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CINE CHILENO CRITICOS EN CARTELERA POLEMICA EN EL BAR

Hermógenes versus Ascanio (y Polo Muñoz versus el resto del mundo)

[…] – Yo les explico que [en los diarios] los propietarios y jefes pueden ser de derecha, pero no me pronuncio sobre eso, porque no podría probarlo en cada caso. Pero la mayoría de los periodistas es de izquierda, y éstos son los que escriben. Claro, hay artículos de fondo que explican las bondades del modelo de libertad económica y democracia política que legó el gobierno militar. Ése es el «jogo bonito». Pero en las secciones más masivas mandan ellos y nos meten todos los goles. Hablan de «la dictadura», de los «tiempos tenebrosos». Mira esta crítica de cine del sábado último, sobre la película chilena «Tony Manero», ambientada -dice- cuando se estrenó la original norteamericana «en el Chile sombrío y dictatorial de 1979». ¿Viste?

– Gol de mediacancha…

Eso escribió Hermógenes Pérez de Arce en su habitual columna protofascista el miércoles pasado en El Mercurio. Nada extraño, solo que estaba aludiendo a la crítica que hizo Ascanio Cavallo en El Sábado de la película «Tony Manero». Cavallo acusó recibo y esto fue lo que apareció publicado el sábado en la sección de Cartas del mismo diario:

Señor Director:

Creo haber sido aludido por Hermógenes Pérez de Arce en su columna del miércoles 10 de septiembre como el crítico de cine de «Sábado» que, desde «la izquierda», «hace los goles y habla del Chile ‘sombrío y dictatorial de 1979’ «. La condición de crítico exige reflejar lo que uno ve, no lo que quiere. Si la película «Tony Manero» mostrase un Chile luminoso y democrático, habría escrito «un Chile luminoso y democrático». Pero no es así. Aún más, mi descripción resulta comedida no sólo si se la compara con otras, sino sobre todo con lo que la película presenta. Pérez de Arce podría solicitar explicaciones por ello a los autores de la película, mucho más que a quien la comenta

Otra cosa es que quiera discutir en serio cómo era el Chile de 1979. Como bien puede imaginar, estoy disponible para ello. Ambos sabemos en qué estábamos cada uno en aquel año. Pero que suponga que me dedico a «pasar goles» en la crítica de cine me resulta francamente gratuito y ofensivo.

ASCANIO CAVALLO

Chistoso eso de «Creo haber sido aludido…». Hoy domingo apareció contrarrespuesta de Hermógenes.

Señor Director:

Ascanio Cavallo dice que le resulta gratuito y ofensivo mi aserto de que en su crítica de cine («Sábado», 06.09), él «hace los goles y habla del Chile ‘sombrío y dictatorial de 1979’ «. Argumenta que es la película criticada por él («Tony Manero») la que describe así al Chile de entonces, y no él.

No es así. La frase fue un juicio suyo, pues decía claramente que otra película, la original «Tony Manero», había sido estrenada «en el Chile sombrío y dictatorial de 1979», país que en mi columna probé que estaba pacificado y era próspero.

Cavallo añade críptica y ominosamente que «ambos sabíamos en lo que estábamos en aquel año». No sé el propósito de su frase, pero puedo decir que yo era director de un diario, «La Segunda».

HERMÓGENES PÉREZ DE ARCE IBIETA

Delirante, por decir lo menos. Pero no es el único intercambio epistolar que ha abierto «Tony Manero»: ahí tenemos la bravata de Nicolás López (en su blog DobleVerso) contra Leopoldo Muñoz de LUN, que como bien saben, le puso dos estrellas blancas a «Tony Manero» y a «La buena vida», que en terminología LUN significa «mala», a lo que se agrega la columna de Fuguet en Wikén de este viernes en que se refiere a la inutilidad de las estrellas en la crítica de cine, también a partir de los comentarios de Polo Muñoz.

