La tesis se la leí en El Sábado de hace dos semanas, y se la volví a escuchar ayer en una entrevista en Radio Cooperativa, analizando el año cinéfilo y político. Y la tesis de Ascanio Cavallo es que este fue «el año rojo» del cine chileno. Que aunque en el 2005 se estrenaron 15 películas chilenas en salas comerciales, eso no da para decir que este fue un buen año para las películas locales. Que no hubo ningún mega exitazo como «Sexo con amor» o «El chacotero sentimental» o «Machuca».
Y es verdad, ninguna película chilena llegó a los 500 mil espectadores, ni anduvo cerca de esa cifra; «Machuca», del año pasado, sí lo hizo. Pero, ¿es eso malo para el cine? Quizás sea mejor mirar que pasa al lado. El cine argentino este año estrenó 69 películas en salas, según La Nación Argentina, y «la inmensa mayoría (53 películas) lo hizo con menos de 10 copias». No sólo eso: incluso la mitad de todo lo que se hizo (35) se estrenó con menos de tres copias. Estamos hablando de Buenos Aires, Argentina.
Además, según la nota, de esas 69 películas argentinas del 2005, solo SIETE (el 10%) pasaron los 100.000 espectadores. Proporcionalmente, en el cine chileno la situación no es muy distinta: dos de las quince películas de este año (13%) van a pasar los 100 mil («Se arrienda», y «Mi mejor enemigo»). ¿Tenemos que volver a esperar megaexitazos para decir que existe industria del cine en Chile? ¿Deberíamos empezar a acostumbrarnos a esta realidad, no muy distinta que la de nuestros vecinos? No olvidemos que estamos hablando de Chile, un país donde si un libro vende sus 2.000 ejemplares de la primera edición se le considera un best seller (no estoy exagerando). ¿Soy yo demasiado conformista con esta industria o Cavallo tiene razón?
No es industria brillante, pero me parece decente. Una mini industria que va en camino a ser una verdadera industria, más seria y más conectada con los espectadores, pero también, más conectada con la realidad. Llevar 100 mil espectadores, recordémoslo, es mucho. Es mucho para cualquier película que se estrene en Chile, chilena o extranjera. Los números de 500 mil, 300 mil o 1 millón de espectadores son excepcionales para el número de salas que tenemos, y la cantidad de asistentes a las salas anuales que hay en Chile. Nuestras cifras de consumo cultural son mucho menores que las que hay en Argentina.
(La supuesta depresión de Cavallo no es nueva: ya el año pasado, en su crítica a «Promedio rojo» decía que la película de López: «Los méritos de Promedio rojo no son menores en un año que para el cine chileno ha sido de más frustraciones que hallazgos«).
Ahora, en términos artísticos, es otra historia. No hubo grandes películas este 2005, pero tampoco fuimos invadidos por los marcianos de los bodrios. Más que películas, del cine chileno me gustaron momentos y personajes. El chilote y la escena de suspenso dentro de la casa abandonada del primer tercio de «Mi mejor enemigo»; la secuencia de procedimiento de negociación del secuestro en el Cerro Santa Lucía, y la pendeja mala y rica de «Secuestro»; Francisca Lewin, Francisca Lewin y Francisca Lewin en «Se arrienda»; las escenas de sexo de «En la cama». Por supuesto, hay otras 10 o 15 películas dentro de «Días de campo» que también me gustaron mucho, en especial, la del monólogo de Agüero, que ya debe estar entre los grandes, grandes momentos de la historia del cine chileno.
Que tengan buenas fiestas. Este blogger seguirá firme con los posts este verano. Saludos a todos.
12 respuestas a «LO MEJOR DEL AÑO: La tesis de Cavallo»
Mejor quedarse con la tesis de Héctor Soto. Hay más optimismo. Para Soto este fue el año de la diversidad.
artículo completo aquí http://www.capital.cl/Despliegue.aspx?IDDoc=1054176
saludos
Tengo la impresión que podremos hablar de una industria nacional exitosa, cuando luego de ver algunas de nuestras películas, salgamos de la sala, con ganas de regresar… agradecidos, emocionados, contentos.
La taquilla es una especie de medida que nuevamente nos deja bastante cegatones, no es que crea que hay que hacer caso omiso de ella, pero es que esa medida solo nos lleva a una especie de estandarización, que se contagia incluso en nuestros fondos de fomento.
Pero vamos que se puede, es cosa de trabajar en conjunto, desde donde nos toque…
Para mi gusto, lo mejor del año fue Play y la Sagrada Familia, que en rigor es del próximo. Agreguemos la gran cantidad de óperas prima estrenadas, el comienzo (aunque torpe) de nuestro consejo audiovisual, los premios de la Sagrada Familia, En La Cama y Play, la consolidación de Bize, el exitazo de Salvador Allende, el estreno de Días de Campo. Finalmente son muchas cosas. Creo que si bien el público no acompañó, es un año para celebrar. El próximo año se estrenará El Rey de los Huevones, casi con seguridad, el público del próximo año será el doble. Eso significa que será un mjeor año?, no necesariamente. Está por verse.
