Ayer empezó a distribuirse por la red, y ya está en varios sitios de torrent y de descarga directa en Rapidshare. Lo siento, así es: ya piratearon el último estreno chileno del año, «Casa de remolienda» de Joaquín Eyzaguirre. No hay caso: los directores y productores chilenos hacen lo posible por evitar la piratería, y aún así vuelven a pillarlos. Lo novedoso -y escandaloso- de esta vez es que según se puede leer en el DVD Screener que circula en internet es que la copia que se pirateó de «Casa de remolienda» salió nada menos que desde las sacrosantas oficinas del Consejo de Calificación Cinematográfica. Así se puede leer por lo menos a mitad de toda la pantalla: COPIA PARA CONSEJO DE CALIFICACION CINEMATOGRAFICA.
Pueden verlo aquí.
Ahora, ¿es idea mía o esto es para hacer un sumario interno? ¿Cómo es posible que el que se supone que es el único organismo al que los productores están obligados a mandar un DVD para su calificación (mayores de 18, 14, TE) corran el riesgo de que sus películas salgan directo al Persa Bío Bío mientras todavía están en las salas?
Esto me recuerda el escandalillo de hace algunos meses cuando «Fiestapatria», como comúnmente ocurre la mayoría de las veces con las películas chilenas, fue calificada para mayores de 18 años, y luego, tras la presión y protesta de directores, fue rebajada para 14. Ya lo dije entonces y lo sigo diciendo: los problemas que tiene el Consejo como institución no acabaron ahí, y de alguna manera esto lo reafirma. Y como decía el gran maestro Guillermo Nimo, por lo menos así lo veo yo.
40 respuestas a «Consejo de Calificación Cinematográfica piratea «Casa de remolienda»»
Se pasó.
Así no se puede desarrollar sostenidamente nuestra pequeña industria audiovisual. Se vuelve urgente hacer algo, un llamado a la reflexión, entiendo la dicotomía acceso/costo que está en la esencia del consumo de piratería, pero creo que todos tenemos que empezar a darle el peso a la diferencia entre piratear a sólidas industrias como Hollywood y otras como la nuestra. Prediquemos la piratería de los cines que no se van a ver tan afectados (obviamente no para fines comerciales), no a la piratería de cine latinoamericano.
Volviendo al caso en discusión, hay que considerar la posibilidad de que esa copia se haya escabullido incluso antes de llegar al Consejo de Calificación.
Discúlpame pero no veo la diferencia entre piratear Hollywood y piratear al cine latinoamericano. Ambas son una forma de robo, para qué estamos con cosas. En una le robas al rico y en otra al pobre, pero es robo aquí y en la quebrada del ají.
Hola Alfredo. ¿Usted no tiene ninguna película pirateada?
Lo felicito si puede ser cinéfilo y además tener la oportunidad de pagar muchas entradas al cine y comprar DVD’s originales. Me parece que esa no es la realidad de la mayoría de las personas en este país. El público común y corriente argumenta bastante que no tiene acceso a la cultura porque sale caro. En esa línea que, evidentemente, pone en jaque la legalidad y me parece que con mucho sentido, es que sigo invitando a reflexionar sobre qué pirateamos y qué no. Esa es una decisión personal por estos días, no vislumbro control sobre lo que está pasando en Internet principalmente. La «democratización de los medios» es un tema interesante quizás para una próxima discusión. Gracias por la rápida respuesta.
le estan haciendo un flaco favor a nuestro propio cine.
como esperamos tener algun día una industria como la gente, si desde el mismo consejo, se piratean nuestras películas.
apoyo el sumario…!!
El problema tiene varias aristas.
Es verdad que es una vergüenza que sea una copia enviada al Consejo la que sirva de master a los piratas.
Pero en este terreno todos estamos a medio morir saltando.
Maza, por ejemplo, tiene en su lista de links vínculos a páginas donde se pueden descargar películas o series. No importa qué tan vieja sea la cinta muda-francoprusiana, no importa qué tan «freak» sea la película thai de terror, esa descarga no está autorizada. No estás pagando derechos cuando la bajas.
Youtube está FUNDADO sobre la piratería y violación del derecho de propiedad. Y seamos francos, cuando «reproduces» en tu blog un texto de un sitio web ajeno sin pedir permiso también te estás cagando al autor. Y se hace regularmente.
Pero lo que a mí me interesa es esto: okey, que se piratee C. de R. es especialmente doloroso porque es una producción local, hecha con mucho esfuerzo, etc.
Pero yo también he comprado películas piratas en el Persa. Y las he comprado porque son títulos que no tengo dónde o cómo ver en Chile. Chucha, jamás me habría topado con Takashi Miike o Tsai Ming-Liang de no ser por esas piratas.
Y si le hiciera caso a la legislación de los dvds al pie de la letra -la legislación que dividió el mundo en 4 zonas para ordenar la comercialización- no podría comprar ni arrendar Zona 1. Tendría que constreñirme a los 5 mil títulos en Zona 4 (en comparación a los 40 o 50 mil de la Zona 1) y así cumplir la ley.
De hecho, si invitara más de diez personas a ver una peli Zona 4 que arrendé y en vez de juntarnos en mi casa las llevo a un gimnasio o club vecinal también estoy violando ese textito que aparece al principio del DVD, que dice «sólo uso doméstico» y que tiene alcances ridículos: los profesores que muestran documentales BBC en sus clases están violando los permisos de difusión.
¿Por qué he comprado películas pirateadas o de zonas que-no-me-corresponden? Porque es la única forma de verlas. Aquí hay un enorme punto en contra de los distribuidores. Los mismos gallos que comercializan C. de R. o Radio Corazón o Padre Nuestro o Fiesta Patria o alguno de esos esforzados títulos nacionales (que merecen toda la exposición y protección que puedan) están surtiendo nuestra escuálida cartelera con una torta que es 80% desechable. Y no tienen intenciones de que el panorama cambie, porque el negocio es bueno tal como está y el riesgo de traer cosas distintas es muy alto, digamos eso también.
