Yo no veo 24, la serie que dan todos los lunes en canal Fox. Me han dado ganas de verla, especialmente cuando me entero de amigos muy respetables que paralizan sus actividades a la hora que dan la serie, y otros que se juntan ritualmente a verla como si se tratara de una misa. Mi amigo danielsan la ha visto y es el único que no me la recomienda. Creo que me dijo que era una apología a la tortura, una onda que tiene invadido cierto cine norteamericano («El juego del miedo», «Hostal»), y que si 24 anda en esa onda, bueno, ya mejores cosas puedo hacer el lunes en la noche.
Pues bien: hoy domingo apareció un artículo en La Tercera en el que Mario Vargas Llosa hace una rotunda defensa a la serie de Jack Bauer. No es por nada, pero lo que dice da un poco de miedo:
Sin Jack Bauer y sus compañeros de la Unidad Anti Terrorista, los conspiradores y enemigos de Estados Unidos, movidos por el fanatismo religioso o por la simple codicia, ganarían todas las batallas y pondrían de rodillas al sistema.
Es secretamente tranquilizador saber que en el seno de ese imperio todopoderoso, al que se creía invulnerable, golpeado con tanta eficacia como crueldad por los fanáticos islamistas, existe aquella banda de hombres y mujeres fríos, eficientes, extraordinariamente diestros en el manejo de la tecnología, de las armas, de la resistencia física y psicológica a las peores violencias, que siempre se las arreglan para detectar las conspiraciones y atentados y frustrarlos.
Y agrega:
Así, aunque 24 no lo diga, muestra que la filosofía de Jack Bauer es la adecuada: al terrorista contemporáneo solo se lo derrota con sus propias armas.
Curiosamente, esta tarde me puse a buscar en internet algo más sobre Zizek. Tuve la suerte de ver la primera parte de «Pervert’s Guide to Cinema», un magnífico documental cinéfilo, que en estos días arrasa en Toronto, en el que el divertido y enfático filósofo lacaniano Slavov Zizek nos cuenta sus lecturas sobre el deseo que nos despierta el cine, visitando sets recreados del departamento de Dorothy en «Terciopelo azul», el botecito donde atacan por primera vez «Los pájaros» a Tippi Hedren, o sentándose en la silla de la madre de Norman Bates. Debe ser de las mejores películas que haya visto este año: un ensayo cinéfilo intenso, híbrido, hipnótico como un espiral.
En fin, como decía: tras esa experiencia, andaba por internet buscando textos de Zizek cuando di con una interesante columna que escribió el esloveno para The Guardian en enero de este año, y que ya desde el título y la bajada es un tapabocas al protofascismo de Vargas Llosa. Se llama: «Los héroes depravados de 24 son los Himmlers de Hollywood». Esa onda. Y la bajada no es menor:
El mensaje de esta serie de TV, que torturadores pueden retener su dignidad humana si la causa es correcta, es una profunda mentira.
Vaya. ¿Himmler dijo? Zizek enfoca su objetivo:
El problema de los que están en el poder es cómo hacer que sus subordinados hagan el trabajo sucio sin transformarlos en monstruos. Este fue el dilema de Heinrich Himmler. Una vez confrontado con la tarea de eliminar a los judíos de Europa, el jefe de la SS adoptó una actitud de «alguien tiene que hacer el trabajo sucio». En el libro de Hannah Arendt, «Eichmann in Jerusalem», el filósofo describe cómo los verdugos nazis soportaban los horribles actos de hacían. La mayoría estaba bien al tanto de que estaban llevando humillaciones, sufrimiento y muerte a sus víctimas. La salida a este predicamento era, en vez de decirse «Qué cosas más horribles les hago a esta gente» decirse «Qué cosas más horribles tengo que ver por mis deberes, qué tarea más pesada es la que llevo sobre mis hombros».
De esta forma, los oficiales SS eran capaces de volcar la lógica resistencia a la tentanción: la tentación de sentir piedad y empatía ante la presencia de sufrimiento humano, no la tentación de asesinar, torturar y humillar.
Sigue:
Y ahí también reside la mentira de 24: que no solo es posible mantener dignidad humana al realizar actos de terror, sino que además si una persona honesta realiza estos actos como parte de su difícil trabajo, le confiere a esa persona una trágica grandiosidad ética. El constante paralelo entre el comportamiento de los agentes y los terroristas sirve a esta mentira.
¿Y es posible mantener una distancia así? Qué tal si la gente que comete estos terribles actos como parte de su trabajo efectivamente son esposos cariñosos, buenos padres y amigos cercanos? Como dice Arendt, el hecho de que ellos sean capaces de mantener cierta normalidad mientras cometen estos actos es la confirmación definitiva de la depravación moral.
Depravación moral.
Lo que me recuerda por qué este 11 de septiembre no ha dejado de ser chileno. Tu torturador ahora atiende el kiosko de la esquina.
No puedo dejar de traducir esto. Está muy bueno. Miren con lo que termina Zizek:
Entonces, ¿cuál es la respuesta a estas distinciones tan finas? Algunos argumentan que al menos ahora los EEUU están ahora más abiertos y menos hipócritas acerca de cómo tratan a los sospechosos de terrorismo. A esto, uno podría responder: «Si los representantes de EEUU ahora dicen que tienen cárceles secretas, ¿por qué lo hacen? ¿Por qué no siguen torturando silenciosamente, como lo estaban haciendo hasta ahora?». Algo propio del discurso humano es la brecha entre el contenido enunciado y su acto de enunciación. Imaginemos a una pareja que tiene un acuerdo tácito de que ambos pueden tener aventuras extramaritales, en cuando lo hagan discretamente, sin que el otro se entere. Si, de repente, el marido le dice abiertamente a su mujer que tiene una amante, ella tendría una buena razón para preguntarse por qué su marido se lo está diciendo ahora. El acto de revelar públicamente algo nunca es neutral; afecta al contenido mismo de lo revelado.
Y aquí termina:
Lo mismo se aplica a los recientes dichos del gobierno de EEUU cuando admitieron que están aplicando torturas. Cuando escuchamos a gente como Dick Cheney haciendo declaraciones sobre la necesidad de la tortura, deberíamos preguntarnos por qué él ha decidido hablar públicamente sobre este tema. La pregunta que surge es: ¿Qué hay en esa declaración pública que hizo que el vocero se decidiera a decirla? Este es el verdadero problema de 24: no tanto el contenido en sí mismo, sino que el hecho de que nos hablen abiertamente de esto. Y esto es una triste indicación de un profundo cambio en nuestros estándares éticos y políticos.
Solo quiero agregar una cosa: más allá de estar de acuerdo con una postura u otra, me interesa constatar cómo hay intelectuales que siguen pensando en su entorno, y otros que dejaron de hacerlo.
Que tengan un 11 pacífico y, supongo, reflexionado.
33 respuestas a «24: Vargas Llosa versus Zizek»
El viernes fui a sacar unas películas y tuve en mis manos un documental sobre Zizek. Finalmente, me fui por la última de Wenders con Sam Shepard (un desastre) y una película Hammer. No sé si se pueda hacer un documental entretenido sobre este tipo, pero de seguro es más interesante que perder horas de tu vida viendo 24.
Primero: 24 es sólo una serie, bastante liviana, que promete entretener y lo cumple muy bien.
Segundo: Como todo trabajo creativo, trasluce algo de la moral y posturas políticas de sus creadores. Y qué con eso. Me encantó «El Jardinero Fiel», pero no salí a tirar piedras a una farmaceútica después de verla. Somos todos adultos y todos tenemos nuestra opinión que no se altera por ver a Rambo, Superman o Jack Bauer matando malos.
Tercero: La primera temporada es buenísima. La segunda malita. La tercera, mejor, pero ya me aburrió. Se copia a si misma. La quinta no la he visto ni pienso hacerlo.
Cuarto: La gran reflexión que lleva implícita las aventuras de Bauer no es proselitista ni panfletaria, sino muy humana, muy vieja, pero muy actual en épocas en que los dilemas morales no involucran ya a doscientos peatones griegos en una idílica ciudad mediterránea, sino que a miles de millones de gringos, musulmanes, judíos, chinos y resto de humanos algo menos problemáticos… ¿El fin justifica los medios? «Siempre» suena a inmoralidad y opresión. «Nunca» suena a linda teoría negando la realidad de todos los días. «A veces» llama a preguntarse ¿cuándo? Y en eso consiste el trabajo de Bauer y Palmer.
