Sí consideramos sólo las películas que se estrenaron en las multisalas –que es donde se acumula la mayor cantidad de espectadores-, es cierto que hubo menos películas que el 2008 (bajaron de 22 a 15), pero también bajó notoriamente la cantidad de estrenos en general (de 200 a 169). Pero el dato más relevante es que tuvimos muchísimos menos espectadores que el 2007 con mayor cantidad de películas. Los números no mienten: el 2007 se estrenaron 11 películas chilenas y hubo 914.539 espectadores. El 2008 se estrenaron 22 y hubo 939.835. El 2009 se estrenaron 15 y hubo… 547.596 espectadores. O sea, una caída sobre el 40%.
A lo que yo agrego: para el cine chileno el año pasado fue catastrófico. 547.596 espectadores corresponde al 3,9% del total de tickets cortados el 2009 (13.923.315). El promedio de los últimos 12 años es 6,4%.
Aún así, no es el peor año de la década, pero sí el más malo desde el 2005, cuando el cine chileno tuvo 391.637 espectadores (apenas el 3.65% de la taquilla de ese año).
Es decir, el 2009 se dio la paradoja de ser EL MEJOR AÑO DE LA DECADA para los exhibidores (17% más que el año pasado, 44% de crecimiento desde 1999), y el QUINTO PEOR AÑO DE LA DECADA para el cine chileno. Digo paradoja, porque las propuestas fueron variadas (terror, comedia, drama bélico, de festivales) pero ninguna enganchó demasiado. Ni siquiera LA NANA, con toda su presencia mediática, no fue la película más vista del año, al llegar a 90 mil espectadores. La película más vista fue GRADO 3 (240.716) del Rumpy, con todo, la de peor taquilla comparada con EL CHACOTERO SENTIMENTAL (1999, 792.469) y RADIO CORAZON (2007, 364.004).
12 respuestas a «Jorge Morales en Mabuse: «Cine chileno tuvo el 2009 un 40% menos de espectadores»»
El artículo y las cifras que entrega son decidores. Es necesario que se impulsen medidas que enfrenten el problema señalado por el artículo, considerando que entre las razones de fondo está la desigual competencia que deben enfrentar nuestras películas al momento de exponerse al estreno en salas comerciales. Entre las cuales dos: que existan salas que puedan dar otra cobertura a las películas, en soportes digitales y/o cine, cuya base son las salas de arte que en este momento están generando una red para este efecto. Una segunda es que el Estado invierta, además de la producción, en la promoción de las películas chilenas; aquí el concepto debiera ser que el estado, interesado en que existan películas chilenas, por consecuencia lógica está interesado en maximizar la rentabilidad social que implica su inversión para que se haga la película, por ende, que sea vista por la mayor cantidad de personas. Sigue vigente la necesidad de ampliar los públicos, formando nuevos espectadores y permitiendo el acceso de una gran mayoría que o no puede pagar los precios de las entradas o están en localidades donde no hay salas que difundan nuestras películas. Lo esencial es que pensemos que junto con hacer películas hay que impulsar las medidas que amplíen el contacto de ella con sus destinatarios, las personas.
Catastrófico el balance de la taquilla del cine nacional. Tal vez, el Estado debe no sólo financiar la producción (películas) sino también incentivar a la demanda (espectadores) a través de apoyo.
El escaso interés del público nacional por el cine chileno es un tema en el tapete hace tiempo en Mabuse (al igual que en Analízame) y que debería preocupar de manera urgente a los nuevos mandamases del ministerio de Cultura. Me acuerdo que en al final de la crisis económica durante la dictadura se instauró el slogan «Si es chileno, es bueno» para promover el consumo de productos nacionales. ¿Por qué con nuestro cine debería ser diferente el tratamiento que el observado en el marketing que tienen nuestros vinos, los que son motivo de orgullo patrio?
