Segunda jornada festivalera. El día partió al mediodía en una función de prensa en el Hoyts de Huérfanos de «Dependencia sexual» del boliviano Rodrigo Bellot, que tengo entendido, hoy día celebró su cumpleaños después de la función de las 20 hrs en el centro. Atendiendo cierta discusión en este blog respecto a la nacionalidad de las películas (y siendo que esta es una coproducción con Estados Unidos), «Dependencia sexual», más que boliviana es cruceña. Quiero decir, de Santa Cruz, el próspero y más industrializado departamento de los vecinos del norte quienes, más de una vez, han levantado la voz para independizarse del resto del país. Bueno, «Dependencia sexual» es de alguna forma, un grito de independencia. Pero uno del peor tipo: la película es muy pobre, no de recursos, sino que de mirada. Es un insultante desfile de personajes y situaciones de cartón que se van haciendo agobiantes para el espectador de manera progresiva: la película baja escalones cada veinte minutos. El último quintil es simplemente insoportable. El anterior, exasperante. El anterior, inocuo. El anterior, decepcionante. Solo los primeros veinte minutos podrían hacer enganchar a un espectador extraviado.
La razón que hizo que «Dependencia sexual» llegara a SANFIC, me imagino, es una política: es la primera película boliviana en casi dos décadas. Pero como decía, es una película cruceña. Está hecha desde una provincia que no se considera boliviana. Que, muy provincianamente, se esfuerza en mostrar que en Bolivia también hay chicas lindas, modelos, rubios. Este trauma de raza se mezcla con un sentimiento de inferioridad que causa pudor: «Acá», parece gritar la película, «todos son machistas, arribistas, tontos, calientes, alcohólicos». Sus cinco relatos entrelazados y maldigeridos, producto de haber visto demasiadas veces «Amores perros» y «Magnolia», otro par de películas que hacen malabarismos con otros estereotipos, son casi un compedio de los clichés del cine latinoamericano que más queremos olvidar: en el primero, una escolar de familia pobre es llevada a perder la virginidad después de la fiesta de 15 años de una amiga; en el segundo, un visitante colombiano de clase alta visitas a sus pares cruceños, quienes lo empujan a la noche en la ciudad, que se restringe a una discotec, tomar mucho alcohol y terminar con una puta en un lugar de mala muerte; en la tercera, un modelo de ropa interior termina con su novia y la engaña con otra mujer; luego, viaja a estudiar a Estados Unidos, donde transcurren los dos episodios finales: en el cuarto, una estudiante norteamericana de raza negra cuenta a cámara de cómo ha llevado una vida llena de discriminaciones por género y color de piel; en el quinto, un jugador de fútbol americano empieza a liberar su propia homosexualidad.
«Dependencia sexual» desde el título no tiene rumbo definido: avanza como Tarzán, de liana en liana, de personajes superficiales a personajes superficiales. Además, casi todo el metraje está presentado en pantalla dividida, recurso que no se entiende su motivación, que está mal montado, carece de ritmo propio y desecha (o no entiende) la conversación entre encuadres que exige una propuesta de este tipo. En algunos momentos incluso la edición parece switchear (como director de programa en vivo de TV) lo que muestran dos cámaras en un mismo momento. Requiere espectadores generosos para encontrarle gracia a una película así y no salir de la sala pateando lauchas. Si algo la redime, quizás, es cierta candidez de mirada. Pero como película es casi un trabajo de escuela.
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Mareado por una experiencia como esa, no pude volver a ver una película hasta las siete de la tarde. Tampoco hay mucho: la programación SANFIC tiene un defecto grave porque junta sus estrellas o películas más interesantes en las mismas horas, y a menudo, compiten las mismas películas en la decisión de lo que uno quiere ver. Eso, más el hecho de que las películas se quedan en las mismas salas, y no saltan de un complejo a otro, ya empieza a causar cierto hastío. Tema para preocuparse en una próxima versión. Además: ¿por qué eliminaron las funciones antes de las cinco de la tarde? Puedo entender que no todas las salas den película a esas horas. Pero un par de salas funcionando en esos horarios habrían hecho mucha diferencia.
Como sea, a las siete entré a ver «Achados e perdidos», un policial brasilero de factura televisiva, nada muy destacado, pero que era una obra de arte mayor comparada con «Dependencia sexual». De hecho, «Achados…» tiene toda la sensualidad que no tiene «Dependencia…», y se salva por las actuaciones. La película le tenía cierta esperanza porque había visto la anterior del director José Joffily, «Dos perdidos en una noche sucia», que se estrenó en Chile en el 2004, que tenía buenos personajes y era una sorpresa. En esta película, un ex policía llamado Vieira (interpretado por Antonio Fagundes, una especie de Nick Nolte sesentón, gordo y peludo, ultrafamoso en Brasil por su protagónico en la teleserie «El rey del ganado») es el principal sospechoso del asesinato de su novia, una bailarina y prostituta onda Susan Sarandon de Río de Janeiro. Contada en saltos temporales, nos enteramos que Vieira ha sido asignado a realizar un asesinato a sueldo por un compañero de policía del pasado, hoy un destacado político. La trama de corrupción se completa con la aparición de Flor, amiga de la fallecida, también bailarina-prostituta pero más joven que se ofrece a consolarlo. Fagundes-Vieira queda como símbolo sexual y la película se deja ver, como cinta de trasnoche de Cinemax, por su presencia poderosa en la pantalla. Pero la película no es nada especial.