El pirateo es deplorable en conjunto porque debilita industrias que sólo pueden mejorar la calidad de sus productos estando sanas. Pero cuando pude ver hace poco por fin una copia decente de La Commune de Watkins, la verdad es que no me importó y me sentí bendecido. Qué vergüenza, pero así es.
Y el sumario en el Consejo tiene que ir…
No tengo ninguna película pirateada y si la tuviera estaría mal.
Y el argumento de que los cinéfilos sin recursos para su pasión están moralmente exculpados de piratear o comprar pirateado no me parece serio. Uno puede aplicar el argumento sobre cualquier tipo de interés que uno tenga y justificar el robo: «Tengo mucho interés en la gastronomía (que es, dicho sea de paso, también un bien cultural), por lo tanto tengo derecho a hacer perro muerto». La industria cultural es especialmente sensible a este argumento, pero no tiene ningún asidero. El Estado hace bastantes esfuerzos -bien o mal, esa es otra discusión- para esparcir cultura ya, fundamentalmente a través de la educación, pero también a través de subsidios a la cultura como para esgrimir el cuento de que «la cultura es cara».
¿Qué significa que sea cara, además? Las cosas cuestan lo que cuestan porque requieren de insumos para realizarse y porque quien las realiza tiene un legítimo derecho a lucrar con su trabajo.
Esta posición de piratear Latinoamerica no, piratear Hollywood sí es ambigua y peligrosa, pero afortunadamente impracticable, porque jamás los piratas van a hacer diferencias éticas o ideológicas.
Ver «Casa de Remolienda», cuesta lo mismo que una película de Hollywood y por lo tanto es igual de «difícil» de acceder, así que desde ese punto de vista, y recogiendo el argumento del cinéfilo apasionado pero sin los suficientes recursos, vamos pirateándola, que es un deber casi moral.
Hay muchas otras opciones para dar «acceso» a la cultura que no implican la opción delictual de la piratería.
Sí, pretender hacer una distinción entre pirateo de industria nacional versus pirateo de hollywood es sumamente básico. Cierto.
Pero me llama la atención dos cosas:
1.- Que Alfredo rasgue vestiduras en contra de los piratas y en una iluminación moralina pretenda hacernos creer que toda descarga ilegal es equivalente a un robo. Cuando ni siquiera jurídicamente (teniendo una ley que se ha hecho a la medida de la industria) es así.
Cuando te robo tu auto, tú te quedas con un auto menos y yo sumo un auto a mi patrimonio. Cuando «pirateo» una película, me quedo con una copia, y el distribuidor se queda con la misma original para que Alfredo la compre.
Piratería no es igual robo.
Más aún, se considera piratería la comercialización de copias ilegales de una obra protegida por derecho de autor. En estricto rigor, pirata es el flaite que vende discos en la calle, no el amante del cine que para acceder a una película de Raj Khosla ha tenido que hacerlo vía Emule. Y que organiza festivales. Y que tiene una biblioteca de DVDs.
2.- Además llama la atención que todos pidamos más respeto por la propiedad intelectual, teniendo un de las leyes más estrictas del mundo en esta materia. Una ley que, a pedido de quienes quieren más protección, señala que es ilegal la biblioteca de ciegos de providencia. O que es ilegal que haga una copia de respaldo de ese hermoso DVD de Ken Loach para que no se me raye.
Sólo por dar un ejemplo, EEUU, un país que dista de ser poco serio en la protección de su industria del entretenimiento, contempla una serie de excepciones al copyright a favor de los ciudadanos. Excepciones que les permite realizar copias de respaldo, algunas ejecuciones públicas, citas, referencias, etcétera. Todos actos que en Chile son absolutamente ilegales.
Yo estudié en liceo con número. Y organizábamos hermosas muestras de cine con películas en VHS. A veces pedíamos una colaboración voluntaria para cubrir costos. En Chile, eso que hizo que muchos de nosotros termináramos siendo amantes del cine, está penado por la ley.
Entonces al usar el argumento «legal» hay que tener cuidado, porque como todas las cosas, las leyes responden a intereses en algunos casos muy determinados.
Una cosa distinta es que sea deplorable que se cuelen dvd screener desde el CCC.
Es una discusión compleja esta de la piratería. Don Alfredo Sepúlveda me recuerda a un amigo biólogo marino que a pesar de que su plato favorito era el loco, no comía por ser una especie en peligro de extinción. La diferencia, claro, es que aquí el problema moral se soluciona con lukas, es decir, al cine puedes acceder en tanto tengas recursos. Igual ambos son ejemplos a seguir. Yo creo que no se puede ver el asunto en blanco y negro de alto contraste. Es decir, que hay diferentes niveles de piratas. Están los coleccionistas de todo, que espíritu acaparador mediante, necesitan adquirir todo lo que ven, llegando al punto de preferir una copia pirata de una peli que pueden ir a ver perfectamente al cine por el solo hecho de que queda en su poder. Mal. Pero también está lo que dice Villalobos, hay películas que no tienen otra vía de distribución que la piratería, ergo, la piratería soslaya una disfunción del mercado.
En todo caso, y volviendo a lo que realmente apunta Maza, es escandaloso que se filtre una película desde “nuestro” consejo nacional de calificación cinematográfica. Nos podemos sentir estafados.
La cagó. Es realmente inaceptable. El CCC es una institución arbitraria en sus decisiones y ahora además no protege el material que recibe. OJO, que el CCC cobra por revisar el material, lo que hace aún más detestable lo que acaba de ocurrir. Creo que un sumario es lo mínimo, tambien la intervención de las asociaciones de directores, productores, distribuiores y exhibidores. Hasta un juicio se podría realizar.
Nota al margen nada que ver: están todos invitados a entrar a http://www.pebre.cl donde pueden escuchar mi nuevo proyecto musical.
