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FIDOCS: ¡Funciones llenas!

«Como me da la gana» lleno; aplauso cerrado y doble para «Mi Julio Verne», la última de Patricio Guzmán; la competencia nacional está que arde… y emocionantes funciones matinales de las de Pedro Chaskel. ¿Qué más se puede pedir?

La verdad, la gente a veces se asusta con mi entusiasmo. Pero es verdad: ayer las funciones del FIDOCS en Cine Hoyts La Reina estuvieron mayoritariamente llenas. Es verdad, en un par de funciones a las 3 de la tarde no pasaban las 10 personas en la sala, pero la función especial de «Como me da la gana» de Ignacio Agüero, en el Salón VIP estuvo repleto, con gente sentada en el pasillo. La función fue espectacular: llegaron «protagonistas» del documental, como Marcos de Aguirre, Tatiana Gaviola, Jorge Roth… No hablaron mucho, eso sí. Exhibimos la impecable copia de Nacho en 16mm y el público, me da la impresión, lo pasó muy bien. Hubo buenas risas y comentarios en la función (que como fue en 16mm, y la proyectora no contaba con el lente adecuado para el tamaño de la sala, se tuvo que ver en un romántico formato de 2 metros de ancho por 1,5 de alto). Al final, vinieron las preguntas: Agüero contó que el equipo, de sorpresa, lo había entrevistado haciéndole sus mismas preguntas («¿Porque estás haciendo esta película? ¿quien piensas que la va a ver?»), pero que había dejado eso fuera del montaje final. «Las respuestas no eran demasiado buenas». Ignacio Agüero es muy socarrón, y el mismo sentido de humor que muestra en la película lo mostró en las preguntas del final. Le sacó el poto a la jeringa a varias. Eso sí, recordó que la de los hermanos Bustamante nunca fue terminada, y Tatiana Gaviola manifestó su angustia de ver lo jóvenes que estaban todos, y lo terrorífico que era ahora escuchar la frase: «¿Piensas que vas a hacer otra película?». En fin. Lo pasamos bien.

Pasamos de eso a ver «Mi Julio Verne», de Guzmán, que estaba comenzando su exhibición en la sala principal. La sala estaba también llena, pero mejor que eso, la película estaba bellísima, bien emocionante. Guzmán tiende a bajarle el perfil a sus películas («Es un encargo, un trabajo para la televisión que disfruté mucho haciendo», dijo cuando la presentó), y claro, quizás tiene razón. Uno entra sin altas expectativas y se va agradecido. «Mi Julio Verne» es un bello homenaje a la aventura, y la suya es una aventura documental. Viajamos en globo, nos metemos en una estación espacial, nos metemos en oscuras cuevas subterráneas y bajo el mar, y caminamos por la antártica por varios meses. Por supuesto, Guzmán revive cada aventura de los libros de Julio Verne conversando con aventureros que las realizaron, y mostrando registros de estos paseos. Vemos cómo los elefantes en Africa se arrancan de las sombras que proyectan los globos, y cómo quedan los pies a 60 grados bajo cero, y qué cara tiene realmente un pulpo. Repito, es una bella película que, me imagino, será repetida en LO MEJOR DE FIDOCS, en el Goethe a partir del 13 de diciembre.

¿Qué más? Las funciones de la Retrospectiva de Pedro Chaskel han estado también muy emocionantes. Pedro, que habitualmente no es ningún parlanchín, aquí nos ha contado detalles interesantes y ha compartido reflexiones lúcidas sobre su propio trabajo. Ayer hablaba respecto a los niños de «Los ojos como mi papá», sobre cómo estaban concientizados y repitían discursos como papagayos, algo que hablaba mucho de la época; también contaba que, cómo no sentía capacidad, o en propiedad, de hacer películas que criticaran las realidad cubana, decidió apropiarse del ideal cubano que lo inspiraba, y que por eso, había hecho las tres del Ché Guevara. De ellas, la que más me gusta es «Ché, hoy y siempre», que ayer vi de nuevo. Es un simple y bello montaje sobre el audio de un discurso del Ché Guevara, y que va con imágenes insólitas del Ché practicando su discurso: levantando sacos de cemento, manejando un tractor, cociendo en máquinas industriales, entregando galardones a atletas y conversando interesadamente con Fidel Castro (incluso, por ahí se cuela el Ché… ¡tomando Coca-cola!). En ella, lo que dice y lo que hace el Ché es impresionante. Por supuesto, antes de que me tilden con sus prejuicios, espero que vean la película. Los textos y las acciones presentados son hasta ahora válidos. La frase del discurso que más impresiona es cuando el Ché dice: «Una juventud que no crea es ciertamente una anomalía». O algo así. En fin. Todos quedamos muy contentos con la función.