A pesar que nunca he visto un capítulo de «24», me inclino a pensar que es simplemente una serie de aventuras. Es cierto que la trama involucra complots terroristas, pero me parece que eso responde más a que la industria televisiva está sacándole partido (y plata) a un tema que está de moda y a una paranoia omnisciente que a presentar esa imagen idealizada que describe Vargas Llosa de unos supuestos guardianes que velan por la seguridad de EEUU. De hecho, me parece que Vargas Llosa está viendo mucho más en el producto que lo que realmente es y que su apreciación responde más a su propia evolución política en las últimas décadas, incluido su alineamiento con EEUU.
Bueno, no es que Vargas Llosa sea santo de mi devoción (aunque Conversación en la Catedral me sigue pareciendo un tremenda novela), pero en honor a la verdad y al afán justiciero de Maza en defensa de los cocteles de Lucy contra los malandros periodistoides tergiversadores chusma chusma puf, es conveniente recordar que la nota del escritor-candidato termina diciendo bien clarito (y justo después de lo citado en este blog) «El problema es que si este criterio prevalece el terrorista ha ganado, pues la democracia ha aceptado sus reglas de juego».
Ahora bien, puede ser un último párrafo para «sacarse el pillo», pero la verdad me niego a creer que alguien pueda ser tan tonto como para confundir realidad con ficción. De hecho me parece que en lo que dice Vargas Llosa hasta puede haber ironía, porque hay que ser bien idiota para pensar que en EEUU existe un Jack Bauer. Acá no se enteran de nada, los agentes de «inteligencia» son absolutos ineptos, burócratas de la peor calaña. Si existiera un Jack Bauer estaría escoltando a los Bin Laden fuera del país el 11 de Septiembre y corriéndole mano a una abuelita a ver si lleva una bomba o llamando a refuerzos porque un estudiante tiene una camiseta escrita en árabe.
Aunque igual puede ser que Vargas Llosa sea simplemente tan idiota como parece.
Ah, y la serie la vi una vez y me aburrí como ostra. Es mejor ver a Karl Rove hablando en C-Span… una tremenda serie de terror.
Ah, espectacular. 24 es muchísimo mejor como producto cinematografico que muchas de las películas que llegan a nuestros cines. Si quieres entretención, pues te la dan.
Ahora, vamos, no tenemos nada más interesante que hacer? O sea, criticar una serie de televisión porque trasluce una actitud moral que puede dar escalofríos? Y qué pasa con los politicos? por qué no los criticamos a ellos? En algún momento se pierde la visión y pronto empezaremos a criticar a los teletubbies o a kike morandé porque quieren alejar a la masa de «los verdaderos problemas políticos y morales que auqejan a nuestra sociedad».
Si en serio se preocupan por algo así, piensen en las otras series que llegan de estados unidos. alguien se preocupa de elogiarlas por la bonita moral que nos envian?
Personalmente, y sin ánimo de ofender, le diría que se dejara de preocupar por ****.
Me metí a mirar la columna de Vargas Llosa y creo que no está ni de acuerdo con la moral de 24 ni se ríe de ella. Simplemente describe la serie volviendo a un género que a él siempre le ha obsesionado, que son los folletines y la literatura de consumo. Y que es un género que siempre ha sido bastante reaccionario y bruto, porque apela a zonas muy básicas de la masa.
Yo soy fan de 24, es una tremenda serie, está muy bien escrita y editada, pero creo que el mensaje de fondo es menos facho de lo que parece: como dice Vargas Llosa, al final el poder central es siempre inepto, y no importa cuánta gente torture, mate o mutile Bauer, lo que se advierte desde la primera temporada es que el terrorismo y los guerrilleros a sueldo son parte del equilibrio de poder y nunca habrá un final para esa clase de amenazas.
Porque las genera el propio Estado gringo y, en términos de plata y control sobre la población, hasta le convienen. Series con mejor prensa como West Wing nunca llegan a sugerir eso mismo.
Deberías ver un par de episodios, Maza.
gonzalo: he seguido 24 intermitentemente a lo largo de los años y siempre lo que más me ha llamado la atención es la violencia de la serie, llevada al límite en una interminable lista de clímax de todo tipo. aislada de la estructura dramática, esa violencia es en cierto modo horrorosa porque carece de cualquier catarsis. 24 no es sólo una serie de acción sino que aspira, por el contrario, a una identificación con el espectador. el truco es que jack bauer, el heroe, hace todo por las razones correctas y todo, de algún modo, se le devuelve. Baur tortura, mata, mutila al servicio de estado con el final de parar el terrorismo que, es en cierto modo, presentado de modo apocalíptico. aquí hay tres cosas: 1) 24 narra la historia de la moral de la administración Bush, una historia secreta, imperceptible, que sólo emerge para el público en términos de una gran masacre. Hay algo conspirativo ahí pero no es una conspiración libertaria a lo X-Files: el mensaje es el mismo que tiene el Jack Nicholson al final de esa cinta de Rob Reiner sobre tortura en Guantánamo -que previsora, eh- y es que la libertad, no está sostenida por la perpetuación sistemática de las libertades civiles sino más bien por las acciones secretas, las black ops de sujetos al margen del sistema, los jack bauer del asunto. hay un problema ahí, porque justificarlos a ellos, es justificar, por cierto esa contradicción. 2) esa historia secreta es una historia del horror: la república se narra a sí misma sobre la base de asesinatos políticos, acuerdos con los asesinos, mutilaciones legitimadas por el estado. el estado se narra a sí mismo como el único capaz de hacer excepciones a la ley para romperla. 3) ver 24 desde chile – o desde latinoamerica- es escalofriante: las mismas acciones de Bauer son las que han perpetrado los miembros de nuestras policías secretas, los corvalán, los pedros espinoza, los contreras. 24 es la historia de una policía secreta que lucha por la razones correctas pero que sigue siendo eso: una policía política. de ahí que la opinión de vargas llosa sea escalofriante pensando en qué el mismo ha insistido -a lo largo de su obra- en el tema: está tanto en «conversación en la catedral» como «en la fiesta del chivo», por ejemplo. pero además hay algo más: vargas llosa siempre se ha visto a sí mismo como una suerte de reserva moral -una reserva que en una forma de la utopía- frente a esta clase de prácticas en el Perú contemporáneo: desde el gesto técnico de cambiarse de nacionalidad y vivir como exiliado en la época de fujimori, hasta su defensa a ultranza del liberalismo. de ahí que su crítica a 24 me resulte, por decir menos, paradójica: Vargas Llosa no ha entendido la serie, la ha mirado desde fuera y no la ha relacionado con su propia práctica de escritor, donde trata los mismos temas -el poder, la gobernabilidad, la violencia- desde una perspectiva bastante distinta. eso. raro escribir todo esto un 11. saludos.
a.
Me parece que lo que hace Vargas Llosa es sobre analizar un producto de entretención, por mucho que estos puedan también reflejar una agenda valórica. En ese sentido, más allá que la producción de “24” aparentemente esté a otro nivel, la premisa básica es la misma fórmula añeja usada hasta el cansancio por la productora Golan-Globus en películas como “La Fuerza Delta”: musulmanes = malos = terroristas. El resto de la historia se construye sola, pese a que los terroristas y sus motivaciones sean intercambiables: alemanes orientales en “Duro de Matar”, neo nazis en “Intriga en la Calle Arlington”, etc. Lo que no me queda claro es si Vargas Llosa en verdad idealiza a quienes combaten el terrorismo y si esa última oración en el artículo (que alguien más arriba atinadamente destacó) es sincera o simplemente una coartada para no verse tan burdo.
El esloveno aquel tiene otros grandes textos. Cuando el dilema de las caricaturas, hizo una buena y hermosa defensa del ateismo como legado de Occidente. Preciosa. Te la mando cuando la encuentre.
24 me parece genial. Divertidísima. Es un eterno climax, una clase de narrativa. Y obviamente es ultra ficción. No se la puede juzgar como se juzga un hecho real. La cámara es alucinante y me gusta la idea de que el verdadero monstruo no son los terroristas, sino todos a la vez. Por eso el relato paralelo está en el corazón de la serie, lo monstruoso es la suma de todos nosotros, seamos buenos o malos. A mi me encanta y no sentía una dicha así al ver TV desde que veía Centella en monitos cuando niño.
Por otro lado me gusta mucho Zizek. Me gusta su aproximación Pop a la filosofía, su manera de encontrar ideas trascendentes en lo banal, en lo popular. «Pervert´s guide to cinema» es tremendo, de lo mejor de Rotterdam el año pasado.
Eso sería mi comentario. En realidad no me pude aguantar de comentar porque 24 me parece de verdad notable. Ahora, entiendo porqué a mucha gente puede no gustarle y qué se le va a hacer. El relato paralelo nos enseña a pensar el mundo desde la simultaneidad, así que es muy lógico que mientras unos cambian de canal, asqueados, otros enciendan sus cirios por el gran Jack Bauer, héroe trágico de los tiempos que corren.
Muchos saludos.
Me gustó lo que presentaste en este post, Gonzalo. Gracias.
A la pregunta retórica de Zizek «por qué decirlo abierta ahora?» re: prisiones secretas, etc, al tiro me acordé de una vez en que yo confesé algo para esconder otra cosa y me pregunté a mí misma si ese fenómeno no tendría un nombre. Aún no lo sé, pero ésa es mi respuesta. Porque me encanta responder preguntas retóricas 😛
obvio que 24 es «ficcion». pero la ficcion moldea mentalidades como la mejor propaganda. por algo posteamos en este sitio, porque sentimos que la ficcion nos transforma a diario.
en “24” jack bauer tortura y de ello suele obtener buenos resultados. a veces no pero, hey, estamos en guerra y en toda guerra hay bajas colaterales. y a pesar que es un antiheroe con aura de tragedia, al final del dia jack sigue siendo un buen hombre, un amigo fiel y un buen padre. torturador y al mismo tiempo buen americano.
como yo lo veo, es asimilando sin filtro la propaganda donde corremos el riesgo de terminar confundiendo realidad y ficcion. que mejor ejemplo que vargas llosa, que es capaz de poner por escrito que a los enemigos de estados unidos los mueve “el fanatismo religioso o la simple codicia”. sostener eso es repetir textual y sin filtro el discurso de bush, cheney y compania, la falacia del “nos odian porque somos libres”.
pero bueno, es “ficcion”. y la serie es entretenida y esta bien montada. y quiza haya una que otra tortura de repente, pero siempre es por el bien de la mayoria. como de seguro les enseñaron a los agentes de la DINA que siguieron los cursos de tortura impartidos por la CIA.
Ninguno entiende nada, ni el peruano ni el judío, con suerte vieron un capitulo, más mulas que Fukuyama, la manía esa de pseudointelectuales de vomitar paja mental y retórica soporífera, 24 es una serie maestra en muchos aspectos, pero lo mejor para mí es que es una de las pocas en demostrar que los verdaderos estadounidenses patriotas luchan contra su propio gobierno, además de luchar contra el mundo claro. Salvo contadas excepciones, carece de pajerismo sentimental y cuando se pone melosa me emociono como quinceañera y asadadf. Exige lucidez mental y atención permanente, exige elegir un bando, defenderlo haciendo porras mentales por Jack y disfrutar de manera visceral, fisiológica y pueril, pero para eso hay que deponer toda pose hippie-solemne-intelectual-humanista-gay-médicos sin fronteras-amnistia internacional-cruz roja-malabarista con conciencia social-comunista-PETA-vegetarianas lesbianas y demases shit.
Hay pocas cosas que logren abstraerme de manera efectiva, completa e inocente, a saber; algunos videojuegos, estar enamorado y 24. Aparte de mis ejercicios de meditación no trascendental y cuando estoy curado como copi, pero eso no cuenta porque no hay alienación.
Quien sabe, tal vez Jack Bauer termine como el Mamo Contreras, capturado por el FBI, recibiendo «El pago de USA»
Falta que salga algún patán tipo Marco Antonio de la Parra diciendo que Huaquimán y Tolosa son una apología a la CNI. Toda esa sarta de jubilados debería dejar de intelectualizar de manera solemne cosas que no lo son y que carecen de cualquier rango para serlo. Es tan surrealista como ver a Jack en una escena leyendo a Vargas Llosa.
PD: Comparar a Himmler con Bauer es una de las mayores burradas que he leído en mucho tiempo, Bauers nazis serían perfectamente Otto Skorzeny, Leon Degrelle, Hans Rudel, Hanna Reitsch y muchos otros, además no tiene ninguna connotación negativa, hay que ser más burro aún para creer en esa caricatura del nazi de joligú.
Lo que me da risa es que Vargas Llosa parece de verdad pensar que existe un tipo como Bauer y que EEUU se ha salvado de los malos gracias a él. Ayer veía un telefilme de ABC sobre el 11/S y era igual de idiota, es decir, en el medio de la maraña siempre hay un tipo (en este caso Harvey Keitel) que lo sabe todo, que tiene pantalones, que se pelea con todos y que es el único que nos puede salvar de todos los males. Que Vargas Llosa se haya creído este cuento estúpido demuestra que tanta película de Bruce Willis y tío Arnold nos está secando el coco. EEUU se ha salvado porque hasta ahora Bin Laden y sus clones no han pensado hacer nada y no porque la CIA o el FBI hayan hecho nada que valga la pena. Para el que no lo sepa aún, está demostrado (la CIA ha pagado estudios sobre el tema) que las confesiones bajo tortura no sirven para nada, pues el torturado confiesa cualquier cosa que el torturador quiera. Es la información menos confiable posible de obtener. Además hay que ser idiota para pensar que un verdadero terrorista, alguien dispuesto a volar en mil pedazos en un autobús o avión vaya a asustarse porque le meten clavitos en la uñas o corriente en los cocoteros. Ahí está Zacarias Moussaoui confesando hasta que mató a Jesús para comprobarlo, y sin más tortura que la comida de McDonald’s. Y los que creen que las drogas esas de la «verdad» funcionan, en fin, es porque han visto muchas pelis de James Bond porque tal droga no existe o no funciona. Finalmente, y como si no fuese suficiente, la estructura de una red como Al Qaeda se basa en la fragmentación de la información, es decir, nadie sabe todo el plan, así que ninguna confesión permitirá resolver ningún enigma. Aunque nos duela, hay que admitir que los verdaderos genios son los terroristas que planearon el ataque más perfecto, coordinado, arriesgado y meticuloso que se haya podido imaginar y no los idiotas que el día después de los atentados le dieron permiso a todos los Bin Laden para que abandonaran el país.
En resumen, el ideal de un sujeto que está más allá del bien y el mal y que «hace lo que hay que hacer» (torturar, matar, etc.) no tiene que ver con la obtención de objetivos reales (para lo que no sirve), sino sólo con el deseo de que alguien así exista (un superhéroe que de un plumazo barra con los manos y nos haga vivir seguros). El proceso de entregar libertades a cambio de seguridad se nota mucho acá. Por ejemplo, y para que de una vez por todas dejemos de pensar que los policías y agentes de la CIA son genios y nos demos cuenta que son burócratas ineptos, acá el NYPD inventó un sistema «infalible» para atrapar criminales, algo digno de los verdaderos Bauers del mundo: en una estación del metro dejan un carro de compras lleno de mercadería y encima una cartera abierta con una billetera repleta de billetes de 100 bien visible. Se esconden detrás de una pared y esperan. Al que se acerca y agarra la cartera, zas! a la cárcel. Genial, ¿no? pura «inteligencia».
Y claro que la tele es ficción, obvio, pero el problema es que hay idiotas como Vargas Llosa que parecen pensar que es un reflejo de la realidad misma, así que si sale otro como Zizek para recordarnos eso o atacar la ideología de fondo que algunos pelotudos comienzan a defender después de ver a Bruce Willis arriba de un avión en llamas estamos parejos o tenemos alguna defensa, al menos. Aunque al final la tele siempre gane, porque como diría el Jappening, «la televisión, penetra».
bueno, no olvidemos que los unicos enfrentamientos reales que han tenido los equipos anti terroristas gringos y britanicos han terminado en la muerte de dos civiles inocentes, latinoamericanos de piel oscura, y provenientes de los países menos fundamentalistas de la región, pa más recacha.
ahi esta el brasileño jean charles de menezes, a quienes los jack bauer britanicos acribillaron en el metro, y luego intentaron detener toda investigacion.
y el costarricense rigoberto alpizar, que tuvo la mala ocurrencia de sufrir una crisis de panico en el aeropuerto de miami, por lo que termino acribillado por un marshall gringo chicoco y de bigotillo, armado con su enorme magnum 44.
sobra decir que a la investigacion posterior tambien se le echo tierra.
Buenos ejemplos, Daniel San, estaba pensando en eso y en el cierre de Penn Stattion por un vaso con Coca Cola, el desvío de un avión por la aparición de un celular sin dueño (¿qué harán las aerolíneas con los millones de maletas que pierden por año?), el registro de los bolsos de las abuelitas polacas en el metro… en fin, puras genialidades de inteligencia pura.
En la seriucha esa del 11/S llegaba el «héroe» a Yemen, con unos camaradas, chicas con minifaldas y escotes sexys tipo gatitas de Porcel. Lo primero que les decía la embajadora era que no sabían ni cómo se pronunciaba el nombre del país y que si las minas salían así a la calles las iban a apedrear. Pero claro, la embajadora quedaba como una pusilánime que no tenía pantalones y no dejaba al héroe «hacer lo que hay que hacer»… es decir, romper unos brazos por aquí y por allá y averiguar en 24 horas donde estaba Bin Laden… si o hubiesen dejado…
y lo peor es que aún el 43 por ciento de los gringos cree que que Sadam tuvo algo que ver con el 11/S
Ok, por favor….. ¿Quién se toma el tiempo para criticar a una serie por esto?
Soy hiperultrarecontra fan de 24, la he visto de principio a fin y esperando la sexta temporada. Pero al menos yo puedo visualizar dónde termina la realidad y empieza la ficción, no sé ustedes…
Encuentro más que rebuscada la postura de Zizek al comparar a Jack Bauer torturando a un terrorista a punto de lanzar un misil nuclear en pleno centro de LA para matar a miles, con un agente de la SS torturando a un inocente judío por puro capricho de un sólo hombre. ¿Me explico? Es obvio que este tipo cree que 24 fomenta la tortura… una idea por más absurda.
Aquel que haya visto la serie sabe que Jack Bauer DEBE hacer lo que hace para proteger a los ciudadanos de su país. Aquel que haya visto 24 sabe que Jack Bauer ODIA (lo repito, ODIA) su trabajo. ¿Por qué? Por que lo ha perdido todo por culpa de ello. Hubo un punto en su vida que decidió dejar su trabajo y consiguió otro de oficina como Consejero Especial del Secretario de Defensa, todo con tal de no volver a hacer ese trabajo tan detestable para él. Pero voluntariamente y (paradódijamente) contra su voluntad decide volver al «trabajo sucio» porque se da cuenta de que sólo él puede hacer este trabajo. Contra su voluntad, debe interrogar a terroristas, civiles, hasta los propios ciudadanos, incluso a gente del Gobierno… incluyendo al Presidente, con todos los medios necesarios….
¿Pero qué sucede? Que es sólo una genial historia levantada con un tema actual: el terrorismo. Es sólo eso, un genial historia. Porque al menos YO sé dónde acaba la ficción y empieza la realidad. Mi posición hacia la tortura es OPOSITORA. Estoy absolutamente en contra de ella y de todas sus variaciones, como la pena muerte, y conozco a muchas personas que piensan igual que yo y son fans hasta la muerte de 24. ¿Y a qué se debe este fanatismo si aborrecemos la tortura? ¡¡¡PORQUE 24 NO SE TRATA DE ESO!!! ¡¡ENTIENDAN!! 24 es una serie dramática, con personajes bien diseñados, situaciones ficticias apegadas, hasta cierto punto, a la realidad. Y lo mejor de todo: el factor sorpresa, nadie sabe qué va a pasar en el próximo capítulo hasta que lo vea.
Ya casi termino…
Volviendo al tal Zizek, encuentro muy jalado de los pelos el comparar a Jack Bauer con un agente SS. Absurdo. Los SS toruraban y MATABAN judíos inocentes por puro deseo de un sólo hombre, pues su único «pecado» fue llevar sangre judía. Ok, Jack Bauer tortura, a terroristas, cómplices y traidores. JACK BAUER NUNCA HA TORTURADO A UN INOCENTE. No encuentro la razón de cómo este tipo llegó a tal analogía. Ha interrogado inocentes, pero nunca los ha toruturado. Porque él sabe cuándo alguien oculta algo y cuándo no.
¿Pero el que Jack torture es el tema de la serie? ¡¡NO!! ¿Fomenta la tortura? ¡¡NO!! ¿Nos dice: «vayan, vayan todos a torurar»? ¡¡NO!! ¡¡¿Entonces porqué estamos hablando de esto?!! ¡¡¡DIOS!!!
24 es sólo una gran historia que quiere ser contada, dentro de la sociedad actual y la problemática que enfrenta: terrorismo. Puro entretenimiento. Es por eso que ha pegado, porque todos conocemos el tema y nos sentimos familiarizados. Es la serie más original en la actualidad desde hace mucho tiempo. Y cumple con lo suyo: entretener, y de qué manera, ¡uuuf! Pero hay que saber dónde está la relidad y saber que muchas de las cosas que vemos en la televisión no suceden, ¿por qué? ¡Porque es ficción!
Y para terminar, agrego una pequeña frase que mencionó un amigo mío llamado Leandro:
«Estemos en contra de la tortura, sí, pero en un plano que sirva: ¡EN
EL DE LA REALIDAD!»
Muchas Gracias.
OK, bajemos la cafeína matinal. Entiendo tu enojo, pero no te preocupes, 24 van a seguir dándola. Lo único que podemos intercambiar son ideas respecto a ver si entendimos lo que dice uno y otro caballero sobre la serie, y discutir sobre esas opiniones.
En rigor, Zizek no compara a Jack Bauer con los oficiales de la SS, aunque le gusta hacernos creer que sí lo hace. Más bien, compara el trato que le dan los jefes de Jack Bauer al trato que recibían los oficiales de la SS de parte de su jefe mayor, Himmler. Parece lo mismo, pero es distinto. Y esa comparación la saca a relucir porque a Zizek parece importarle mucho una idea central de la serie: que se puede mantener la dignidad humana luego de torturar a alguien, y no solo eso, que tener que hacer ese terrible trabajo le concede al héroe una «trágica grandiosidad».
Esa manera de mostrar al personaje a Zizek le recuerda la manera en que Himmler manipulaba a sus oficiales de la SS: les hacía pensar lo mismo, que eran héroes trágicos de la Alemania nazi. Esa es toda la comparación.
Yo no sé si Zizek cree que la serie fomenta la tortura: tú lo dices, pero él no. Su texto solo quiere recordarnos y hacer una conexión entre dos mecanismos de control de parte de dos regímenes hacia sus agentes: la Alemania nazi y el EEUU antiterrorista de 24.
Estoy de acuerdo que la discusión si es realidad o ficción no viene al caso, y ni tengo idea de donde salió, y no lleva a ningún lado.
La frase que más me llama la atención de tu respuesta es cuando dices: JACK BAUER NUNCA HA TORTURADO A UN INOCENTE. Bueno, por lo menos tenemos que estar de acuerdo en que los oficiales de la SS tampoco pensaban que los judíos (y gitanos y rusos, no olvidemos) que mataron y torturaron eran inocentes. ¿Viste? Acabas de encontrar otra similitud.
Saludos y gracias por comentar,
maza
Sólo un alcance, Maza, Daniel hace el comentario de que Bauer nunca ha torturado a un inocente, dentro de la realidad de la serie, sabemos que no es inocente, porque la historia lo demuestra como tal, antes de que caiga en las manos de Bauer. en cambio un oficial de la SS si, sabia, o creía que un judio o gitano no era inocente, mientras que en esta realidad, si lo era. Entiendes a lo que voy? diferentes mundos, diferentes reglas.
Viste?, no hay similitud
saludos
Maza, un apunte corto y rápido: es imposible que se baje la cafeína en el debate si se está hablando de Jack Bauer. No. Se. Puede. Bauer es el hombre adrenalínico por excelencia. Bauer es la encarnación pesadillesca de ese cliché publicitario del ejecutivo que corre por la calle, salta arriba de los autos y llega a la reunión a tiempo porque usa zapatillas Nike.
Bauer es el hombre que no duerme: espera. Bauer es el tipo que una vez perdió las llaves y se torturó a sí mismo hasta que reveló la ubicación de las llaves.
Bauer es el nombre con el que amenazaban a Chuck Norris para que se comiera la comida cuando chico.
el tema de «la realidad» ya tomo ribetes de comedia.
evidentemente, el mamo contreras, como saint jack bauer o los SS, tambien estaba seguro que la gente que torturaba era «culpable»;
«terroristas» que amenazaban el orden y la estabilidad de la patria.
a mi me parece que los comentarios mas exaltados provienen de aquellos que nunca se detuvieron a pensar realmente en el tema.
claro, uno puede disfrutar un filme de terror como ficcion y vitorear a leatherface o freddy krueger cada vez que hacen sufrir a alguien.
pero dado el contexto historico actual -partiendo por el patriot act y terminando con guantanamo- es imposible ver a «24» como una mera ficcion inocente, no ligada a determinada agenda (partiendo por la supuesta «guerra contra el terrorismo»).
de hecho, basta googlear un poco para ver que las acusaciones de propaganda a la serie no son nada de nuevas, que provienen desde sectores dentro del mismo estados unidos, y que muchos funcionarios de la administracion bush tambien tienen a jack bauer como su heroe.
un pequeño bonus, con esta nota sobre el festival de toronto, fechada el martes:
La película The Prisoner or How I Planned to Kill Tony Blair, de Michael Tucker y Petra Epperlein, también fue presentada el domingo en el festival.
Este documental cuenta la historia de un iraquí detenido, acusado de terrorismo, encarcelado y luego liberado por el ejército estadunidense.
Durante una filmación con soldados estadunidenses en septiembre de 2003, Michael Tucker presenció el arresto de Yunis Abbas, hombre que afirmaba ser periodista y no terrorista. Casi dos años más tarde, el cineasta encontró nuevamente a Yunis, a quien dedica su filme.
«Tú eres un terrorista, planeabas matar a Tony Blair, me dijo un responsable del ejército en el momento de mi arresto», explica el ex detenido, quien afirma haber sido torturado en una prisión estadunidense en Irak.
Sinceramente encuentro interesantísima esta polémica. Obviamente lo más interesante no es resolver el tema de si Vargas Llosa tiene la razón o ha sido bien interpretado ni si la tiene Zizek. Estos son sólo los detonantes que amablemente Maza nos ha tirado. Lo interesante, creo yo, es constatar el índice de argumentos esgrimidos a la hora de defender la serie. Me parece que un punto central está en la cuestión del entretenimiento como argumento validador. Incluso el de la calidad audiovisual. O el hecho de que se trate simplemente de ficción. Son estas tres cuestiones sobre las que me gustaría reflexionar un poco.
El entretenimiento, me parece, es simplemente una estrategia. Se trata de entregar algo de tal modo que sea consumido de una manera que admita como único fin «pasar el rato sin otras pretensiones». Me parece demasiado inocente pensar que porque algo es entretenido (o entretiene a alguien) simplemente está exento de cualquier tipo de interpretación ideológica o ética. Justamente es en ese tipo de productos donde creo que hay que poner más atención que nunca, porque vienen disfrazados de festival y nos invitan a bailar al son de la orquesta simplemente. No se trata, como a veces erróneamente se piensa o se trata de hacer pensar, que este tipo de productos quiere inculcarnos una conducta determinada (torturar, por ejemplo) sino de hacernos plausible esta posibilidad entregándole una coartada moral. Ergo, probablemente no estemos dispuestos a torturar, no queremos que suceda, simplemente no lo toleraríamos en nuestra realidad, pero finalmente podemos aceptarlo cuando se trata de «fines nobles», sobre todo en un sistema que se plantea a sí mismo como triunfador y modélico (una ficción como cualquier otra) y parece estar “lejos” de nosotros.
La otra coartada es la estética, que pareciera admitir cualquier tipo de discurso siempre y cuando se presente como una genialidad del lenguaje. ¿Acaso «El triunfo de la voluntad» de Leni Riefenstahl no es una gran película? Por otro lado, ¿qué significa que sea un logro estético? Incluso los parámetros que se usan para medir la calidad de cualquier producto audiovisual dependen del modelo desde el que te sitúes. Sigo creyendo que “Matrix” es una película absolutamente fascista y xenófoba y “El extraño mundo de Jack” es el caso de reina por un día y nos enseña que no debemos aspirar a nada mejor porque finalmente nuestro lugar está predeterminado (pastelero a tus pasteles). ¿Grandes películas? Claro que sí si eres capaz de separar tan sencillamente los “méritos estéticos” del discurso.
A final de cuentas, quizás no sea la realidad la que determina nuestros valores sino los relatos que construimos en torno a ella. En la realidad no sé si existen los buenos y los malos, habría que medirla de una manera absoluta y eso significaría que sólo existe una realidad y habría quien detenta la correcta lectura de ella. En la ficción (por lo menos en el esquema dominante que plantea la necesidad de estos absolutos), los buenos y los malos son precisados a tal nivel que a nadie se le ocurre cuestionar que son justamente los buenos y los malos. Tan absoluto es este esquema que los miembros de las propias culturas, etnias o creencias terminan aceptando que sus propios representantes (estereotipos, por supuesto) son la imagen misma del mal (léanse árabes, latinos, negros, indígenas varios, orientales en general) frente a los buenos (blancos-americanos-anglo-protestantes-guardianes del mundo libre).
Obviamente se me puede motejar de pajero, de mirarle la quinta pata al gato o simplemente de aburrido. Pero creo que ese es el típico argumento fácil cuando sólo se busca aceptar el estado de las cosas. Otra posición absoluta y cómoda. Es casi, diría yo, como ofrecer un puñete por respuesta.
No podría estar más de acuerdo con Udo. Si decía que 24 era ficción era porque me parece que Vargas Llosa construye todo un entramado de ideas sobre la base de algo falso (que no es la tortura, que existe en EEUU, ni las carceles secretas, que sí existen, ni el abuso de poder de parte del FBI y la CIA, que es evidente y cotidiano, o el atropello de los derechos humanos… a alguien le suena Guatánamo?) sino sobre la imagen de Bauer, es decir, del superhéroe. Vargas Llosa cree que de verdad existe alguien como Bauer o que alguien dotado de su poder y sus pantalones es un defensor de la seguridad de occidente muchísimo más eficiente que uno que respeta la ley y los derechos humanos. Eso es falso y es estúpido, pues un régimen represivo sólo engendra más odio y le da una justificación moral muy fuerte al terrorista.
Ahora bien, 24 no es tan inofensiva como parece, pues al ser un programa emitido por una red pública y que es visto por millones de espectadores pasa a ser parte del discurso público, quieralo o no. Tal vez en Chile parezca algo inofensivo, que no tiene que ver con el «día a día», que su discurso es pura ficción, pero en EEUU no es así. Acá se está discutiendo abiertamente si la tortura es permitida o no, es una postura clara del gobierno de Bush buscar la manera de que se acepte abiertamente (recordar el silencio vergonzoso de Alberto Gonzales frente al Congreso). En ese ambiente una serie que justifica la tortura, por los motivos que sea, ya es un argumento a favor de la postura de Bush y Cheney y Gonzales y en ese sentido deja de ser tan inofensiva como pareciera, porque si un tipo que suponemos medianamente inteligente como Vargas Llosa llega a pensar que a lo mejor sería bueno permitir la tortura porque así se atrapa a los malos, imagínense los gringos, si más del 40 por ciento de ellos cree que la evolución es una mentira de los comunistas.
La forma correcta de ver 24 (mas allá de un sillón con palomitas) es en su contexto: EEUU en la era Bush post 9-11. Es exactamente lo mismo que haber visto una serie de televisión en Chile en los años 80 en que unos agentes de la división antiterrorista (CNI) luchan contra la amenaza real, es decir, contra quienes tratan de poner bombas en los postes de luz y asesinar a militares de alto rango (FPMR); y la amenaza ficcionada, o sea, destruir al país con una bomba nuclear y comerse los niños (Plan Z). Si eras facho, seguro que pensabas que era un retrato justo de una lucha justa. Lo curioso es que por la misma moneda nadie podría decir que esa serie (si hubiese existido) hubiese sido «real» ni que su dicurso iba más allá de la entretención.
No se trata de querer censurar una serie ni nada por el estilo, sólo reconocer que la obras no existen en el vacío y que quiéranlo o no de fondo hay una ideología que es bueno que se asuma, como hombrecito, como Bauer, que no tendría empacho en decir «soy facho, y que jué»
Y bueno, finalmente, si a alguien le quedan dudas de que a la larga la ficción se vuelve realidad, ahí tienen la biblia, tremeda novela que para miles de millones de terrícolas ES la realidad. Las religiones al final son eso, cuentos que se vuelven realidad, o formas de entender la realidad, que es lo mismo, pues para eso se inventó la física cuántica, para decirnos que sin observador no hay realidad y que la realidad es el observador.
Ah, por pública me refiero a que es tele abierta, gratis, que acá no hay nada del estado. En todo caso la pasan por Fox, de nuestro buen amigo Murdoch, la misma corporación de las noticias «justas y balanceadas», la escogida por Cheney para hablar después del escopetazo que le dio a su amigo…
Acá sí hay medios que son en rigor públicos tales como NPR en la radio o PBS en la tele. Sólo una aclaración.
Lo otro que veo en este debate es que si bien me parece que las críticas a la «Guerra Contra el Terror» o el mensaje que aparentemente subyace a «24» son relativamente acertados, a cada rato se cae en la caricatura del gringo tonto consumidor que no se cuestiona nada. No sé qué tan cercano o lejano sea eso de la realidad, pero lo que yo veo acá es que la gente no es más ni menos ignorante que en Chile (o probablemente cualquier otro lado). Lo del 40 por ciento que no cree en la evolución es cierto, aunque no sé de dónde salió eso que es un invento «comunista» porque no lo he visto en ninguna encuesta. Lo digo porque la evolución me interesa muchísimo y sigo estas cosas de cerca. Por lo demás, no creo que en Chile el porcentaje sea más bajo o bien que la gente que supuestamente cree en la evolución sepa de lo que se está hablando. Todavía me acuerdo que un profesor de derecho en la Católica me dijo que no creía en la evolución porque él «no descendía de los monos», de paso mostrándome que no entendía nada de nada al respecto.
Lo otro es que me parece un tanto exagerado decir que ver 24 en el EEUU de Bush es lo mismo que ver propaganda en el Chile de los 80. Acá habrán pasado muchas cosas con el Patriot Act, el espionaje de llamadas telefónicas o la majadería patriotera de Fox News, pero de todas formas se puede decir sin exagerar que todavía hay más libertad de expresión que en virtualmente cuelquier otra parte del planeta. Esto lo digo pese a que conozco al menos un caso cercano de un périodista hostigado por la policía por andar haciendo preguntas «inoportunas». En Europa te puedes ir a la cárcel por decir ciertas opiniones y la censura a nombre de un interés público es aceptada en casi todos los países miembros de la Unión Europea.
Por último, tal como arguir que «24» es solamente ficción sería una defensa insostenible, andar echándole maldiciones a sus seguidores porque la serie refleja cierta agenda valórica me parece igual de ridículo. Creo que para mucha gente acá es casi un imperativo moral el denunciar todo producto cuya lectura les indique que es «fascista», «de derecha», etc. y que por extensión quienes lo consumen cargan con algo de culpa. Esa actitud de señora apuntando con el dedo en la misa nunca va a dejar de extrañarme.
Por cierto, digo todo esto sin haber visto jamás un capítulo de «24», no porque no vea tele (Deadwood es una de mis series favoritas) sino porque no tengo paciencia para ver 24 horas de nada.
Ah, y una cosa más. ¿Qué es eso de andar defendiendo y hablando de «Jack» en primera persona, como si fuera un íntimo amigo? Si seguimos a este paso, los fans de «24» van a ser los nuevos «Trekkies».
Mmmm, sobre lo de la libertad de expresión, sí se puede decir casi cualquier cosa mientras se la digas a la gente apropiada en el contexto apropiado. Es curioso el tema, porque después de un buen rato por estos pagos he llegado a la conclusión de que toda la parafernalia de la libertad de expresión se ha «encapsulado» en cierto ámbito particular. Es cierto, uno puede escribir un libro en que se diga que Bush es un burro y venderlo y salir en la tele a hablar de él, o hacer una serie de televisión en que se ridiculice a la derecha o a los mormones o a los cientólogos o a quien sea. Pero para aspirar a ese margen de «libertad» hay que saltarse varios escalones en la escalera social y estar en un lugar apropiado en un momento apropiado, generalmente en el arte, por ejemplo, o en la tele o en los medios, donde es posible «decir» cualquier cosa. Pero si tienes la mala suerte de hablar árabe en Georgia e irte a comer un sánguche con tus amigos te van a arrestar no matter what, falafel, y si una noche te para un policía porque vienes saliendo de un carrete medio cufufo, te empuja y te rompe la camisa y le dices «facho», terminas en el suelo pateado y pasando la noche en cana (como le pasó a un amigo).
Además lo de asumir que el derecho a la libertad de expresión está sacramentado no tan así porque se amenaza a cada rato y si hasta ahora se ha sostenido es porque la Corte Suprema por lo general lo ha defendido. Ahora que Bush ha tenido el rajazo de poder cambiar a varios de sus miembros la cosa está mas peluda.
Pero claro, se puede argumentar, igual es mejor que en otros lados o que en otros tiempos, pero eso no impide que uno se de cuenta de lo que está pasando y de cómo ha cambiado el país en los últimos años. Cuando llegué acá todo el mundo hablaba pestes de Giuliani porque defendía los abusos de la policía y hablaba mal de los inmigrantes, y si se presentaba de nuevo a elecciones no iba a ganar ni cagando… ahora ese tipo de ideas es lo más común y Giuliani es un héroe.
Como yo lo veo, la verdad, hay mucha más libertad en Chile hoy que aquí. Al menos no te pueden detener sin causa, ni en secreto por 48 horas (y más para algunos), tomar en la calle se permite y por andar con una caleta de marihuana no te aplican la Rockefeller, que son de 15 años a perpetua en cárceles de «lujo». O al menos en Chile las libertades dan la impresión de irse conquistando, mientras acá está claro que se están perdiendo.
