La luz le hacía compañía. Desde hace 10 años que Sven Nykvist sufría de afasia, esa enfermedad que ataca el cerebro y en la que repentinamente el enfermo pierde la capacidad del lenguaje, de comunicarse con palabras. Quién la sufre aún piensa, pero es como si no encontrara nunca las palabras para decir lo que se piensa. Curiosa enfermedad para un maestro de la luz, un tipo fino e intenso. Es curioso, pero ahora que todos recuerdan sus películas con Ingmar Bergman, yo no me saco de la cabeza tres momentos de su fotografía: uno, los rayos que iluminan la cara de Martin Landau en «Crímenes y pecados». Otro, las tristes y frías playas de «Cannery row». Y otro, muy tonto: las lindas lámparas y los dulces encuadres de «Sintonía de amor», perfectos para el tono de la película. Hace unos años vi «Light keeps me company», un documental sobre Nykvist, dirigido por su hijo, Carl-Gustav, que precisamente era una carta cariñosa de todos quienes lo conocieron y trabajaron con él: Polanski, Bergman, Woody Allen, Liv Ullmann, Gena Rowlands (¡»La otra mujer»! ¡Cómo me olvidé de «La otra mujer»!). Voy a ver si alcanzo a subir una parte de ese documental como parte del saludo y el homenaje que se merece el bueno de Nykvist.
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9 respuestas a «Sven Nykvist (1922-2006)»
En mi canon personal, Crímenes y pecados (la genial disléxica traducción de «crimes and misdemeanors») es la mejor película de todos los tiempos
Nykvist era un grande. Aunque no me gusta mucho El Sacrificio, ese plano secuencia con la casa ardiendo y los enfermeros persiguiendo al viejo era memorable.
Yo pensé que era el único gil en Chile que había visto Cannery Row. Maza, ¿estoy loco o esa película tenía una narración en off?
En mi blog puse lo mismo. Para mí, Nykvist es el rostro de M. Landau en «Crímenes y pecados». Casi nadie sabe, pero el viejo Sven estuvo grabando un comercial en Chile a principios de los 90’s. Estuve a punto de entrevistarlo. Sólo lo supo la revista Enfoque. Su directora me trató de ubicar en el diario La Nación para que le hiciera una nota y como yo trabajaba en el turno de noche, me lo perdí. Finalmente la que fue a entrevistarlo fue una compañera del diario con Victor Briceño (ilustre «colega» de la revista Enfoque). Estaba terminando de filmar en el centro y se fueron conversando camino al Aeropuerto. Llamé hoy a La Nación para que buscaran esa entrevista y la publicaran mañana, con la foto. Ojalá la encuentren.
Me dejaste cachúo, Villalobos. Efectivamente está narrada en off, según dice el que la comenta en IMDB. Pero ni me acordaba.
Y respecto a lo otro, Olave: ¡que se apersone Víctor Briceño y nos cuente cómo fue esa entrevista con Nykvist!
cuánta trivia potente por aquí
Yo una vez leí una entrevista a James Stewart en la Enfoque, hecha en el aeropuerto de Santiago. El tipo iba rumbo a la Antártida o algo así. Las leyendas trepan por Chile.
C.R. sí tenía narración en off, miré ayer, pero no era la del libro de Steinbeck.
Yo recuerdo la secuencia de los créditos de inicio de Gritos y Susurros, que consiste en planos de un bosque con niebla. Tenía algo de espectral él, de profundo. También me acuerdo de un documental sobre Tarkovski, donde aparece Nykvist filmando El Sacrificio justo en la parte del desastre de producción (cuando fallan las cámaras en la escena del incendio, que hubo que filmar de nuevo, mucho después) y se le veía tranquilo, preocupado pero sin aspavientos. Creo que esa es en esencia la imagen que tengo de un director de fotografía. Grande maestro.
Villalobos, lo que salió en la Enfoque no alcanzaría a ser calificado de entrevista, más bien era un recuadro con tres o cuatro párrafos en los que se describía un fugaz encuentro con Stewart en el aeropuerto antes de que viajara al sur, todo acompañado de una foto en la que el buen Jimmy aparecía leyendo la recordada revista. Y por supuesto que me uno al duelo por el maestro Nykvist, y por muy repetido que aparezca en estos días, de todos modos nadie podría olvidar sus trabajos con Bergman, aunque nadie discute sus magníficos logros en películas de Allen, Polanski y Tarkovski, entre otros.
Bueno, bueno, yo la recordaba como una entrevista. Gracias por matar esa pequeña ilusión de infancia. Je.
¿Ahora qué me van a decir? ¿Que en Tres Hombres y un Bebé no se cacha a un niño muerto en la escena de la cocina?