Este un excelente documental es ideal para quienes quieran adentrarse en el tema mapuche a partir de la detención de Elena Varela. «El juicio de Pascual Pichún» de María Teresa Larraín participó en los festivales de Valdivia y Fidocs del año pasado, y es un urgente llamado a la conciencia pero hecho con un relato ausente de estridencias.
Las circunstancias del caso a uno lo dejan con la boca abierta: para quienes no lo sepan, Pascual Pichún fue sentenciado a cinco años de cárcel por el crimen de «amenazas terroristas» y por el incendio del fundo y la casa de Juan Agustín Figueroa, actual presidente de la Fundacion Neruda, y figura contradictoria como hay pocas. No deja de ser esta una historia alucinante: por un lado está todo el peso del Estado y la justicia chilena que protege con particular celo algunos sectores de la sociedad, y por el otro está un tipo de ascendencia indígena sin más defensa que su propia convicción. Las circunstancias del caso lo transforman en emblemático. María Teresa Larraín (hermana de la escritora Ana María) estuvo grabando todo el juicio de Pascual Pichún, y la simple figura de los alegatos de los fiscales -escuchados en silencio por los acusados- son una clase de cómo se construye el discurso ciego que tenemos con un problema que no nos hacemos cargo ni como país ni como sociedad.
«El juicio de Pascual Pichún» (también conocida como «Besiege Land») fue financiada por el Sundance Film Institute, el Ontario Arts Council y el Canada Council for the Arts, es un visionado absolutamente recomendable, y puede comprarse desde el jueves pasado en todos los kioskos del país junto con The Clinic.