En la noche, no me quedé para la función de la Competencia Nacional (ya las había visto, y tenía compromisos), pero entiendo que hubo mucha gente y hubo varios aplausos cerrados. Así que todo ha andado sobre ruedas. Quiero aprovechar de hacer mención a la mesa de Crítica y Documental. Quiero dar las gracias a Carolina Urrutia de La Fuga y Jorge Morales de Mabuse por haber aceptado la invitación. Entre todos, y junto al bueno de Gustavo Noriega, de El Amante, pasamos un buen rato escudriñando en nuestros conceptos y prejuicios. Creo que lo que conversamos (aunque no fueron más de 20 personas… ya saben, los críticos no son muy populares en ninguna parte) fue muy inspirado, y pudimos reflexionar de veras en varios puntos en los que no pensamos demasiado. Hablamos de lo mucho que le exigimos los críticos a los documentales (que cuente una historia, que sea justo con sus personajes, que no los manipule, y que de cuenta de la realidad), mucho más que a la ficción. Hablamos de hasta qué punto aceptamos las manipulaciones propias de un director documental, y qué hacemos cuando las observamos. Noriega comparó dos casos: Flaherty con «Nanoouk, el esquimal», en la escena de la caza de focas, que los esquimales hicieron falsamente (sin escopetas) para la película; y la famosa manipulación de la entrevista de Michael Moore a Charlton Heston al final de «Bowling for Columbine», con ese contraplano tramposo porque habían ido con una sola cámara. Noriega decía que le molestaba más el de Moore que el de Flaherty, porque ambos, aunque son manipulaciones flagrantes, tienes finalidades distintas: una, recrear una costumbre perdida, pero el otro, confrontar a un falso victimario a una falsa víctima, de una manera falsa. Bueno, dijimos más cosas (como hasta qué punto nos sustraimos cuando vemos una película que muestra una realidad, o que tiene una opinón, distinta a la nuestra) pero se lo perdieron. Estuvo sólido, creo.

Un abrazo. FIDOCS sigue hasta el miércoles.

Por Gonzalo MAZA

3 respuestas a «FIDOCS: ¡Funciones llenas!»

Ha estado muy bueno fidocs. Ayer creo haber visto uno de esos filmes raros, bellísimos e imperdibles que siempre me hace descubrir este festival. Me refiero a «El caso Valerie». Un documental con influencias de David Lynch! del que pronto escribiré un par de líneas. Aviso polémica en torno a «La pesadilla de Darwin», siguiendo sin entender tanto revuelo en torno a este filme. Y, ojo, me quedé las dos veces que habló el director. La función de «como me da la gana» fue bastante linda y sin duda una actividad muy bien pensada. ¡Escuchar a Agüero solo da claves para entender más profundamente ese documental!
Del resto de las funciones, de todo (en cuanto a calidad) pero siempre con un «plus». Ese plus lo da la ética documental, la implicancia del cine con el mundo.

Por cierto. Fidocs no sería el mismo sin el diario fidocs, que aúna cuando todo apunta a dispersar (las salas).

salú

Mu gueno lo de Aguero. Una consulta: ¿hay algún plan en el futuro cercano para editar en DVD documentales nacionales? Aparte de Actores… y Estadio… obviamente.
Sé que hay ene atados con La batalla de Chile (¿no sería un golazo ese box-set, incluyendo comentarios de audio de, ja, generales y pilotos de los Hawker Hunter?), pero qué tal los más nuevos. Algunos, como Martín Vargas, I love Pinochet y La ultima huella están en VHS, pero los videos mueren cada vez más rápido por estar las copias hechas con cintas cada vez más baratas y perecibles.
Lo pensaba en la función de Aguero: si un día, ni Dios lo quiera, se le incendia la casa, se fundió para siempre la única copia y shao. De hecho, él mismo explicaba que el doc de Lonquén casi había desaparecido de tanto mostrarse.
Por otro lado, la disidencia perversa: un amigo del sur me decía por teléfono que tal vez no es tan malo que los Ruiz, Chaskel, Agueros y demases sigan perdidos e invisibles, y así podamos imaginarlos diferentes cada vez que hablamos de ellos.

Gonza de mi alma….que lindo todo, pero prefiero el comentario face to face….ya lo haré
cuál es tu mail por dios, que te escribo a ese yahoo y todo mal
un kisson
raka

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