Son hartos temas arriba de la mesa. Sobre HPDA versus AC, bueno, Hermógenes es tiroloco y me imagino que esta vez Cavallo no se aguantó la salvajada, pero me tinca que se tiene que haber arrepentido a los cinco minutos, porque con Hermógenes no se puede conversar mucho, ni de Chile, ni de 1979 ni menos de cine.

Lo de Polo Muñoz versus Nicolás López es otra pelea un poco más sofisticada. Opiniones tienen todos, y aquí caemos medio en la onda Premios Nacionales de Literatura, con todos estos escritores que se encuentran malos entre ellos, y se mandan recados públicamente como una manera de expurgar sus miedos. Si el cine se va a transformar en otro campo de batalla para el ego, no hay mucho que agregar… De nuevo, se anula el debate. Yo estoy en desacuerdo con varios de los argumentos de Polo sobre ambas películas, me parece con exagera en sus dardos, pero el crítico es crítico y hace su pega lo mejor que puede y si saca ronchas, esto es sin llorar. Total, es el tiempo el que mejor juzga y pone en perspectiva si el crítico le achunta o se equivoca.

Fuguet vuelve a poner el tema si las estrellas ya son un tema obsoleto. Yo trabajo en un diario y el tema de las estrellitas son un cacho, un reduccionismo, una lata pero también son un punto de partida. A veces matan toda reflexión, a veces la provocan. La pregunta es: ¿hay una salida? A mí me gusta el sistema que tienen en El Amante: publican dos o tres críticas de una misma película, y la anuncian con una frase más simplona pero que invita a leer: «A favor» o «En contra». A veces la complementan con «A favor, con reparos», o «Ni tan en contra» y luego puede salir otro crítico discutiendo lo que dijo el anterior.

Por supuesto, la pregunta es si los diarios pueden darse el lujo de dedicar más espacio a las críticas de cine. Ojala lo hicieran. Ojalá se pudiera recoger el guante de lo que dice un crítico o poner las cosas en una perspectiva mayor. Yo creo que el negocio de la crítica de cine no está en llevar gente a las salas ni en destruir películas: el negocio está en hacer pensar, hacer chocar argumentos, demostrar lo que se dice, y entregarse a las películas, no como fans ni detractores, sino que como conversadores, analistas, apostadores o por último, forenses.

Si nos entregáramos todos (diarios, críticos, directores) a las sutilezas del debate, de seguro tendríamos críticas más apasionantes. Pero para que algo así ocurra, primero hay que acabar con la idea ya bastante anticuada de los críticos-faros, que iluminan al resto sobre las verdades presentes en el cine, y asumirnos todos un poco más en lo que verdad somos, criticos-linternas, que iluminamos poco, pero si juntamos muchas linternas quizás logremos cubrir una área mayor de verdades.

Por supuesto, para bajarse del faro y empezar a ser linterna hay que manejar el ego. La pregunta es… ¿podemos?

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ADDENDUM / MAR 16 SEPT 2008, 9:03 AM: ¡Y la polémica sigue! Cavallo no se queda tranquilo con tanta ceguera y cabeza dura de Pérez de Arce. Hoy aparece una nueva carta en El Mercurio. ¿Serán las Fiestas Patrias que comenzaron adelantadas?

Señor Director:

Veo que no consigo que Hermógenes Pérez de Arce entienda mi punto respecto de la crítica de «Tony Manero» publicada en «Sábado». No me queda sino invitarlo a ver la película para que nos diga si lo que allí se ve no es un Chile «sombrío y dictatorial», el de 1979, año en que se estrenó la referencia principal de esta película (que no es un anterior e inexistente «Tony Manero», sino «Fiebre de sábado por la noche»: ¡cuánta confusión!), o si ve un país «pacificado y próspero» como a él le gusta recordarlo.

Mi alusión a que ambos sabemos dónde estábamos en 1979 no es ni críptica ni ominosa: sólo intenta subrayar que yo no lo ofendería acusándolo de «pasar goles» en sus textos.

Ascanio Cavallo