Tiempos violentos

Ya lo he dicho otras veces: me cuesta escribir de las películas que me gustan. Hoy se estrenó «Una historia violenta» de David Cronenberg. La vi hace unas tres semanas, y aún no logro articular un comentario que le haga justicia a la película, y a lo que me pasó cuando la vi. Con las buenas películas me pasan esas cosas. Generalmente, lo que hago en estos casos es volver a verlas, volver a repasar las asignaturas que no pesqué porque mi cabeza se quedó disvariando a partir de un momento determinado. Pasa seguido, y no sólo con las buenas películas; también pasa con las muy malas. En las malas, uno se distrae, comienza a pensar en otra cosa (las cuentas, el supermercado, lo que podría estar haciendo en vez de estar viendo esta película). Con las buenas, unos dispara reflexiones en su cabeza que se van retroalimentando con lo que se ve en la pantalla. Ese intercambio de disparos, muy vital, continúa aún después de terminada la función. Funciones después de las cuales uno se queda en silencio. Dándole.

Lo difícil, entonces, al tener que escribir de una película que a uno le gusta mucho, no es tanto tratar de reconstruir ese proceso mental; el desafío es tratar de sacar conclusiones de todo el proceso. Decir algo ilum¡nador y reflexivo para que otra persona, que salga de la sala tan entusiasmada y ensombrecida como uno, tenga alguna referencia que le permita seguir conversando con su propia cabeza.

Ese es mi problema actual: aún no saco muchas conclusiones respecto a «Una historia violenta». Escribí una muy pobre nota para Mabuse hace unos días. Lo prometo: hice mis mejores esfuerzos. Me pasé el fin de semana completo frente al computador para despachar esos párrafos. Creo que le achunta en algunos aspectos (la ausencia de comentario moral y «católico-redentor»; los personajes robóticos y seductores) pero el comentario se queda corto en varios otros.

Lo que sí es claro, lo seductor de «Una historia violenta», es que se trata de una narración simple, sin grandilocuencias, casi sin egos. Está desprovista de subrayados. Es tan simple, tan desencajada de los mecanismos emocionales, que a más de alguien puede dejar frío. Ojo con eso. Como pasa harto con Cronenberg, hay algo profundamente racional y reflexivo en películas muy físicas y desbocadas. Vayan a verla y conversamos.

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Por si fuera poco de reflexiones sobre la violencia, este fin de semana también se estrena «Paradise now», la película palestina nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera (premio que no ganó), y que es el seguimiento en 24 horas, en todo muy realista, de la vida de un kamikaze palestino, de esos que se amarran bombas en el cuerpo y explotan por su causa. Las otras tres nuevas en cartelera son «Creep» (con Franka Potente); «Mi abuela es un peligro 2» (con Martin Lawrence) y la esperada «La marcha de los pingüinos», del francés Luc Janet.

Salieron de cartelera esta semana tres películas: «Tierra fría», «Munich» y «La joya de la familia».

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Para terminar, quería solo comentar una sola cosa: si uno revisa los posters de «Paradise now» y «Mi abuela es un peligro 2» puede quedar con un amargo sabor en la boca. Para la película palestina, en Estados Unidos se hizo un incomprensible poster que habla de «la paz», y parece una película de cualquier cosa. Este es:

Este es el poster original, versión España:

Por supuesto, las armas no son problemas si son para divertirse: