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DOCUMENTALES FESTIVALES DE CINE

REPORTE DE BAFICI 1: Ratas de mall

Arnold Schwartzenegger, White Stripes, Garganta profunda, 20 fingers, Camisea…

Hace un tiempo que este blog no se actualizaba, y en el interntanto empiezan a quedar cosas por decir. Primero, estoy en Buenos Aires, en el Séptimo BAFICI, el centro de la ansiedad cinéfila sudamericana, con más de 300 películas para ver, de las cuales, con suerte, si uno dedica, puede llegar a ver unas sesenta. Este es mi segundo BAFICI, el primero acreditado (para WIKEN de EL MERCURIO), y las cosas, gracias a Dios, andan lentas. El sentimiento general es de cierto desencanto, luego de la abrupta y vergonzosa salida de QUINTIN, el anterior director del festival, un cinefilo como pocos, y la de buena parte de su equipo programador (los detalles de la salida, contados por el mismo QUINTIN, aquí y aquí). Este año, hay películas, pero ya se pueden notar las diferencias: sobreinyección de películas francesas y argentinas (ambas, una ruleta rusa para el espectador, porque los bodrios abundan), más documentales (pero elegidos sin pinzas), y una baja en cantidad de cine asiático, que era la impronta que le había dado Quintín. Así y todo, películas hay, y voy a dedicar los pocos minutos libres que me queden de hacer un recuento-diario de lo que vaya viendo. A ver cómo nos va.

«20 fingers»: Algo así como Linklater, pero mujer e iraní. Una pareja discute de los grandes temas de las relaciones de pareja (los celos, la posibilidad de hacerse un aborto, la infidelidad de las parejas amigas, y el clásico «¿por qué bailaste con él delante mío?») en viñetas de planos secuencias de 10 minutos sin cortes: las conversaciones transcurren en movimiento (dentro de un auto, en un andarivel, en una mota, en una lancha) y las actuaciones son de una naturalidad muy occidental. La directora es Mania Akbari, la musa de Kiarostami, y la película está dedicada a él.

«How Arnold won the west»: Documental michaelmoore-sco sobre como cómo Schwartzenegger se convirtió en gobernador de California. Ni muy informativo, ni demasiado divertido. Aunque claro, el documental es el único género del que uno nunca se arrepiente de haber visto una película. El must-see de Lavín si quiere salir adelante.

«White Stripes: Under white pool lights»: Pelicula-recital de la ex-pareja que son los White, en un teatro londinense, como sacados de «The song remains the same»: en cine, con película forzada en el asaje, y con mucho grano. Para verlo de pie y un cigarro en la mano, cosa que no ocurrió en la sala.

«Inside Deep Throat»: Un making-of tardío y medio patudo sobre la porno clásica de los setentas, «Garganta profunda», salido de la factoría del productor Brian Grazer, hecha para HBO y musicalizada COMPLETAMENTE con el soundtrack de «Boogie nights». La pornografía ya se ha transformado en un lugar común del documental norteamericano y ya empieza a oler a podrido. Aunque, claro, el tema es bueno. Linda Lovelace, eso sí, a excepción del notorío primer plano del famoso fellatio, en esta historia casi brilla por su ausencia.

«Camisea»: ¿Se puede hacer un documental cuando a uno le encargan un institucional? Al premiado Enrique Bellande («Ciudad de María», exhibido el año pasado en FIDOCS) le encargan hacer un institucional de la construcción de un gasoducto en Perú y el resultado es un bello relato del esfuerzo humano. Bellande soslaya maestramente los requerimientos del institucional (como la inaguración del Presidente, filmando planos cerrados de manos aplaudiendo) y, claro, lo transforma CASI en un documental. Claramente, tampoco se puede morder la mano que te da de comer. Sin embargo, un ejercicio maestrísimo.

Por Gonzalo MAZA

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