Y sí, también es cierto que los gringos no son más brutos que los habitantes de otros lados, es cierto que eso es una exageración, pero la verdad es que tras años de pensar que no era así, de admirarme por al trabajo y las ideas de un montón de personas, colegas, amigos, artistas, intelectuales y hasta uno que otro personaje público, el último par de elecciones y los años después del 9-11 me han decepcionado muchísimo. La verdad no me explico que Bush esté en el poder, pues escapa a mi comprensión que un candidato diga «les voy a quitar la seguridad social, les voy a quitar la salud, vamos a acabar con los programas sociales, vamos a invadir un pais porque tiene WMD, aunque no las tenga»… y bien, la gente vote por él. O que las noticias más vistas sean las de Fox News y que todos los canales sigan su molde sensacionalista y patriotero. CNN es hoy imposible de mirar, hay sujetos que hacen que Bill O’Reilly parezca Chomsky. En fin…
Y sí, tienes razón, lo de que la evolución era invento de los comunistas fue otra exageración (soy un exagerado, oh, pobre de mí, aunque eso también es una exageración) a partir de la decisión de los legisladores de Texas, que no quieren que ideas extrañas a la Biblia figuren en sus planes de estudio. Entonces, donde los libros de ciencia decían «lo dinosaurios vivieron hace millones de años», ahora deben decir «hace muchos años», no más de 6.000 que fue cuando Dios creó el mundo. Y como el mayor enemigo para el catolicismo siempre fue el imperio rojo…
Y finalmente no apunto con el dedo a los que ven 24, chupalla, o si no que me apunten a mí porque me gusta Eastwood o amo los westerns. Lo único que digo es que una obra no se puede hacer la gil respecto de su ideología y de cómo esa ideología actúa en un contexto. Obvio que una serie ni un comercial ni un dicurso va a cambiar la mente de las personas (tipo «Invasores»), pero sí construye una especie de «almohada» sobre la que es posible ir construyendo el sustento moral de una serie de ideas que luego de plantean en la arena política. Digamos que el discurso público y el bombardeo de información nos prepara para lo que viene, nos acostumbra a ideas que pensábamos no íbamos a contemplar nunca seriamente. Es curioso. A mí me tocó trabajar en al ONU y ver en vivo a Powell haciendo el show del siglo, entre otras joyitas. La forma de negociar de EEUU era súper clara. Llegaba Negroponte y pedía cosas imposibles, que nadie esperaba. Pedía, por ejemplo, «si en 24 horas tal cosa, sanciones»… los demás se indignababn los franceses decían que era absurdo imponer sanciones, los rusos que vetarían la resolución porque no correspondían sanciones, etc. Una semana después aparecían los gringos y decían «ok, si en dos meses tal cosa, sanciones»… todos los demás decía, «ah, dos meses, los gringos ceden, está bien, lo aceptamos».
Como yo veo las cosas así actúa la administración de Bush. Amenaza con hacer algo mucho más serio de lo que en verdad pretende para luego retractarse un poco, retroceso que parece menos grave a la luz de la amenaza original. En el discurso es lo mismo. Lo de Gonzales en el Congreso fue eso, claramente, un «probar las aguas». A lo mejor no buscan obtener la venia para poder torturar a todos y volverse una policía tipo CNI, pero en algunos casos y para algunos tipos con mala pata, está claro que sí…
aaaah, ya caché… lo que quise decir es que Bauer es que admite sin empacho que es facho, no el que ve la serie… obvio que ver 24 no quiere decir que uno es facha, faltaba más, si es por eso me gusta Celine, y Pound, y una larga lista de cosas fachísimas…
la releccion de bush se explica principalmente por tres aspectos, a mi juicio:
-el trabajo de base que durante años se ha realizado con la derecha cristiana.
-la descomposicion del partido democrata.
-el bombardeo propagandista mediatico.
es en este ultimo punto donde «24» aporta su granito de arena.
concuerdo a que nadie en este foro ha atacado a los que ven la serie. pero muchos de ellos reaccionaron sanguineamente al cuestionarse de sus escenas de tortura porque, pienso, se sintieron de alguna manera involucrados como complices.
AFA (¿es una sigla?):
Mi respuesta fue un tanto desordenada y en general comentaba cosas dichas por distinta gente, así que sorry si algunas de ellas parecían críticas directas a tus argumentos (por ejemplo, tú no eres de los que defiende a «Jack» como si fuera su mejor amigo. Lo de las viejas de misa tampoco iba para tí…) Debí haber sido más claro.
Es obvio que en los últimos años Bush ha intentado por todos los medios terminar con ciertas libertades y gente como Gonzáles legitimar la tortura, pero yo creo que tu visión es muy oscura. Así como existe esta gente, también hay quienes se les oponen con éxito. Ahora en noviembre está la posibilidad que los Republicanos pierdan la Cámara, el Senado, varios gobernadores y algunas legislaturas estatales, lo que a su vez ofrece un millón de posibilidades, una de las cuales es dejar al Congreso investigar las irregularidades de este gobierno que hasta el momento se han ocultado. Por lo menos eso es lo que indican las encuestas y ojalá sea verdad.
No sé si algo le habrá pasado a un árabe en Georgia, pero me atrevería a decir que no es la norma. Lo mismo con lo del paco descriteriado y tu amigo, creo que no se puede generalizar al punto de decir que esto no habría ocurrido antes de Bush o que el hecho se enmarca dentro de la paranoia de la «Guerra contra el Terror».
Sobre la libertad de expresión, creo que hasta en la democracia más democrática de las democracias siempre va a haber gente que pueda hablar con más libertad y otros que se van a comer un lumazo por abrir la boca. Eso no es justo ni bueno, pero tampoco es intrínseco a EEUU. De todas formas, yo no me imagino a Lagos comiéndose las burlas de alguien como Colbert en el discurso frente a los corresponsales de la Casa Blanca sin por lo menos una pataleta. Para qué hablar de los jueces. Acá los Republicanos denuncian a los «jueces activistas» y los Demócratas a los «jueces conservadores», mientras que en Chile si miras feo a un juez te tiran la Ley de Seguridad Interior del Estado.
Sobre el triunfo de Bush, pienso que, de partida, en este país sólo vota la mitad de la gente que puede hacerlo. ¿Por qué? Porque creo que al igual que en otros lados, la gente está más preocupada que no le reduzcan los beneficios de salud, que Medicare no siga subiendo o que no le manden su trabajo a India. Para eso ni los Republicanos ni los Demócratas tiene respuesta tal como para los chilenos ni la Alianza ni la Concertación son grandes alternativas. Para mí, es claro que Bush no representa al ciudadano medio y nunca me he comprado eso que «cada país tiene al presidente que se merece».
El otro día estuve ayudando a organizar una marcha frente al Capitolio en contra de la privatización de la Seguridad Social. Al frente teníamos como a 5 o 6 Republicanos que nos gritaban «socialistas». Nadie se calentó y los policías hicieron su pega tranquilos. Eso para mí denota cierto respeto por la libertad de expresión que no veo en Chile.
En resumen, creo que hay que separar al país del gobierno y al gobierno de la administración de turno. Así y todo, siempre se pueden hacer críticas generales, pero creo que vale la pena tener ese matiz en cuenta.
estoy sorprendido y agotado…vaya discución…
Escribir o hablar sobre 24 no es un trabajo fácil, porqué en 24 no hay buenos o malos, solo personajes cuyas decisiones los sitúan de un lado o del otro. Por eso me preocupa esta discusión, porque me da la sensación que algunos de ustedes piensan que esta serie muestra a algunos personajes como la fuente de todas las virtudes y a otros como la fuentes de todos los males y eso de ninguna manera es así.
Algunos dicen no la veo y no la pienso ver. Esta bien, respeto su decisión pero entonces, si no la ven, no me parece razonable que opinen sobre ella, que opinen sobre algo que no conocen.
O que hagan una lectura rápida basándose en una propaganda.
Porque 24 es mucho mas que lo que se puede ver en una propaganda que lógicamente tratará de impactar. Fox o cualquier otro canal que la emita, en unos segundos nos muestran gritos, golpes, explosiones, Jack amenazando, Jack golpeando, Jack torturando, Jack disparando…nos muestran a un tipo duro dispuesto a hacer lo que sea por su país.
Pero 24 es mucho más que eso y Jack es mucho más que eso.
Por empezar Jack no hace nada por su país, lo hace por la gente cuyo trabajo es proteger.
Patriota es una palabra que en el universo de 24 mas de una vez usamos casi como insulto, patriota es aquel que solo piensa en la grandeza de su país y esta dispuesto a hacer lo que sea para lograrlo, aun incluso sacrificar inocentes.
El trabajo de Jack no es proteger a su país, su trabajo es proteger a «las millones de personas que podrían morir» Jack es un jugador de defensa no de ataque 🙂
Cuando vemos una película en 2 horas nos muestran una historia. La mayoría de las veces vemos en pocos minutos quien es el bueno y quien es el malo, a veces no es suficiente tiempo para comprender al personaje.
24 aunque no lo crean tiene el tiempo a su favor.
En el transcurso de las horas y los días podemos ver como se desarrolla cada personaje, como reaccionan a cada uno de los acontecimientos, como se adaptan a ellos.