Algunos puntos a discutir aparecen en la siguiente columna
http://www.mabuse.cl/columna_semanal.php?id=9
Creo que el problema más grande que enfrenta el cine nacional, y en parte la explicación de que se vea abandonado por la audiencia es la majaderia de decir que el cine chileno es responsabilidad del estado. El problema que se presenta ahi, es que normalmente, éste apoya películas que siguen cierta linea editorial o tienen ese no se que de «identidad nacional» (aunque nadie sepa bien que significa). Esto lleva a que la gente asocie peliculas chilenas con peliculas fomes. No malas, FOMES. La Nana, que la encuentro excelente, la vió mi hermano y su comentario fue «y por esto armaron tanto atado? pta la película pa fome» Creo que el cine chileno tiene que sacarle la cabeza del ombligo y empezar a fijarse en los espectadores, para poder crecer como industria, mas que en la parte «artistona» que tiene ahora en Chile. A fin de cuentas, los que vemos cines ahora, somos un público mas o menos cautivo. Hay que atraer a esa gente que no ve cine chileno, o que derechamente no va al cine. Ahora, tampoco creo que esto implique ponerse a hacer Crepúsculo 7. El cine tiene que cortar el cordón umbilical con el estado para así poder ser de todos, no de los que estén en ese minuto.
lo que dice nacho puede sonar incorrecto y acaso simplista, pero algo de razon tiene en el fondo. Un cine gestionado desde capilllas intelectuales e intereses politicos (contingentes), esta destinado a eventualmente perder contacto con su publico. Si hollywood es lo que es no es gracias al estado, sino a su directa comunion con su publico. Ese es el lado bueno. el lado malo de Hollywood, es que esta comunion con su publico (muchas veces acritico) hace que nos tengamos que mamar inmundicias como «el hombre lobo» y mas encima a escala global y casi de forma impuesta. La solucion esta entremedio una vez mas. Fondos para nuevos cineastas, pero tambien con una «industria» que sepa captar nuevos espectadores, mas alla de los cinefilos a ultranza o los que trabajan en el mismo medio.
Establecer cuotas para peliculas chilenas con un minimo de exhibicion garantizada, mas fondos repartiidos demanera mas transparente, separando en distintas categorias a cineastas jovenes, de los Littin, Wood y demases que ya debeieran ser capaces de levantar proyectos por si solos. No quisiera tampoco adoptar a concho el sistema hollywoodense, pero tampoco me quiero llenar de peliculas hermeticas e hiper experimentales, que al final es el camino mas corto para hacer del cine otro oscuro arte de embajadas y centros culturales bien pensantes.
En otros paises latinos esta la prueba de que su gente quiere ver su propio cine. Y mas que por chovinismo, es por que ese cine les dice algo sobre ellos, sin caer en la sociologia, antropologia o pedanterias didacticas de cualquier tipo.
Según intenciones del estado se supone que en Chile se está interesado por formar industrias culturales (que se separan del resto de las industrias, productivas, extractivas, de servicios, etc), ya que estas tienen el valor agregado de crear una imagen país y el desarrollo cultural interno.
Normalmente se cae en la disyuntiva de decir por ejemplo: «estas peliculas crípticas y «artistonas», pero no nos pongamos a hacer crepusculo 7″. El error de conceptos está en que no es el tipo de películas lo que se debe reglamentar y apoyar desde el estado (plata de todos!!) sino que la diversidad y la atención sobre industrias nacionales (como cualquier otra) por sobre cadenas y grupos económicos que no aportan nada para el capital nacional. Citar por ejemplo a Hollywood no es tan buena idea considerando la enorme caída creativa (y de ventas) de la industria cinematográfica (en favor de la industria de los videojuegos) y considerando también que si bien no es subsidiada tampoco es nacional, los estudios de hollywood quebraron hace ya varios años y son solo distribuidores, los grandes grupos económicos son mas bien capitales inmobiliarios japoneses, por ende el sistema económico de ese cine no es precisamente un ejemplo a seguir.
Soluciones pueden haber muchas (protección v/s mercado, cuota de pantalla, impuesto por ticket para beneficio del CNCA (al modo INCAA), apoyo a salas digitales, normas de reinversión mínima en tecnología digital para multicines), pero ojo se debe partir desde conceptos claros y esto no debe en ningún caso afectar la diversidad de las obras, por pedantes, artistonas (o cualquier concepto peyorativo) que les parezca a algunos.
Felipe:
Estoy muy de acuerdo con las medidas que propones. La cuota de pantalla y el apoyo a salas digitales son urgentes, pero creo que tergiversaste el punto de Nacho. El no dijo que había que disminuir la diversidad, lo que hizo fue sugerir que para crear una industria se necesitan películas que la gente quiera ver. Me anticipo al argumento de ¿Quién sabe lo que quiere la gente? o ¿Qué es la gente? diciendo que si me atrevo a definirla de alguna forma es como un grupo de personas que no va a ir en masa a ver Huacho (Yo la ví y me gustó por si aca.). Lamentablemente es así, como dicen más arriba, es un problema que se tiene que tratar de raíz; con educación, creando espectadores, el problema es que eso además de plata toma mucho, mucho tiempo. Mientras tanto, la sugerencia de buscar parámetros que «definan» un cine comercial de calidad, tanto en la forma de producirlas como tanteando su llegada, me parece bastante sano. En Argentina, «El secreto de sus ojos» dejó la escoba, personalmente no me gustó pero es un buen modelo para inspirarse.
te encuentro la razon Felipe en la mayoria de las cosas que dices y en la totalidad de las que propones. El tema es si todos estan necesariamente de acuerdo con ese enfoque proteccionista. Capaz que la mayoria si, e incluso yo podria estar entre los que estan de acuerdo. Pero si bien esas medidas son necesarias, tampoco es deseable que en el largo plazo pase lo que paso con el cine frances. Estoy ciertamente de acuerdo con el enfoque de porcentaje protegido de peliculas francesas y todo. Como industria se ha fortalezido, y todo aquello es encomiable. Pero el cine frances en el intertanto termino siendo en su gran mayoria, lengua muerta (se que esto es una generalizacion horrible, hay talentos como Assayas y otros mas por ahi para desmentirme). Pero lo que quiero decir, es que finalmente mas que el estado, son LOS CINEASTAS, los que debieran alguna vez perder el pudor y sacarse tanta pretension de encima y finalmente ser capaz de hablarle cara a cara a su publico sin por eso tener que mirarlo en menos. Ahora la discusion es mas compleja, y creo que apuntas finalmente a lo correcto, pero siempre es bueno echarle pelos a la sopa un rato que sea. Para al menos ver el otro punto de vista por un minuto solamente. Saludos.
Los espectadores chilenos no van a ver cine chileno porque a la gran mayoría de los autores chilenos Chile les da lo mismo. Quieren hacer películas que tengan éxito de crítica, ganen festivales y fondos que les permitan seguir haciendo cine. El día que los autores nacionales se interesen por el público, el público se interesará por sus películas.
Estas cifras desmienten la tesis 2008 vertida en estas mismas «páginas», que decía que el publico del cine chileno era estable, cerca del millón de espectadores, independientemente de la calidad y cantidad. El problema no es la cantidad (este año se estrenaron menos) ni la calidad (películas chilenas han destacado en el extranjero).
El cine chileno dejó de ser novedad luego del apagón cinematográfico 73 – 97. El éxito de la década pasada se debe en mi opinión al interés que generaba el simple hecho de que existiera una película chilena, que se viera y se escuchara bien. Ahora que eso dejó de ser novedad, nos encontramos con la dramática realidad de que nuestro mercado es pequeño y en general desinteresado del cine que no sea espectáculo de bombas y efectos, o en su defecto chistes y romances. Nuestro cine, en general no ofrece eso, y por tanto se enfrenta a la misma realidad de la mayoría de las cinematografías latinoamericanas.
