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Pedro gana un Pedro

Peter Chaskel Benko, también conocido como Pedro Chaskel, ayer recibió una llamada de la ministra Paulina Urrutia a su teléfono celular. Ella le anunció que este año había sido seleccionado para recibir el premio Pedro Sienna a la trayectoria, el mismo que en los años anteriores habían recibido Sergio Bravo, Héctor Ríos y Alicia Vega. El premio es totalmente merecido y en este blog nos alegra que el siempre entusiasta Pedro sea reconocido por su infinita labor generosa de estar cerca del cine, y en especial, de aquellos que tienen convicciones al momento de acercarse a hacerlo. Yo a Pedro lo conocí de más cerca cuando en FIDOCS 2005 le dedicamos una retrospectiva de sus trabajos. En esa ocasión escríbí ese texto que les adjunto a continuación y que se publicó en Mabuse. ¡Felicitaciones a Pedro, que es uno de los tipos más generosos, sencillos e inspiradores que he conocido en mi vida!

Los ojos abiertos y los puños apretados

Por Gonzalo Maza

Pedro, el buenoEs curioso darse de cuenta de esto ahora, pero el talento documental de Pedro Chaskel es el mismo talento que se le exige a los buenos montajistas: su capacidad de asombro. La capacidad de ver el mundo cada día con ojos nuevos. Y la capacidad de construir una obra a partir de esa mirada.

Por supuesto, tan curioso no es. Pedro Chaskel es montajista. De hecho es uno de los montajistas más precisos e inspirados de la historia del cine chileno. En películas como «El chacal de Nahueltoro» y la trilogía de «La batalla de Chile», Chaskel tiene el don de mantener al espectador con los puños apretados y el interés intacto. Ya se sabe: un buen editor fílmico es casi un artesano. Va puliendo plano por plano las secuencias narrativas; debe volver a ver lo mismo muchas veces, sin perder la atención por lo que tiene al frente; y debe renovar constantemente su curiosidad por el material que monta para contagiar luego esa curiosidad al espectador.

Con los documentales de Chaskel sucede algo parecido: contagian curiosidad. No es casual que su primer trabajo fílmico haya sido sobre hallazgos arqueológicos («Aquí vivieron», 1962, codirigido con Héctor Ríos), y que esos «descubrimientos» se repitan a través de todas sus películas.