La tercera función iba a ser «Gracias por fumar», pero como se va a estrenar en cartelera, la cambié por el estreno del documental chileno «Welcome to New York» de la pareja Perut-Osnovikoff. Había algo muy riesgoso desde el comienzo con esta película: ¿qué se puede decir nuevo de Nueva York y los neoyorkinos a estas alturas? ¿Qué son excentricos? ¿Histéricos, vociferantes, bien vestidos? ¿Que la ciudad tiene guarenes del porte de perros? ¿Que sus habitantes idolatran a sus mascotas? La película construye viñetas subrayando esas ideas. La cámara ni retrata ni escudriña: a lo más se preocupa por dejar en cuadro dos tipos protagonistas: ciudadanos excénticos (en el metro, protestas callejeras, sentados en las bancas de las plazas) y los animales de la ciudad (palomas, cangrejos vivos en tiendas de alimentos, ranas gordas, perros que viven en hoteles, y las ratas Spliter de la basura). La película además está hecha en plena campaña presidencial del 2004, tema que hoy ya se ve distante y demasiado contingente de un momento que ya no se ve relevante (¿alguien se acuerda de Kerry?). Los momentos buenos están cuando se muestra a los activistas demócratas teniendo discusiones insulsas, y quedándose dormidos frente a un debate presidencial que no va para ningún lado. Pero el resultado final parece un ejercicio de dos realizadores que no quieren perder la costumbre de hacer documentales. Muy irregular, no deja de ser un diario de viaje, una carta de Nueva York, casi un blog audiovisual de dos realizadores ya instalados en la escena documental chilena con una propuesta propia. Por lo menos, uno puede alegrarse de que estén de vuelta en Chile.
6 respuestas a «DIARIO DE SANFIC 2: Los rubios»
Por la paz, la libertad y las sonrisas
Esperando que acabe pronto esta guerra terrible…
para que los niños del mundo puedan sonreir y vivir con libertad.
Pasan los años y los niños, personas y pueblos inocentes siguen sufriendo estas masacres…ahora el Líbano.
Hasta cuándo?
Que lindo pensamiento, de verdad el cine a veces nos aleja, aunque en el caso de lo que vi ayer en SANFIC el documental 1973 nos pone los pies en la tierra…Gonzalo parece que debias haber visto este…saluti
Sólo quería recomendar una joyita: «Una Pareja Perfecta» de Nobuhiro Suwa…es una clase magistral de puesta en escena, sobriedad e improvisación inteligente…La pareja protagónica (BrunoTodeschini / Valeria Bruni-Tedeschi) es increíble!
hola gonzo, me parece un poco mezquino tu comentario sobre el documental, la verdad tienes razon, es un diario de viaje… pero me parece notable que sean un par de chilenos los que sean capaces de dar una mirada sin moralejas ni agendas, con humor y contrastes sobre ny en ese determindado momento. El montaje es notable, la calidad tambien, y las historias se cuentan a pesar de la aparente falta de un hilo narrativo. a mi la verdad me dejó más que satisfecho. muchos saludos y felicitaciones por el blog!
ff
Vi «Thank you for smoking» en la inauguración del Sanfic. Me pareció original y sano poner una comedia para partir. Algo poco usual. Además que después de casi dos horas de espera, un ladrillazo habría sido para morirse ahí mismo.
Se viene su estreno comercial, así que habrá oportunidad de verla. Buena. Dinámica, inteligente, mordaz. Un elenco de lujo, el mismo Eckhart, Duvall, Maria Bello, William H. Macy, el pendejo de Birth y Godsend y Rob Lowe genial como un agente top de Hollywood y Sam Elliot como el primer Malboro Man, muriéndose de cáncer. Reitman dispara para todos lados. Un goce desde los créditos. Es como un documental de Michael Moore, pero asumido como ficción, sin pasarse tanto de listo y sin el guatón (que lo prefiero en The awful truth).
Ah, también me clavé con «Dependencia sexual». Mi chica vio hoy «El hijo» y le gustó mucho. No así «Historia de lagartos» que tanto hinché para que la viera. La ví en su estreno en El Biógrafo hace 17 años. ¿Me traicionó la memoria? Vale la pena revisarla. Al menos la última historia me pareció inquietante…pero ha pasado mucho tiempo.
Soy la chica de Olave (que poco feminista mi presentación pero que carajo) Aprovecho de recomendar a tus lectores la´película «El hijo» de los hermanos Dardenne; hace un par de años vi «Rosetta» y fue una experiencia muy extraña de hecho aún no se si me gustó o no, pero que olía a distinto y a algo así como perturbador . Hoy me decidí a ir a ver «El hijo» en un intento por entender el «mundo dardenniano». Después de dos horas de espera porque la cinta venía llegando de Argentina y llena de hoyos, pude verla. Qué puedo decir??? no mucho… intensa, bella, cara dura o care raja (me refiero a lo care raja que hay que ser pa mostrar la vida y sus personajes así nomas, sin colorantes ni aditivos) y el protagonista simplemente soberbio. A él también se le puede ver en una tremenda (y explosiva) escena de «la corporación» de Costa-Gavras
Eso poh, la pueden ver el domingo 13 a las 20:00 en Hoyts Huérfanos tb.Y solo queda esperar el estreno comercial de «L’Enfant» la última peli de Dardenne brothers, que se supone llega en septiembre.
saludos y wow que blog!