Finalmente caí en la tonterita del Twitter. La verdad es que hace meses tenía cuenta pero no terminaba de convencerme, hasta que me rendí ante su magnífica capacidad de síntesis. Básicamente, para los que viven siempre en la luna, Twitter es una plataforma de internet que permite posteos de blog de menos de 140 caracteres (algo así como los «status» de Facebook) y que uno puede linkear a otras plataformas. Así, por ejemplo, ustedes pueden leer lo que yo escribo en mi twitter acá en este blog, en la columna de al lado, donde dice «Acaba de pasar».
Como Jet Marte, Twitter es poderoso y sabe luchar. Así fue como en la noche del sábado pasado a través de mi Twitter pude anunciar que había ganado «La nana» en Sundance (los dos premios) precisamente porque estaba suscrito al Twitter del festival. O sea, noticias instantáneas, las breaking news que le dicen, de las cosas que realmente importan.
Pero también me subí porque muchas veces al día tengo minitemas que no dan para postear largo porque me dan lata, o porque tengo poco que agregar o porque encuentro que son ideas muy superficiales, o demasiado profundas, o porque temo que se rían de mi en los comentarios, o por lo que sea. Lo bueno es que el microblogging es más libre, y más inevitable, y más inmediato. Así que bien por eso. Yo voy a dedicarlo (más que a decir, «fui al baño» o «me corté el pelo») a linkear noticias o hallazgos que encuentre en internet, y que merezcan la pena destacarse. Y me imagino que algunos de ellos pueden crecer y pasar a ser posteos más tradicionales.
Hay varias maneras de seguir el microblogging: una, es abrir una cuenta propia de Twitter, y seguirme. Para ello, deben ir a www.twitter.com/analizame y presionar el boton bajo mi linda foto que dice «Follow», o sea, seguir. Así, recibirán mis actualizaciones (y las de todos sus demás amigos que estén en Twitter) en tiempo real. Otros, más fanáticos (y con Mac), pueden bajarse un programita exquisito llamado Twitterrific, que te avisa cuando alguien actualiza su twitter en tiempo real, y hace mucho más facil la publicación. O bien, más simple, si no quieren abrir cuenta de Twitter (comprensible) pueden saber de las novedades de este servidor con el típico RSS para seguir sus blogs habituales.
En mi caso, yo sigo a insignes microbloggers locales como JI Stark, Rodrigo Ferrari, Monserrat Nicolás (la bella y desconcertante blogguera política), Miguel Paz (de El Mostrador), Alejandro Alaluf (de Bola Extra), a Raveau, Roberto Arancibia (tipo siempre generoso) y amigos como el Leo, elChato y Pancho.
Yo por lo menos, estoy encantado. Si tienen sus cuentas de twitter, háganlo saber para seguirlos. Y por favor, no comentan esa estupidez de «no voy a abrir una cuenta porque esté de moda», que es la misma gente que decía «no voy a tener celular», «no creo en los blogs», «no pienso abrir cuenta de Facebook», y ahí los ven, finalmente con celular, blog y facebook, pero llegando tarde y calladamente. Yo no digo que Twitter sea la quinta maravilla, pero es una manera más (y bastante efectiva) de estar comunicados y conectados entre nosotros. De estar menos solos, si lo que quieren ver de una manera más melancólica. Tampoco sé si sea tan permanente. A ver cuánto dura. Eso sí, el problema es que lo mismo dije cuando partí con este blog hace ¡cuatro años! y aquí me tienen todavía…