No creo que el «pirata» (uuh) no tenga moral ni haga distinciones a la hora de elegir qué cosa bajar de internet, yo no voy a ir a ver Doom ni Stealth al cine pero sin embargo me muero por verlas porque también es bueno y sano ver porquerías de vez en cuando. Uno elige lo que baja en internet. Si es legal o no… realmente, puede ser mi forma de ver pero no considero la piratería como «malo», solo un primer paso natural hacia una forma más evolucionada de consumo de medios, musica, cine, libros, etc. La chica mexicana que sale en el cine sufriendo por cómo educa a sus hijos se equivoca en el mensaje de que «las pelícuals piratas se ven mal…». Claro, los screeners de mierda que compras en la calle. Pero puedes bajar un dvd de la misma calidad sin problemas.
Pero claro, en mi casa no puedo ver una película en pantalla grande, me carga leer en pdf en mi laptop y los mp3 no suenan a la misma calidad que un disco. Sin embargo como usaurio pirateador hago distinciones entre «comprar» por internet a Manuel García e ir a ver cintas Chilenas al cine. Los piratas tienen la misma ética de cualquier persona que vende: buscan estrenos, y cuando está la chance de ripear un dvd filtrado, mal, se hace. Pero menos mal que no tenemos versiones de nuestras películas antes de que salgan al cine, o gente con cámaras peléandose por grabarlas en el cine y publicar screeners. Claro, es que no interesa, no son cintas de alta demanda.
Mal por casa de remolienda, pero ahpi entra uno, yo creo, que tiene que optar por ver un ripeo con letras en la pantalla en vez de arrendarla en dvd.
Quejarse de lo delictual de la piratería, a mi entender, es quedarse como viejo chuño alegando por lo que no se puede cambiar en vez de afrontarse a una nueva forma de entender el consumo masivo. ¿Es lo mismo comprar una película en la calle que bajar algo? No creo, es uns visión sin embargo bien personal, pero no me parece lo mismo.
@Villalobos: Youtube no está fundado sobre piratería y matar derechos de autor, ojo con eso, con como nacen las cosas, que ahora sea un repositorio de programas de televisión no implica que en su ideal haya sido una manera nueva de expresarse por videos en internet, de donde hoy salen «estrellas» y programas, incluso acá en chile.
arg. eso
saludos
Hay un error al comparar bienes tangibles con intangibles y al atribuir la cualidad de «robables» solo a los primeros.
Justamente por su cualidad de intangibles es que existe el sistema de patentes, propiedad intelectual y copywrite mundial. Y justamente porque existe ese sistema es que piratear es un robo. Legalmente es un robo. No sé qué más discusión puede haber en ese campo (podemos discutir todo lo que quieran respecto a la moralidad de esas leyes, pero esa es otra historia).
Que a cierta parte de la audiencia estos hechos no le agraden no significa que no sean hechos concretos: la propiedad intelectual existe tanto como el auto del ejemplo, y puede ser robada igual que un auto y hay leyes que castigan ese delito, y que castigan específicamente la apropiación y la exhibición no autorizadas porque la reconocen como delito.
Yo veo en esta discusión un doble estándar tremendo.
Todavía tengo problemas conceptuales para explicarme por qué está mal que «Casa de Remolienda» esté pirateada. No gusta a la audiencia que la filtración haya venido del CCC, lo entiendo, se ve feo. ¿Pero si hubiera venido de otra parte? ¿Si alguien en la función de prensa la graba y la sube a la red? Ahí tenemos un paladín del acceso a la cultura.
Es evidente que hay un problema de seguridad en el CCC, pero que no es el organismo público el que «piratea», sino una parte de él, un integrante, el tipo que les vende maní, qué se yo. ¿Qué diferencia hay si ese tipo se robó la película allí o en otro lugar?
¿Por qué hay ladrones malos y ladrones buenos en esta historia? Pónganse de acuerdo: o todos son malos o todos son buenos.
No tengo mucho que decir con respecto a las películas «difíciles de encontrar», no lo he pensado mucho. Perdonen la simpleza del argumento pero voy a colaborar con una idea rápida: no creo que sea una mala idea pedir la autorización del dueño del copyw. para bajarla.
siempre es extraño que se piratee peliculas chilenas pero ojala no se haga un avito y mal por el condejo de calificacion ojala indemnizaran por la gente que ahora la vaa ver en sus casas y no en los cines jiji
Alfredo: Ese error al que haces alusión no es tal.
«Legalmente» no es equivalente «piratear» a robar. Así de simple.
No porque lo diga yo, sino porque lo dice la ley. Y ajeno, por supuesto, a su moralidad, como señalas.
Ahora, me encantaría que profundizaras respecto cuando señalas que la propiedad intelectual puede ser robada igual que un auto, porque, tal como lo ejemplifiqué antes, a lo menos jurídicamente no es así. Intuitivamente, quizás. Y hasta por ahí no más.
El acceso a la cultura tiene mucho que ver con los derechos de autor o copyright, no copy»write», sin duda. Y la forma en la que ésta se expresa es con excepciones al derecho de autor que beneficien a los ciudadanos. En Chile, además de tener que lidiar con las zonas de los DVDs (restricciones tecnológicas y no legales) para poder ver una película, lidiar con la distribución de obras no comerciales, tenemos que lidiar con un sistema de derecho de autor que tiene muy pocas excepciones. Y ese es un *tremendo* problema.
Por eso me carga que me tilden de pirata cuando estoy ejerciendo derechos aceptados en cualquier país medianamente civilizado y que gracias a los lobbys de la industria, no tenemos en Chile. Nadie está diciendo que no tengan que existir derechos de autor. Lo que muchos están graficando aquí es la existencia de un desequilibrio y de un doble estándar de parte de los que rasgan vestiduras en contra de quienes, más que generar pérdidas, generamos finalmente beneficios para la industria. Te guste o no.
Alfredo:
En este tema tengo ideas contradictorias, como ya lo mencioné, pero veamos este ejemplo, que tal vez esté mal armado, pero quizás me sirva para explicarme mejor:
Supongamos que a mí me gustan las zapatillas negras-con-blanco. En Chile no se venden. Los distribuidores nacionales o no se han interesado en traerlas de USA o no han podido pagar lo que vale la licencia que les pide el productor original.
Así que no las traen. Tienen otras pero no ésas.
Yo me compro unas a través de la red o se las encargo a un amigo.