Sin querer polemizar con Andrés, creo que ningún espectador chileno espera que una película nacional pueda equipararse a nivel de espectáculo con una hollywoodense (la comedia y la comedia romántica creo que no es prerrogativa de los yankees, aunque pienso que debemos escapar de su formulismo y adaptarla a nuestra realidad) Lo que nuestro cine no ofrece son historias bien contadas y con eso no me refiero a espectáculo visual, si no a relatos que se conecten con los espectadores y logren emocionarlos (en el buen sentido de la palabra) y entretenerlos. Cualquier proyecto basa su éxito o fracaso en los objetivos de sus autores y, quizás, los objetivos de los autores nacionales están cumplidos aunque el público no los acompañe. Esperar que la gente acuda en masa a ver películas donde el autor desea más que nada satisfacer objetivos personales y artísticos es no entender la relación del autor y el público. Sería como si en una relación de pareja uno esperara que, sin ceder un ápice, será amado incondicionalmente por otra persona. Los gringos entienden eso mejor que nadie y, aún en sus películas «independientes», se preocupan de que el espectador se emocione y se entretenga (en el mejor sentido de ambas palabras) y ceden ciertas cosas en pos de lograr una relación equilibrada entre lo que ellos quieren y lo que el espectador necesita de sus películas.
No digo que transformemos al cine chileno en una fábrica de hamburguesas, pero sí que pensemos qué ingredientes podemos poner en nuestra cocina de autor para que les parezca atractivo probarla y luego se la recomienden a otros.
Creo que es un error pensar que las únicas posibilidades son los extremos y peliculas como «Nueve Reinas», para mi gusto casi perfecta en todos los sentidos, prueban que el cine latinoamericano puede tener sentido y conectarse con sus espectadores sin que haya un sólo efecto especial de por medio.
Estimado Don C:
Películas chilenas bien contadas hay muchas. Basta el ejemplo de la Nana, Sagrada Familia, por nombrar solo a dos. No superaron los 100 mil espectadores.
9 reinas (cuyo final en mi opinión es bastante flojo) costó 1,5 millones de dolares. Menos del 5% de las películas chilenas han tenido ese presupuesto. Se requieren al menos 500 mil espectadores para financiar un proyecto de ese tamaño. Es muy dificil que alguien financie un proyecto que aspire a ese nivel de público para encontrar recién su punto de equilibrio. Nuestro mercado es muy pequeño, y eso es una realidad. El mercado internacional dirán algunos, puede ser, pero a los chilenos nadie les entiende como hablan. Está dura la cosa.
Andrés:
De acuerdo que hay películas chilenas con historias bien contadas, pero a diferencia tuya creo que son las menos. En Chile, al igual que en el resto de Latinoamerica y Europa, domina la teoría del autor, donde el director y guionista son una sola cosa y ahí creo radica nuestro talón de Aquiles. Evidentemente hay algunos genios por ahí que dominan ambas cosas, pero convengamos que si Scorsese no escribe sus propios guiones, no puede ser que casi todos los directores chilenos lo hagan.
Es una pena que las buenas películas chilenas no logren llevar espectadores a las salas, pero convengamos que además de las dificultades de distribución y promoción, hay otros factores involucrados. Como analogía, al día de hoy los dos discos más vendidos en Chile son chilenos (ambos de Américo) y claramente él tampoco tiene las facilidades de distribución y promoción de otros artistas. Algo pasa con nuestro cine que va más allá de la bestia negra de hollywood (Como ejemplo cuando vi La Nana, en DVD y bastante tarde, para mi grata sorpresa no tenía nada que ver con le película que me habían vendido en los medios)
Con respecto a Nueve Reinas (discrepo con lo del final, pero para gustos colores), tú evidentemente sabes mucho más que yo de presupuestos, pero creo quela fuerza de la peli radica en la historia y esa historia podría haber sido filmada por mucho menos plata y creo que hubiera sido igual de buena (es cosa de recordar La Celebración) Mi opinión es que nos falta darle al guión y, muy a pesar de los guionistas, eso no cuesta mucho en nuestro país.
En lo del mercado, estamos de acordeón, por lo mismo se hace más necesario que los que hacen cine piensen en los espectadores. Lo idel sería crear un mercado latino de cine, pero eso es una discusión más larga y que no está en nuestras manos. Conectarnos mejor con el público si lo está.
PD: Mis respetos a los que hacen cine porque,de verdad, lo encuentro titánico.