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CINE CHILENO

«Padre nuestro» a días de su estreno

Padre NuestroVengo de la función de estreno de «Padre nuestro» de Rodrigo Sepúlveda («Un ladrón y su mujer»). No sé qué decir. Aunque había escuchado muy buenos comentarios de personas cuya opinión me parece respetable, tenía mis distancias: no soy en absoluto un fan de Cecilia Roth. Una vez vista, puedo decir sin equivocarme que claramente es una película muy emocionante, aunque descubrí que los espectadores a la salida de la función estaban más divididos que Chile en 1990: estaban los de mi bando, lo que descubrimos acá una película pequeña, encantadora, de sentimientos muy finos e inasibles; y están los otros, los que se aburrieron a la mitad del metraje. Claramente, esto es un poco un tipo de avance de las reacciones que va a tener la película cuando se estrene este jueves 5 de octubre. Alguien me decía que es una película que te gusta dependiendo de cuan disfuncional es tu familia. Puede ser. Yo agregaría que te gusta dependiendo de cuántas cuentas pendientes tienes con tu papá, cuantas veces te moriste de ganas de decirle «te quiero, viejo» y te quedaste callado. Aunque esta es claramente un fiesta para el despliegue de mega estrellas como Jaime Vadell y Cecilia Roth, (los dos sólidos como rocas en Maitencillo) quien de verdad se roba la película para mi gusto es el bueno de… Luis Gnecco, quien hace un personaje difícil, enrevesado, poco querible de buenas a primeras, pero que al mismo tiempo, tiene un momento en el que explota y deja impresa en la memoria una de las mejores confesiones de la historia del cine chileno (juro que no exagero). Y se viene así, sin avisar a nadie. Podemos hablar más de la película más adelante, pero podemos decir por ahora que «Padre nuestro» es muy, muy chilena, muy triste, a momentos muy contenida, y aunque la mayoría de las escenas transcurren de noche, y al interior de un auto, no se puede creer que haya sido filmada en HD. Es tarde, me quiero ir a acostar. ¿Alguien más la vio y quiere decir algo?