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CINE CHILENO ESTRENOS QUE VENDRÁN PODCAST

¿De qué se trata «La sagrada familia»?

¡Sergio Lagos canta cueca!

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Sergio Lagos escribió esta cueca hace unas semanas, se la cantó por teléfono a Sebastián Campos, se rieron… y quién sabe cómo, grabaron la canción y ahora la tocan en la radio. La historia que se cuenta en la cueca no tiene nada que ver con la película (se trata de un tipo que va a un matrimonio y se agarra a la novia, la madre y la tía), pero si bien en la película no pasa eso… uno no se equivoca si dice que de esto se trata «La sagrada familia».

(OJO: para escucharla sin problemas, ponen PLAY, de inmediato PAUSA, esperan que se cargue completa, y ahí le dan PLAY de nuevo… Solo para evitar que en ciertos computadores se escuche entrecortada).

Por Gonzalo MAZA

17 respuestas a «¿De qué se trata «La sagrada familia»?»

La verdad, ni idea dónde más preguntar esto: alguien sabe dónde encontrar la película chilena «El Fotógrafo»? La vi el 2002 en el cine Rex (aunque actualmente se llame Hoyts Huérfanos, me resisto!)

De hecho, me pregunto si alguien más la recuerda…

No, no es irónico. Hay que tener buena suerte para ver películas más viejas en cine. Sería una suerte de que programen «El fotógrafo» más allá de que mucha gente diga que es buena, o en este caso, mala. Yo no la he visto: no me gustaría que me negaran la posibilidad de verla porque «alguien», de exquisito gusto, la encontrara mala.

Hum, muy políticamente correcto, pero lo cierto es que TODOS los ciclos, listas y calendarios de estrenos se hacen según el criterio -exquisito o no- de alguien.
Y alguien debería haber dicho, ¿saben? yo creo que hay algo mejor para mostrar en esta cineteca que El fotógrafo. Veamos si nos podemos conseguir, no sé, Cómo aman los chilenos. O El ultimo grumete.

De acuerdo… pero, una Cineteca se maneja con criterios distintos a los de «me gusta esta película». No un criterio «políticamente correcto», sino que uno de «patrimonio» e «identidad», dos palabras que estoy seguro en este minuto te revuelven la guata.

hay un canal en el cable que da peliculas latinoamericanas. no se si en el monopolio vtr pero si en el monopolio direct-tv. tambien dan el hombre que imaginaba, que jamas habia visto y que me sorprendio con varios momentos super logrados.

Ah, la vieja defensa de «defendamos nuestro patrimonio». Ah, el viejo argumento de «salvaguardemos nuestra identidad, esa que todos tenemos tan clara». Okey, puede que haya sentido en exhibir ciertas cosas en una Cineteca. Pero entonces que se haga la cosa entera: que muestren El Nominado, Cachimba, Gente Decente, Gringuito y todas esas perlas. Bueno, tal vez lo hagan.
Pero ¿identidad y patrimonio? Yo pensé que sacar a pasear esas palabras era pega del Artes y Letras.

Bueno, quizás mi idea sea tender puentes. El mundo es uno solo, y a veces los principales problemas «políticos» en el fondo son «estéticos». Quizás te parezcan «anticuados», «ñoños», «retóricos» términos como «identidad» y «patrimonio», y estoy de acuerdo en ese juicio estético: son palabras que han sido repetidas por tanta gente que se ha llenado la boca con estos conceptos para darse vueltas y no hacer nada interesante, que yo también tengo (tenía) mis desconfianzas con el primero que las desenfundara. Pero… Pero eso no quita que efectivamente me interese la identidad… entendida como el conjunto de elementos que nos permiten vernos en el espejo, y reconocer lo que vemos. Cuando no tenemos «identidad», nos pasa como comunidad lo mismo que cuando, como individuos, no tenemos «personalidad»: nos pasan a llevar. Y nos sentimos desgraciados.

Una cineteca es el mayor aporte que se ha hecho en muchos años a la identidad efectiva de este país, región, comunidad. Es divertido ver que en la primera película filmada en la historia de Chile, hay una pareja que baila cueca en Playa Ancha, y dos curados muy graciosos se cruzan por la cámara varias veces. Es gracioso que ese par de curados, que andan con un cordero empalado, hacenm el quiebre de toda solemnidad que tiene el baile de cueca, y transforman el cortito, que podía ser solo eso (una visión abstracta y formal de la identidad = la pareja bailando cueca), en un verdadero mini retrato del Chile de todos los tiempos: la seriedad, la ceremonia, y la chacota, el desparpajo.

Bueno, si alguien hubiera desechado ese cortito hace, digamos, 50 años solo porque habia una pareja de cueca bailando (o al revés, porque le parecía de pésimo gusto que un par de curados le quitaran seriedad al baile nacional) hoy no podriamos ver esto. Simple.

Y me parece que las películas chilenas, en especial, las de los ochentas y noventas, esas que hacen arrugar la nariz a todo el mundo (me incluyo), se merecen una segunda o tercera oportunidad. Obras maestra no son, eso ya lo sabemos (y de hecho, qué agotador sería que lo fueran), pero son muy sorprendentes.

Me alargué mucho: pero tengo un ejemplo. Fui a ver «Hechos consumados», 1986, de Luis R. Vera (cuya filmación sale en en documental «Como me da la gana», de Agüero, que vimos el año pasado en Fidocs) basado en la obra del dramaturgo chileno más grosso de los últimos años, y que sigue activo, y no lo pescan como se merece: Juan Radrigán. Vera filma la obra, un poco tal cual, en la ribera del Mapocho. Los textos brillan, como deben brillar en toda película basada en una obra teatral (ya lo decía Hitchcock). Loreto Valenzuela está MINISIMA, José Soza está contenido, y hay un gran actor del que nunca se habla y tiene la película en sus hombros: Nelson Brodt.

En su momento, la película duró una semana en cartelera. Solo una cineteca, sin otros criterios que la identidad y el patrimonio (que son los que le corresponden) abre las puertas para una película así.

Hay mucho culto al gusto personal, e inmediato. En verdad: me imagino que quizás deben pasar muchos años para que alguna vez me guste «Fuga», por ejemplo; en la misma Cineteca fui a ver «El burócrata González» (1964) y sigue siendo mala; pero viendolo uno puede entender todo el cine que llegó después, que era una evidente reacción a esta película.

No sé: para una cineteca cada fotograma es valioso. Y pensar así me encanta. Más allá de que me gusten las películas. Acaso, el gusto, que uno lo cambia durante de la vida, es finalmente un accidente.

Volviendo al gran Hervi…. que bueno el Altazor y que gran noticia que se venga un libro de Supercifuentes, mi ídolo de infancia. No me acuerdo del nombre del café que tomaba el pelado intergalactico (hay un episodio genial en que cuentan toda su historia), pero el lema era genial, «hecho con el más puro poroto coscorrón, mmm, que aroma, que sabor, que acidez!»

ayer vi fuga y la sagrada familia. de la primera esperaba lo peor y de la segunda solo cosas buenas. pues bien, la segunda me decepciono harto y la primera no me parecio tan mala.

la sagrada familia me parecio una pelicula esteticamente muy fea (algunos planos generales entre tanto primer plano fuera de foco no hubieran venido mal), patty lopez es insoportable (la femme fatal con las manos mas feas de la historia del cine), el personaje de la muda anda por ahi en lo desagradable con su forzada cuteness y, al final, uno no aprende nada nuevo ni sobre las familias, ni la condicion gay ni la religiosidad.
el montaje parecia un resumen de los «grandes momentos de una larga improvisacion» y la escena del extasis ciertamente llegaba unos 10 agnos tarde (para el contexto chileno).
en fin, it’s just one guys opinion.
pero la verdad, el publico con la que la vi salio mas feliz con fuga (que igual es malena) que con la familia.

Por fin alguien que no le importan las modas . Senti algo parecido al ver LSF . Todo era tan puesto . Todo tan provocador . Todo tan liberal . Una estetica Parque Forestal progresista que me dio ganas de hacer una pelicula ultra-facha . Y hasta con la Iglesia Catolica. Por que no critican a los nuevos ricos de la concertacion . Eso si me parece provocador . Dejemos de ser tan obvios .
Amen

No existe en la cultura cristiana occidental nada tan aburrido y añejo como intentar provocar a los dogmáticos-neuróticos-religiosos (aunque no sé si aún quedan o si alguien conoce de cerca a alguno). En el caso eventual que un «autor con deseos irrefrenables de expresarse» necesite escandalizar a semejante especie en extinción, le bastaría con alguna blasfemia de niñita de colegio de monjas y ya. Películas como «La Sagrada Familia» llegan con unos 700 años de retraso, y aún en esa época los bostezos hubiesen sido mayores a las súplicas de excomunión (Supongo que eso es lo que quiere Sebastián Campos, una certificación de su «liberal» condición de hereje). Ahora si realmente tiene intenciones de poner un tema puntilloso en el cine, le recomiendo películas de verdad como «Charlie y la Fábrica de Chocolates»: hace tiempo que no veía una mirada tan cruel y negra sobre la infancia. Y más encima con mensaje esperanzador y alucinantes canciones de los Oompa Loompas. Ésa es la diferencia entre la pobre concepción del cine de Campos y un talento a prueba de todo, incluso el cine infantil de pop-corn.

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