Anoche fui al Centro Arte Alameda a ver el estreno de «Repitente», un cortometraje dirigido por Sebastián Badilla, alias
Sebadilla, un niño gordo con lentes de 16 años que no solo se parece a Nicolás López en el look, sino que además en la actitud «oh, no me hagan daño, solo soy un niño que quiere hacer malas películas», actitud que desde ya a Sebadilla le da prensa (ayer había varias cámaras entrevistándolo, lo que no deja de ser perturbador) y le garantiza un futuro esplendor. Sebadilla ya es un veterano en el mundo de los cortos en video hechos en casa con amigos, y por lo visto anoche, ya es mucho mejor director que hace 10 meses cuando estrenó «Sicodélica fortuna», su corto anterior, una especie de pesadilla estilo John Waters protagonizada por Patricia Iribarra (créanme, se escucha mejor de lo que es). Este último trabajo, «Repitente», es un video ligeramente más elaborado de los que se suben en la actualidad a YouTube –o sea, malo pero con la frescura de la producción febril y espontánea– con la extraordinaria diferencia de que es el debut de Felipe Avello como actor (aunque, como bien decía Avello ayer en la presentación, «quizás siempre he sido uno»). Avello, quien además es el coguionista, por supuesto, termina robándose totalmente la película, en la que interpreta dos papeles: como el director del colegio del cual van a expulsar al protagonista, y de sí mismo. Cada momento de Avello en pantalla es hilarante y a uno le hace preguntarse porque lleva tanto tiempo perdiendo el tiempo en la tele y por qué no se dedica definitivamente al cine. Según leo en
el sobrestimulado blog de Sebadilla, pretenden hacer una película juntos en el futuro llamada «Avello por siempre», de la cual ya está escrito el guión. Prometen que «Repitente» estará en YouTube a partir de febrero, pero desde ya pueden ver el trailer.