Un distribuidor de Falabella o, qué sé yo, Zapatillas-Chile me ve en la calle y me dice:
-Oye, eres un chancho, esas zapatillas no están licenciadas en Chile.
-Sí, pero es que yo las quería así que las compré por internet.
-Eso es competencia desleal, mi guacho. Estás violando el copyright. Se supone que un local no debería poder comprar esas zapatillas. El tipo que hizo la transa, el que las pasó por aduana y el boludo que las calza están participando de un delito.
-¿Pero y la libertad de mercado? ¿Esa huevá que nos enseñaron los economistas? ¿El derecho del consumidor a escoger el producto que más le guste?
-Pero es que hay leyes. Y la ley dice que para vender esas zapatillas en Chile hay que comprar la licencia.
-Pero yo la compré en USA.
-Okey, estás usando una triquiñuela. No es ilegal en espíritu, pero es INMORAL.
-¿Inmoral como que Homecenter y Falabella revienten a los mueblistas locales vendiendo rackets armables a un tercio del precio que cuesta hacerlos en Chile?
-Eso es distinto. Libertad de mercado. Ley del más fuerte. Quien está equipado para competir mejor triunfa y eso es lo bueno del sistema.
-¿Y cuál es la diferencia conmigo?
-Que tú eres un consumidor. Tienes que someterse a la ley, que te da derecho a comprar lo que nosotros digamos que puedes comprar, al precio que dictamos y en las condiciones de compra y crédito que establezcamos. Estás perjudicando el mercado local comprando esas zapatillas a menor precio afuera y saltándote los impuestos.
-¿Pero no enseña el mercado que uno compra el mejor producto que pueda pagar?
-¿Dónde está tu sensibilidad social? ¿Y los honestos comerciantes locales de zapatillas?
-¿Dónde está la sensibilidad de ellos cuando resulta que no puedo pagar sus precios?
-Eso es distinto. Ellos cobran por su trabajo.
-¿Y acaso no compran sus materias primas donde se las vendan más baratas?
Largo ejemplo, pero por ahí voy. El mismo mercado que nos ha enseñado a ser despiadados a la hora de consumir, ante el pirateo está chillando que se cumpla la ley y que seamos éticos. Okey, pero que metamos presos a cien piratas no resuelve un problema de fondo: hay algunos que queremos consumir cultura pero el mercado no nos satisface ni en términos de precio ni de variedad de productos.
Claudio: Rectifico el lapsus en inglés: copyright.
Pero sigo viendo un contrasentido en tu argumento. ¿Entonces cuál es la diferencia entre el «flaite» que vende en la cuneta y el intelectual que busca el acceso a la cultura? Según yo, ambos han bajado un material por el que no han pedido autorización alguna, no importa la moralidad de sus fines.
No soy abogado, y profundizo solo en la medida de mis conocimientos: entiendo que la ley de propiedad intelectual chilena otorga al titular del derecho de autor el derecho a reproducir su propia obra, y que al autorizar a otros a hacer uso de ese derecho se genera el copyright. Y entiendo que hay excepciones en el tema de la reproducción en el ámbito familiar o en el educativo, siempre que no haya fines de lucro. Pero hasta donde yo sé eso se refiere al arriendo de películas, no a las bajadas por internet. Yo puedo mostrar películas en una clase universitaria -en público- pero las tengo que arrendar primero, no bajarlas-piratearlas. ¿O no?
El argumento de la intangibilidad del bien también se puede dar vuelta. Es cierto que la «copia» aún está disponible para otros que la pueden comprar, pero ciertamente el «titular» del derecho de autor deja de percibir un ingreso que pudo haber percibido. Para defender eso está el copyright. Touché: técnicamente no es un robo, pero concédeme que seguir en esta línea argumental es solamente semántico, igual es un asunto ilegal, ilegítimo o feo. Si sabes de la «juridicidad» de este tema -que estaría contradiciendo lo que yo digo- por favor no te guardes la información para derrotarme después miserablemente: entrégala para enriquecer la discusión.
En el último párrafo te contradices al afirmar que los derechos que consideras propios de países civilizados no existen en Chile. Si no existen es que tienes prohibido lo que haces. Tú mismo lo estás afirmando. ¿Deberían existir? No lo sé porque no dejas en claro a qué derechos te refieres. Tampoco entiendo cómo «ustedes» generan beneficios para la industria.
Y el «te guste o no» es completamente innecesario.
Villalobos: pero las zapatillas las compras y las películas no.
Bueno, gran discusión. Acá evidentemente caemos en qué es lo legal y qué es lo moral. Llevamos un par de milenios hablando de esto. Partamos por lo legal: La piratería es ilegal. No importan los pataleos, no hay caso: eso es así aun cuando la misma industria no se haya puesto de acuerdo respecto a qué es piratería. Aparentemente a la industria le parece tan perseguible quien copia sus propios DVDs (porque persigue el software de copia como DVD Decrypter) como quien los vende ilegalmente a un menor precio, como quien comparte películas en internet por sistemas de P2P como el colegio que para juntar fondos hace una función de una película arrendada en Blockbuster. Todos ellos, dicen, hacen un uso de los derechos de copyright inapropiado porque no está autorizado directamente por el titular de derechos de autor. Ahora, me guste o no, me parezca poco clara o espuria o lo que sea, la piratería (o lo que entienda la autoridad por piratería, dada la multiplicidad de eventos sancionables por la ley) es ilegal. Comprar una película pirata en la calle, además, es ilegal en Chile no solo porque los derechos, sino ademas porque el comercio informal es perseguido porque no paga IVA (algo que en Chile, sabemos, es mucho más importante para las autoridades). Es decir, la indutria dice a la autoridad: «Oye, todo esto es piratería, persíguelo», pero la autoridad dice: «Ya, ya, pero tranquilo, no puedo todo: déjame enforcarme en los que venden películas piratas, porque ellos además no dan boleta». Ahora, no porque no haya sufienciente capacidad de control de parte de la autoridad es menos ilegal.
Entiendo lo que quiere decir Alfredo cuando dice que es tan piratería vender una copia pirata de Shrek 3 como de La Commune. Concuerdo: hay una falsa distinción cultural ahí. De hecho, una dañiña: Peter Watkins quizás necesita más de nuestro dinero por el pago de derecho que Dreamworks para seguir haciendo sus películas (por lo demás, los grandes estudios son como los supermercados: mientras más les roban, más suben los precios; para los realizadores independienetes como Watkins esto se hace impracticable). Para Alfredo o pirateas o no pirateas. O sigues la ley o la rompes. No eres menos pirata (ni robas menos, dice) si tu película bajada de internet es de Bela Tarr o Spiderman 3. La ley no distingue así. Y tiene razón en ese punto, a mi parecer. Por decirlo de otra forma: «Spiderman 3» es tan «cultural» para la ley como «Sátántangó». Lo que pasa es que tiene más poder para perseguir ese crimen un gran estudio que un pequeño productor hungaro. Pero ante la ley es igual de ilegal.
Eso dice la ley. Ahora, tienen un problema para hacer cumplir esa ley: ¿hasta qué punto pueden meterse a saber qué hago yo con mi computador? ¿Pueden ellos venir a ver qué bajo o qué no bajo de internet? El asunto es que lo han hecho en algunos casos en Estados Unidos, han hecho juicios a «civiles» que han compartidos muchas películas por internet, pero estos juicios a nivel másivo son impracticables y son más para generar «miedo» ante los eventuales futuros «downloaders». Porque hay derechos personales ahí. Recordemos que fumar marihuana en Chile no es ilegal por esa misma razón (siempre que lo haga solo en mi casa), aunque la comercialización y tráfico lo sea. Por lo tanto, siguiendo ese mismo espíritu, yo debería tener libertad para bajar lo que quiera de mi computador y ver lo que quiera en mi casa, en cuanto no haga trafico ni comercializacion de esos productos.
Y ahí está la discusión moral, que es una discusión de otra indole que algunos han intentado hacerla en esta corrida de comentarios. ¿Es inmoral bajar películas? ¿Se defiende el argumento de las razones de acceso cultural para hacerlo? ¿Hay excepciones? ¿Es esto lo mismo como cuando un gobierno en Africa decide pasar por alto las leyes internacionales y «piratean» los medicamentos para combatir el sida?
Me parece que Villalobos tiene un punto al decir que el mismo mercado el que ha defendido y estimulado la voracidad de los consumidores, en todo ambito, y ahora no pueden controlar esa voracidad. Ahora, tengo mis dudas con el tema del acceso cultural. Me gustaría que Watkins (pero no su productor, el autor) recibiera directamente de parte mía la plata por la copia que me compré pirata de ebay de The war Game. Me gustaría que eso lo estimulara a hacer más películas. Es más, estoy dispuesto a hacerlo. Pero recordemos, la industria no está viva para defender a los autores: está viva para defender los derechos de los productores. Y de ahi que nos parezca tan defendible robarle a gente tan insoportablemente rica y arrogante, según ellos mismos se han retratado en el mismo Hollywood («The player», «Cautivos del mal»).
El tema es cómo hacen los mismos autores para acortar la brecha con los consumidores: como nos dan la alternativa real de no tener que bajar sus películas sin que a ellos les llegue nada. Porque el mercado me ha hecho un animal ansioso: quiero ver «La Commune» y la quiero ver ya. Llevamos encerrados demasiado tiempo en el ostracismo cultural como para que nos vengan a decir que ahora debo reprimir mi ansiedad cinéfila. Lo siento, no puedo.
1- ¿Y todos piensan que es una copia del consejo de calificación cinematográfica solamente porque la pantalla lo dice? Yo he escuchado gente que quiere piratear peliculas chilenas y dicen «pongámosle un cartel que diga COPIA PARA FESTIVALES,y le echamos la culpa al festival». Me imagino que hacer eso es igual de facil que conseguirse una copia, pegarle un cartel del CCC, ponerla en la red y echarle la culpa a ellos.
2-No sean patudos. Si pirateamos, no justifiquemos el asunto con que «no hay leyes claras». Como si la ley les importara tanto tanto. Hay que ser muy cara de palo.
Yo pirateo porque tengo ganas de ver las películas.
JPF:
Hoy en LUN Consuelo Castillo explicó que la copia que enviaron al Consejo era la única que tenía ese sello de agua. Lo hicieron porque antes le había pasado lo mismo a otros cineastas. Y después de recibir la copia de vuelta, la rompieron. Así que pa’l pico, como diría mi abuelita.
Personalmente vivo un poco alejado de centros de “consumo” de La cultura, y si no fuera por Internet …., apenas me llegó la conexión de manga ancha al tiro me puse a bajar música y películas a las cuales no he podido acceder, bueno también las que re cuerdo con gran interés, las que vi en algún momento en pantalla grande,
pero rápidamente cambié mi hábito en cuanto a la música se refiere, comencé a encontrar un montón de grupos de música y sellos musicales, a los cuales llamo “intersrellos” que optaba por entregarla de forma libre, y de la misma forma cambiaron mis gustos, no me interesé más por esos grupos “comerciales” esos que hacen sus CD´s , esos que los venden en las disquerías… disquerías?? qué es eso??? Si en Chile solo existe la feria del disco!!! Y esto suena a más feria que a cualquier cosa, de la misma forma está pasando con el audiovisual, cada vez existen más lugares con trabajos libres, realmente no me interesa casa de remolienda y menos con unas palabritas en medio de la pantalla que no tienen nada que ver con la propuesta estética de la película, que muera la carne vieja ¡!! Larga vida el formato no físico!!!! Viva la manga ancha!!! Quiero una pantalla mas grande!!!!
JPF: ¿Has escuchado gente decir eso?…mmmm.
sc: Claramente para allá va la micro. El formato físico tiene sus días contados, lo cual no deja de ser preocupante en tanto no exista -y todavía no existe- un sistema eficiente de retribución al artista. Ahí está el punto, creo yo. La única manera que conocemos para funcionar como sociedad es mediante el intercambio. En el caso de la múisica se está dando un fenómeno curioso de involución. Antes los músicos hacían giras para promocionar sus discos. Ahora están empezando a lanzar sus discos por Internet para que la gente vaya a sus conciertos. Todo el sistema, y con él la ética, está cambiando. Pero tengamos cuidado con proclamar “la muerte de la carne vieja” sin saber bien lo que nos espera en cambio.
Estimados,
Dejen de llorar.
Yo aun estoy esperando que dejen de piratear las peliculas de Raoul Ruiz que produje con el sudor de mi frente y que ustedes ven en la Cineteca sin pagarme un peso.
Cuando van a enviarme el cheque?
Hijos mios,
EMule esta con vosotros.
Decir que los productores de cine es gente «insoportablemente rica y arrogante», es insoportablemente simplista y desinformado.
Soy productor de cine. Puede que sea arrogante, pero lamentablemente no soy ni inmensamente ni minusculamente rico. Ojala así fuera.
El precio que todos pagan por sus películas es lo que la cadena cuesta. Si no les gusta el precio, lo lamento, pero piratear o descargar es violar los derechos de autores y productores y atenta contra la producción misma. Quienes cortan la mayor tajada en esta cadena? Primero Los exhibidores, luego los distribuidores, luego los productores y autores. Quién es el que corrió mayores riesgos?? El productor.
Si «Los debutantes» no hubiera estado en las cunetas antes de estrenarse, ya habría estrenado mi segundo largometraje «199 recetas para ser feliz». (y si además el CCC no hubiera metido su cuchara con la censura para mayores de 18, tal ya estaria rodando la tercera). Así de simple.
Me gustaría que los que defienden el consumo gratuíto de cultura, pusieran sus sueldos a disposicón de la sociedad también trabajando gratís de igual forma. Por que la cultura se piratea, pero no los servicios profesionales, o los alimentos, o la educación. Por que el productor de manzanas si puede lucrar con su trabajo y un productor cultural no?
Claramente los que defienden la descarga o el pirateo es por que no les toca el bolsillo. Estoy seguro qu si su trabajo fuera pirateable, tendrían otra postura.
Alfredo:
La diferencia entre el flaite de cuneta y el «intelectual» es que uno lucra y el otro no. Uno se beneficia económicamente de una obra intelectual y el otro no. Uno arma un modelo de negocio y el otro no.
Respecto de lo que dices, que el titular deja de percibir un ingreso que pudo haber recibido por la descarga, es falaz. No hay un solo estudio que permita llegar a esa conclusión. Es más, y acá está la vuelta de tuerca del argumento del acceso, hay muchísima gente que se ha hecho amante de la música -por dar un ejemplo- luego de haber realizado descargas de internet. Viene White Stripes a Chile y son capaces de llenar un pocos días el estadio Victor Jara, sin haber estado nunca en la lista de los más vendidos y sin ser tocados en radios. ¿es que de repente nos transformamos en zombies que vamos a ver músicos que no conocemos?
Y respecto de mi contradicción, nunca he dicho que las descargas sean legales en Chile. Luego, no veo la contradicción. Que tengo varias en la vida, pero no es esta.
Respecto de lo que dice Maza en cuanto al control, hay un punto. Lo que sucede es que cuando un fiscal tiene que decidir si dedica las horas de trabajo a perseguir al flaite que pillaron con 20 cdr en una mochila o investigar la muerte de una joven luego de recibir una paliza del pololo, está claro lo que va a hacer. De hecho, eso explica por qué se terminan archivando casi todas estas causas.
Hay otro tema (sorry que me alargue) que Maza toca tangencialmente. Si alguien va a perder con la distribución no autorizada de obras por internet (denominémoslo como lo que es, por favor) no es el director. Es el productor. Para la ley, el titular de los derechos de autor de una obra audiovisual no es ni el director de arte, ni el director. Es el productor.
Y mi punto lo grafica muy bien Maza: estamos hablando de hechos ilícitos, OK. Pero cuando para su persecución vamos a violentar derechos que quizás son más importantes (privacidad, libertad de expresión, etc) hay que tener más cuidado.
Termino con un ejemplo. Cuando ABC se dio cuenta del exitazo de su serie Lost en países donde ni siquiera tenían pensado comenzar a emitirla (léase Chile, sin ir más lejos) y vio que un par de días luego de la emisión en EEUU estaban disponibles los episodios en calidad HD y con miles de seeds compartiendo tenía dos alternativas. O los demandaba a todos (ojo que esos que iba a demandar son sus potenciales clientes), o hacía algo novedoso. Y utilizó la tecnología: desde ese momento es posible ver los capítulos en el mismo sitio de ABC y con comerciales. Ganan todos.
Y la relación derecho, tecnología se traduce en que hoy estamos regulando la nueva tecnología con leyes del pasado (nuestra ley de propiedad intelectual es del año 1970, cuando no había ni tele a color), no tratando de adaptar la legislación a la nueva realidad.
Finalmente, la conclusión de todo esto es renovarse o morir.
Primero creo que «las políticas culturales chilenas» mas me parecen a «políticas comunicacionales» que se enmarcan dentro de una perspectiva de mercado, industrial y negocio-arte como en el caso del cine, aunque tengan repercusiones culturales.
Segundo, creo que es impresentable, y es una nueva oportunidad de corregir nuestro sistema de calificación, en términos de fondo y forma.
Tercero, dejo esto para el final porque ya hemos visto la cantidad de variables y lo complejo del tema, que es sobre la piratería.
Y mi visión es sobre lo que se quiere;
se quieren ver películas. ok.
se quiere tener cosas. ok
se quiere tener información. ok
se quiere saber más, para tratar al resto de oligofrénicos en un blog como éste. ok
Y quien paga?
se hace gratis?
que industria se fomenta?
se fomenta el arte y la cultura con estos comportamientos (legales o ilegales, me da igual)?
es una forma de educación gratuita para los ciudadanos, (intelectuales o no, me da lo mismo)?
Los que hacen cine, tienen que hacer como los músicos y hacer películas para estrenarse y bajarse gratis desde sus sitios de internet?
el de la cuneta, gana plata.
sony con sus dvds vírgenes gana plata.
los ciudadanos gastan menos plata.
es una publicidad gratuita que la producción se ahorra?
y la ultima, ya que el mercado funciona, tiene que ser asi no mas?
no somos responsables de como se manifiesta el mercado?
PD: me quedó dando vueltas a propósito de las políticas culturales chilenas con respecto a los derechos de las películas de Ruiz en la ruizton, en el mismo centro de la exposición el pago de chile.
salud.
Chuta, se pasó el CCC…
Leyendo lo que acá se pelea, creo que Alf se equivoca. El que sea el CCC el que robe y piratee no sólo se «ve» feo, es impresentable.
Primero, porque hay una violación de confianza. La copia se entregó para ser vista en privado y el CCC -como institución- violó esa confianza. Y segundo, y muchísimo más importante, es que si haces una peli en Chile y quieres ponerla en las salas estás obligado a llevar una copia al CCC para que la califique.
Ese es a mi juicio el problema, que no sólo se piratée, sino que se haga abuso de confianza y de poder por parte del CCC.
Todo el resto -la mula, la cuneta, el robo o hurto, que buena piratería y mala piratería, etc etc etc… es otro tema.
Viva la mula!!!
A propósito del tema, en USA la campaña está fuerte por endurecer aún más las penas contra la piratería. Según un estudio citado hoy en el Washington Post, la piratería le cuesta a USA 58 mil millones de dólares anuales y 350 mil puestos de trabajo. Me gustaría ver cómo llegaron a esas cifras, pero a pesar de todo la noticia es interesante:
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/10/02/AR2007100202329.html
Parece que hay una barrera infranqueable entre hacedores y consumidores. Le encuentro toda la razón a Waissbluth.
En el resto de los argumentos solo veo confusión conceptual, largas vueltas para justificar lo injustificable. Yo también creo que la industria tiene que adaptarse a los nuevos sistemas de distribución, pero eso no quita que la gente sin espaldas -Waissbluth- quede mucho más desamparada con las descargas o con el cuneteo que la gente con espaldas -Lost, ABC-.
El mundo de la cultura es bien inculto con respecto a los otros mundos, en particular con el de la economía y la administración. Al final las descargas y el cuneteo a los únicos que ayuda son a los grandes muy grandes, commo bien demuestra -claro que sin compartir este punto de vista- Claudio.
Vamos a ver si Waissbluth quiere seguir haciendo películas si -como es muy probable que pase- le vuelvan a «cunetear» su nueva obra.
El nombre del juego se llama «innovación»: ser capaz de crear algo nuevo a partir de algo viejo. La creación artística es por definición innovadora, pero en este ambiente cultural, de gente culta que feliz descarga o compra cuneteado, no tiene mucho por donde florecer. Y después nos preguntamos por qué no florece el cine chileno, por qué no hay tecnología ni industria intelectual.
AFA, a mí también me parece impresentable que se haya filtrado desde el CCC, es un feo cuchillazo por la espalda. Pero qué importa de dónde se filtró: el punto es que en el otro extremo está lleno de tipos felices de descargar o de comprar cuneteado.
Insisto. No porque digan que la copia del CCC tenía ese sello de agua, significa que ESA es la copia del CCC.
Su crítica es antojadiza. La hacen más porque la quieren hacer, que porque en esta ocasión haya algo evidente que criticar. Hasta cuando las cabezas de pescado.
Les propongo algo: mejor hagamos más películas y todos salimos ganando.
Yo estudie en un colegio sin numero, de curas. Y concuerdo con el viejo Alfredo que este mundo seria mejor si la gente hiciera las cosas bien como deben ser. Pero creo que su argumento goza de un reparo mas profundo. Olvida que vimos bajo una feroz elite depredadora que actua y se mueve como el peor de los flaites, ladrones, embusteros o farsantes. Alfredo con su posicion recatada y ultraconservadora solo da pie a hacernos creer que si estamos mal es por culpa de la gente tonta que no sabe hacer bien las cosas. Pero nunca menciona que vivimos en una sociedad que se sostiene mediante un gran robo a cara descubierta de ciertos grupos sociales contra otros, mas ignorantes y desposeidos. ¿Para quien trabajas Alfredo?
Ahh y es una boludez cagarse a los debilitados artistas…hay que estar loco para tratar de generar cultura en estas condiciones. Ah pero reafirma el ego.
Ojo que no es sólo el mundo cultural que está en juego, las tres principales industrias donde se piratea son además de la industria cultural, la farmacéutica y la informática. El que no compre un medicamento hecho en Chile y sin patente o no haya usado jamás un software pirateado que tire la primera piedra.
A mí la descarga o la copia de respaldo de un DVD legal me parece que tiene un estatus más aceptable moralmente que la cuneta o el videoclub que usa copia pirata para coincidir con el estreno comercial. Alguien lo comparaba con las drogas, separando consumo de tráfico.
Digo que es más aceptable en la medida que la cadena de distribución oficial es cada día más estrecha, si no echen un vistazo a la cartelera de las multisalas un día cualquiera o revisen los anaqueles de Blockbuster. O sea, se pone muy cuesta arriba y muy caro acceder a cualquier cosa que no sea lo que los grandes distribuidores ponen a nuestra disposición. En otros países hay grandes videotecas en universidades o museos o blibliotecas públicas. Acá si uno está escribiendo un guión y quiere revisar como referencia la obra de algún director mínimamente alejado de Hollywood o el oficialismo europeo o asiático, la tarea es derechamente imposible.
O sea, condeno la cuneta y el tráfico de material pirateado, más aún cuando se adelanta al estreno de las obras en formato video lo que daña violentamente sus ingresos. La copia y la descarga creo que tiene aspectos positivos y negativos, incluso para un cineasta, ya que un cineasta que no ve películas es como un escritor que no lee y a Chile llegan de verdad muy pocas películas, poquísimas. No digo que sea 100% justificable, pero me parece que es dudoso y al menos discutible.
Trabajo para el fascismo internacional, desde luego. Antes lo hice para el imperialismo y antes para el colonialismo, pero el fascismo me ofreció más plata.