Llegué por acá de casualidad. Me parece un muy buen blog y creo que fue un buen 2005 en materias cinéfilas… Le seguiré leyendo…
Saludos
KT
Bueno, eso es lo que más me llama la atención del análisis de Cavallo: se refiere a la cantidad de espectadores. No entra mucho en las películas (quizás de verdad no le gustó ninguna). Pero habla de números. Yo creo que si ha habido un problema en el cine chileno de los últimos años es que hay demasiada gente hablando de números y muy poca hablando de las películas. La máquina obliga que los directores sean también productores, que los productores sean también distribuidores, que los actores se transfromen en financistas, y al parecer, a muchos les termina gustando más el segundo traje. A mí me carga hablar de taquilla, y cuando alguien me comienza a dar sus teorías de por qué octubre es el mejor mes para estrenar una película chilena, se me salen los bostezos. Pero me parece que la taquilla que es un dato como cualquier otro (como la foto del poster, por ejemplo) y por lo tanto, cabe. Podemos hablar un rato de ella. Es la monopolización de las conversaciones cinéfilas en «espectadores», «presupuestos», «fondos» lo que produce agotamiento. Y bueno, si este post esta puesto aquí, la verdad, es porque no dejó de llamarme la atención la tesis de Cavallo, por lo «numérica», pero también por lo «pesimista», por ponerle un nombre.
PD: No sé porqué ahora que lo leo todo de nuevo me suena como que me estuviera discupando. ¿Me estoy disculpando? Disculpen si me disculpo mucho.
eso te iba a decir, que lo de Cavallo se centraba en los números. Con Ramírez lo hablabamos el otro día y llegamos casi a tu misma conclusión… quizás en verdad no le gustó ninguna. Personalmente La Sagrada Familia me gustó harto, no voy a hablar de Se Arrienda, porque viene de muy cerca.Ahora con la mano en el corazón, si hubo dos películas nacionales que me volaron el rostro, estas fueron dos documentales: Actores Secundarios y Malditos, la de los Fiskales. Eso Gonzo, aun esperamos tu top 10 del año. O top lo que sea
Cavallo probablemente hizo su artículo sobre cifras y números porque -lamento ser tan pesimista- era lo más fácil. Cruzar taquillas y decir que este hizo menos que el otro toma menos tiempo y es más seguro que mirar el conjunto del cine chileno desde una perspectiva, por ejemplo, social o estética.
Sí, pero no creo que tenga que ver con poca dedicación. O que no se le haya ocurrido otra cosa. Yo creo que tiene más que ver con ese lado suyo, que ocupa mucho en las columnas políticas, al decir: «Ojo con el triunfalismo: las películas chilenas ya no conectan tanto con el público como hace poco…».
Maza. Corto. Eso de lo que hablamos esa vez en la junta post-debate se puede ver acá. Te escribo en el blog porque tu correo parece que está DOA.
http://www.civilcinema.cl/critica.cgi?c=294
Ustedes que saben. ¿Qué tan subvencionado está el cine en Argentina? Porque en la medida que más lo esté, menos importa que a las películas les «vaya mal». En Chile hay una directa relación entre que a las películas les vaya como el orto y que al año siguiente haya más inversionistas para nuevos proyectos. ¿O no?
Respuesta corta: El Incaa reparte unos 18 millones de dólares para el fomento de su cine, en varias formas: subsidios, créditos, apoyo a festivales y una parte dedicada a la construcción y mantención de salas Incaa en las principales ciudades del país, incluida una en la Antártica, que dan preferetemente cine argentino. Produjeron este año 70 películas. La plata la obtienen de un impuesto especial a los tickets, es decir, a las entradas de las funciones del cine (de cualquier película).
En Chile, el Fondo de Fomento Audiovisual reparte 1.300 millones de pesos. Unos 2,1 millones de dólares, preferentemente para producción cinematografica. En Chile, no hay impuestos especiales que ayuden al cine.
Hay diferencias en estas políticas culturales, por supuesto, pero en el fondo podemos sacar con estos escualidos datos un par de conclusiones. No hay cifras muy claras en internet, pero de acuerdos a ciertos análisis, los argentinos apoyan con 10 millones de dólares para la producción de su cine, y aca lo apoyan con 2.
Ahora, la inversión privada acá es mucho menor, porque menor también es el mercado. Hay desconfianza en los privados en esta industria. Cuando se han metido, como en «Secuestro», han perdido plata.
Es un tema para pensar, eso sí. Cristián Galaz, en el Día del Cine, dijo que la aspiración de Plataforma Audiovisual, la organización de directores, productores y trabajadores del cine que él preside, es que el Estado llegue a destinar 10 millones de dóalres para la producción local.
Si me preguntas, por una cuestion casi de estadística, mientras más películas se hagan, más posibilidades, creo yo, es que haya una que le vaya bien. O que sea buena, que es lo que todos queremos.
Personalmente SI creo que más plata acercará a más talento al cine. Es como en todo: los buenos ingenieros se van a las empresas que les va mejor, o sienten que pueden ganar más. ¿Por qué en esta industria sería distinto?
Pero esta plata NO DEBE SER SOLO PARA LA PRODUCCION. Abrir salas dedicadas a cine chileno no es mala idea, crear cuotas de pantalla no es mala idea, abrir salas de cine chileno en otro países (como lo hace el INCAA, con una sala de cine argentino en Madrid) no creo que sea una mala idea. Potenciar la Cinemateca, con presencia en todas las regiones de Chile, no me parece nada de malo. Pero todo eso vale plata.
Si queremos más talento, más espectadores, y por tanto más privados corriendo riesgos, de verdad creo que la pelota la debe hacer andar el Estado. Y debe hacerlo con más plata. Bien ocupada, puesta en los lugares correctos, bien fiscalizada. Pero más plata.
Y eso que esta es mi respuesta corta.
siempre, siempre, siempre comparandose con Argentina…..despues vienen aca y critican todo lo que hacemos….que les pasa chilenos con nosotros?