Waldo Martínez (Carlos Solanos), funcionario de una biblioteca derruida, aspirante a poeta y escritor, lleva varios días trabajando en un cuento que pretende a escribir a medias con sus amigos Germán (Jaime Vadell) y Tomás (Luis Vilches) para presentar en un concurso de cuentos del diario El Sur de Concepción. En esta escena, Waldo viene llegando cansado de la playa (al parecer Cartagena) a su pequeño departamento, donde lo espera Elsa (Shenda Román), también poeta. Germán y Tomás se quedaron carreteando en la playa con Tony Ventura (Nelsón Villagra), un cantante chileno pero que habla como argentino, muy simpático pero de muy oscuras intenciones…
– Hola, mijito. ¿Cómo le va?
– Bien.
– ¿Cómo le fue?
– ¿Y estai sola?
– Sí, estoy sola.
– Yo estoy re cansado así que me voy a acostar con tu permiso. Yo tengo que trabajar temprano mañana… ¿Y tu novio?
– ¿Quién?
– Tú sabís quién.
– No sé de quién estás hablando.
– Bueno ya.
– ¡En serio no sé de quien estai hablando! ¿O tú te creís que te estoy mintiendo?
– Yo anduve todo el día en la playa hoy día. Con Germán y Tomás. Ellos se quedaron allá… Yo me vine porque tengo que presentar un cuento al concurso del diario El Sur.
– ¿Ah? Pues bien que va a presentar.
– Mañana lo presento.
– Hay varios premios nacionales que se han presentado a ese concurso… Me extraña que usted de meta con tanta mierda… ¿Me va a leer el cuento?
– Es que no está terminado.
– Si no se lo voy a copiar.
– Es un poco enredado. Se trata de un poeta que es una especie de Braulio que hace un pacto con el diablo para ir al futuro.
– Eso es Bradbury.
– No, si es un viaje especial. Un viaje mental.
– Bradbury, lo mismo.
– No. Hace un pacto con el diablo el poeta, una especie de Braulio, y no encuentra nada. No se sabe nada de su poesía… Todas sus cuestiones capotaron. Y la única referencia que hay a él, así leve, es un cuento que relata que un poeta hace un pacto con el diablo para ir al futuro para ver qué se dice de él. Y ese cuento es el que está leyendo el lector.
¿Entendís? O sea, el público.
– Bradbury. De principio a fin.
– No, en todo caso Borges.
– Borges es un reaccionario.
– Buenas noches.
– Te voy a leer unos poemas. ¿Puedo? ¿O tengo que irme no más?
– Lee todo lo que querai.
Patio de luz
Una alfombra que no alcanzamos a distinguir.
Perdida entre las voces de la abuela
Anillo perdido.
Muy de mañana vamos a la escuela.
¿Qué mierda puse aquí?
– Oye, ¿verdad que te gustó el cuento?
– Sí, bien interesante.
– Yo pienso ponerle otros gallos más que siguen a Braulio, o sea, unos condenados más. Más de uno.
– Cuántos.
– Varios.
– ¿Y voy a ser su compañera esta noche?
– Sí, pero mañana en la mañana mejor, ¿ya?
– Bueno, lindo. Usted manda. Buenas noches.
– Buenas noches.