Esa visión apocalíptica de la sociedad moderna está bien para un par de cervezas en el bar, pero no se condice con las complejidades que la producción intelectual debe enfrentar hoy.
El siglo XXI sigue siendo un cambalache problemático y febril, el que descarga no mama y el que no piratea es un gil.
El que NO descarga no mama, perdón.
Yo tengo películas pirateadas. Y desde que comencé a ver películas pirateadas, comencé a ir más al cine y a comprar más películas originales. Lo mismo que con la música.
Y conozco mucha gente que trabaja en el área audiovisual, desde directores para abajo, que copia, presta y ve películas pirateadas. Porque de otra forma no hay como conseguirla, porque no alcanzaron a ir al cine, por miles de razones, justificadas o no. Incluso, porque no tienen plata para gastar en la producción original. Yo, por política editorial, no bajo películas latinoamericanas ni chilenas. Pero no sé si alguien ha ganado un peso más, por esta decisión. ¿Alguien me puede decir?
Villalobos.
Hay un error jurídico en uno de tus argumentos.
El lugar físico donde se realice la actividad de difusión no altera la regla de excepción establecida en el art. 47 de la Ley de propiedad intelectual que señala que
«Para los efectos de la presente ley no se considera comunicación ni ejecución pública de la
obra, inclusive tratándose de fonogramas, su utilización dentro del núcleo familiar, en
establecimientos educacionales, de beneficencia u otras instituciones similares, siempre que esta utilización se efectúe sin ánimo de lucro.»
Lo relevante es el carácter de la actividad y no el lugar donde se realice. Así que tu punto sobre que si se hace en un «gimnasio o club vecinal» estarías violando la ley, no es correcto.
Tampoco lo es, para ser precisos jurídicamente, que cualquier descarga viole la ley de propiedad intelectual. Para el caso de los extranjeros, sólo dice el artículo 2, «gozarán de la protección que les sea reconocida por las convenciones internacionales que Chile suscriba y ratifique»
Es decir, hay que ver si pertenecen a un país con el que Chile tiene una convención o son ambos partes de algunos de los tratados multilaterales.
Como curiosidad jurídica , si revisas un tratado importante, p. ej., el Convenio para la protección de los productores de fonogramas contra la reproducción no autorizada de sus fonogramas, te encuentras conque ni Cánada ni Irán han hecho más que firmarlo, y no lo han ratificado, por lo que no podrían gozar de la protección de este tratado.
Deben encontrar protección en alguno mas genérico, como el de Berna, que es el tratado madre en cuestión de propiedad intelectual.
Mmmm. Revise Berna y está Cánada pero no está Irán.
Los suscriptores de un tratado sobre propiedad intelectual pueden ser revisados en la página de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
(http://www.wipo.int/treaties/es/ShowResults.jsp?lang=es&treaty_id=18)
La ley de propiedad intelectual chilena, actualizada, está en:
http://www.bcn.cl/leyes/pdf/actualizado/28933.pdf
Por su parte, Alfredo acierta cuando dice que «Yo puedo mostrar películas en una clase universitaria -en público- pero las tengo que arrendar primero, no bajarlas-piratearlas.»
El distingue lo que ley denomina paara efectos de protección como «publicación» y lo que denomina «utilización» o «reproducción» de esa obra (art. 18 de la ley).
Lo primero no tiene regla de excepción, lo segundo sí.
Legalmente no da lo mismo que un funcionario público infrinja la ley.
Uno de los problemascon la configuración de los delitos en materia de propiedad intelectual es que los 4 o 5 artículos no dan cuenta de la diversidad de disvalores que este debate exhibe.
Bien dice Alfredo que la propiedad intelectual hoy tiene complejidades, y eso es, creo, lo que justamente y desordenadamente, y contradictoriamente, han tratado de decirle varios de los comentaristas. Que no es lo mismo una conducta que otra.
Cuando Alfedo se pregunta por la «diferencia entre el “flaite” que vende en la cuneta y el intelectual que busca el acceso a la cultura» y se responde que no la hay, me parece que el quita complejidad al asunto. El derecho penal debe ser capaz de hacer distingos y castigar en forma desigual, la infracción de bienes jurídicos de distinto valor. Quien está comercialixando, en casi todos los ámbitos del derecho penal, recibe más pena que quien simplemente se ha beneficiado para sí de determinado ilícito.
Creo que algo así querían argumentar algunos. No es pisible homolofar ambos comprtameintos.
Y, estimado Maza, en Chile, el estado tiene hace un tiempo derecho a hurgar en nuestros computadores, a través de la ley de pornografía infantil.
Estrada, estás equivocado.
La excepción del 47i2 está limitada por el carácter espacial. Cuando se hace referencia al lugar, lo hace para limitarlo a la comunicación pública en dicho contexto. Sí es relevante el lugar donde se realice. Por lo demás, como bien debes saber, al ser una norma de excepción debe ser interpretada restringidamente.
Lo que dices respecto de los extranjeros tampoco es correcto, toda vez que, como bien debes saber, en Chile la ley aplica sin distinción de nacionallidad. La regla a la que haces alusión se refiere a extranjeros sin domicilio en Chile y hace aplicable la conocida regla del «trato nacional».
Y estás en lo cierto en la parte final cuando hablas de la necesaria diferenciación que debiera tener la ley entre la infracción de bienes jurídicos de distinto valor. Lo que sucede en Chile, es que con una bazuca jurídica queremos matar una mosca. Eso, se traduce en que en Chile, prácticamente todos somos delincuentes. Descarguemos películas o no. Las vendamos o no. Hagamos copias privadas de ellas, o no.
Claudio: Revianso el 47 creo que tu correcci´no puede ser cierta. Voy abuscar jurisprudencia para ver qupe han dicho al respecto,
Sobre lo segundo, justamente es a ese tipo de extranjeros a los que me refiero, creo que no lo precisé así que te agradezco la corrección: Hablaba de la obra de extranjeros cuyo país no tenga un estatus de protección compartido con Chile. Irán es un buen ejemplo dada su cinematografía de la última década.