Entonces debemos aprender a desprendernos de nuestros preconceptos, porque mas de uno ha llegado a sorprendernos.
El peor día en la vida de esta gente a veces logra sacar lo mejor de cada uno, a veces su lado más oscuro.
Pero todos y se nos presentan como un personaje complejo sobre los cuales aprendemos a no podemos dejar nada por sentado.
Tony Almeida era para mi el tipo mas desagradable de la noche del primer día,5 días después, es decir 5 años después, lloré la hora que tuve que verlo morir.
George Mason lo consideraba un tipo ambicioso, poco confiable, incluso corrupto, sin embargo decidió irse como un héroe.
Nina Myers era «la incondicional» de Jack, aquella en la que confiábamos ciegamente. Aquella junto a la cual sufríamos al ver que Jack le pedía que cuidara a su familia. La mujer por la cual a veces deseábamos que la esposa de Jack desapareciera. La misma mujer que trágicamente nos cumplió el deseo. Nina Myers les disparó a Teri Bauer y al hijo que llevaba en su vientre porque comprometían su huida.
El Trust no one (no confíes en nadie) de Mulder acá es llevado al máximo. No confíes en nadie…no desestimes a nadie tampoco.
Aquí nadie es perfecto, nadie es infalible, ni la tecnología, ni mucho menos las personas.
Nina trabajo varios años para el gobierno, era la segunda al mando de una unidad antiterrorista y era ella misma…una terrorista, una mercenaria.
Y contra lo que muchos puedan decir, 24 me ha dejado muchas cosas positivas, me ha llevado a hacerme preguntas que antes no me hubiesen importado, me ha a abierto los ojos.
Mas que de antagonismo, la serie se trata de diversidad, de situaciones diferentes en el mundo, de visiones y posturas diferentes.
Una cosa que me ha quedado de 24 es por ejemplo, que descartó de plano la imagen que muchas películas dan de los negros, hay algunas excepciones por supuesto, pero en mas de una nos muestran al hombre negro como inculto, delincuente, o simplemente como payaso, como relleno.
Esa típica idea de «que el negro muere primero” que no lo digo yo, lo he escuchado como chiste en algunas películas.
Acá nos presentan a un Sr como David Palmer, alguien noble, inteligente, idóneo, honorable, a un SEÑOR con todas las letras y entonces por primera vez, se me ocurrió pensar ¿Y porque no?¿porque no un presidente negro?
Además muchas veces 24 juega con nuestros prejuicios, inconscientes prejuicios, la mayoría de los cuales nos daría vergüenza aceptar que tenemos o procuramos deshacernos de ellos. Pero se trata de cosas inculcadas por la cultura, la educación que se yo, el desconfiar de lo diferente me parece uno de ellos.
Aunque no lo deseemos, a veces desconfiamos de quien es diferente solo por serlo, y aunque no lo queramos, un islámico de alguna manera es diferente.
Y probablemente desconfiamos de Reza Naiyeer por eso, aunque me de vergüenza aceptarlo. Desconfiamos de el por su origen, cuando en realidad la culpable era su novia Marie Warner.
Entonces comprendimos que la mayoría de las veces el peligro esta en donde menos lo esperamos, en donde no buscaríamos. Marie era hija de un importante empresario que apoyaba a la CIA.
Y a veces la mejor ayuda también esta donde no buscaríamos.
Cuando Jack se encontró solo, perseguido por su propia gente, su mejor aliado fue Yusuf Auda, un agente que peleó como un héroe y murió como un mártir, una patota de idiotas lo mato a golpes solo por ser islámico.
Dina Araz es otro ejemplo, no igual porque ella si pertenecía a una célula terrorista, pero aprendimos, talvez no a quererla, pero si a respetarla. Porque dejó que su instinto de madre fuera mas fuerte que la lealtad a su causa.
Y en esta evolución de los personajes, en estas horas que nos permiten conocerlos, llegamos incluso a conocer a los terroristas. Porque acá no esta ese malo que es malo solo por ser malo 🙂 aunque parezca redundante.
Llegamos a entender sus puntos de vista. No a justificarlos porque un acto terrorista no puede ser justificado. Pero si a entender porque hacen lo que hacen.
Y el porque creen que lo que hacen es correcto.
A veces asusta ver que creen que su causa los engrandece, que su lucha les ganará un lugar en el mas allá. Como se lucha contra alguien que no teme morir?
Hemos visto a un agente que decide entrar a una habitación contaminada con gas Sentox, aún sabiendo que va a morir, acepta entregar su vida para que sus compañeros sobrevivan. Y hemos visto a un terrorista estrellar su auto contra un camión para no ser atrapado, para no ser obligado a hablar, acepta entregar su vida para que sus compañeros sobrevivan.
Hombres con ideales diferentes si, hombres con lealtades diferentes, pero con el mismo coraje y determinación.
Como dije no puedo justificar un acto terrorista, pero tampoco puedo odiarlos. Como se que tampoco Jack los odia, simplemente su trabajo es detenerlos y para eso debe usar los medios que sean necesarios, aunque mas de una vez el mismo sabe que esos medios no son precisamente los correctos.
Además el también es capaz de aceptar que las mismas reglas de juego le sean aplicadas a él. Lo hemos visto colgado del techo, desnudo, temblando, retorciéndose, mientras la electricidad corre por su cuerpo o mientras el ácido quema su carne.
Pero en ese universo de 24 donde nadie es perfecto tampoco Jack lo es. Porque Jack no es el de las propagandas o el de las leyendas urbanas , el es mucho mas que eso.
Jack es el que llora al final de un día cuando todo se le viene encima.
Jack es el que lucha por aferrarse a su hija mientras ella dice «te amo papá, pero no quiero estar cerca tuyo, pasan cosas malas cerca tuyo, aunque no lo quieras…la gente muere»
Jack es el que ha cometido demasiados errores.
Jack es el que tiene muchos defectos y solo algunas virtudes.
Jack no es el héroe de los cuentos e historietas…
Jack no es perfecto.
Y talvez es ahí donde la mayoría de la gente encuentra la perfección de 24.
Es ahí hasta donde hay que llegar para saber que se conoce a 24.
Porque no me puse a escribir este mensaje para hablar sobre realidades y situaciones políticas, o para opinar sobre pensadores, sus ideas e ideologías.
Entre aquí para escribir sobre el mundo que fascina a millones y que algunos de ustedes no comprenden. Entré para pedirles que si desean denigrar a 24 está bien, y si desean insultar a Jack también, pero que lo hagan recién después de haber compartido aunque sea un día en la vida de Jack Bauer.
Un abrazo, disculpen lo largo del mensaje perdón si los aburrí.
Mi correo es lady_cronos@yahoo.com.ar por si alguien quiere insultarme 🙂
por si a alguien le interesa, recuerdo ciertas ideas de Zizek expresadas en un seminario, sobre el tema de la legalización de la tortura (que ha estado siendo defendido por importantes académicos en EEUU desde el 11/9). Sobre la pregunta etica respecto de si torturar a alguien que maneja información que permitiera salvar la vida de miles de personas, Zizek dice que lo correcto sería que el «agente» se sacrifique moralmente y lo torture haciendose responsable de su decision moral y sabiendo que las circunstancias no lo absolverían en un juicio. Es decir, que su verdadero acto de heroísmo sería estar dispuesto a ir a la carcel por torturar a cambio de salvar miles de vidas.
Es decir, uno tiene, como ciudadano particular, la libertad de infringir la ley, lo cual es algo a juzgar y evaluar por cada uno como sujeto autónomo dentro de su propia ecuación ética o moral. Sin embargo eso no significa que lo que haya hecho no sea ilegal y deberá hacerse responsable por sus decisiones.
Lo que no se puede es definir desde la ley situaciones en la que esta no se aplique respecto a la tortura, pues eso en la practica haría que la tortura dejara de ser aquel último-recurso-cuando-ya-no-hay-nada-más-que-hacer y lo legitimaría como un recurso rutinario de operación policial. Hacia eso es lo que está apuntando Zizek cuando reflexiona las razones para hacer publicas las torturas por parte del gobierno de EEUU, pues ve en eso un intento por relativizar el horror moral ante la opinión pública.