tendré ninguna vergüenza en autopromoverla. Sé, me consta, que va a estar buena.
Ahora que se acaba el año, y miramos los doce meses que pasaron, las imágenes van y vuelven como fotos. Es ahí cuando las echamos de menos y nos acordamos de ellas.
5 respuestas a «Fotógrafos»
Duda de un afuerino: en Chile, ¿cuál es la diferencia entre un productor ejecutivo y el productor a secas?
Depende mucho: pero más o menos es así. El productor en terreno es el jefe de la filmación misma: se encarga de que todo ande sobre ruedas en cuanto a equipo tecnico, transposte, alimentacion, necesidades de guión, etc. El productor ejecutivo, en cambio, es un vago que va a reuniones, hartas reuniones, y que se preocupa que la pelicula logre el financiamiento que necesita, logre ir a festivales, se venda en distintos mercados, o sea, tenga viabilidad economica para que nadie se vaya a la quiebra. Pero ahí no acaba todo: también es productor el que pone de su plata para la película. Si pone solo una parte de la plata, se le llama «productor asociado». Generalmente, el productor ejecutivo invita a productores a que se metan en la película. Los convence, y no necesariamente pone su plata en la pelicula. Recordemos que el «productor» a secas es, en parte, dueño de la película, de acuerdo al porcentaje de plata que haya puesto del total del presupuesto. A veces, el productor es alguien que presto equipamiento técnico (camaras, post de sonido) y se le paga con un porcentaje de propiedad de la película. ¿Se entiende?
Buenos loas a Huella Digital, Gonzalo. Es muy buen sitio y publica aquello que la prensa local (tres medios importantes y tres más pequeños) no publica, pese a la machacosa insistencia de los editores gráficos…cuando existe editor gráfico en el medio. Saludos a tu gente en este fin de año.
Entiendo. Ultima pregunta afuerina: si la producción es chica -como suelen ser en Chile- ¿no sale más a cuenta que un solo gallo haga todo? Lo de productor en terreno me suena más a secretario del dire que a, ejem, productor. Está como inflado ese cargo.
Más bien, lo que suele ocurrir (pero ya no tanto, porque es para volverse loco) es que el director es también el productor ejecutivo. Pero el productor en terreno NUNCA es secretario del dire. Nada que ver. Si un director anda produciendo, entonces, es una producción muy muy pobre. Además si alguien es el secretario de director es… asistente de dirección.