Hace unos días apareció en YouTube el teaser trailer de «La pasajera», el biopic sobre Gabriela Mistral que, según han dicho, hace varios años prepara Francisco Casas, conocido por ser junto con Pedro Lemebel parte de esa dupla artística de la segunda mitad ochentas llamada «Las yeguas del apocalipsis». La secuencia dura nueve minutos, está filmada en una sola locación (al parecer, con muebles del departamento de Felipe Bianchi, por los agradecimiento finales), y bueno, ha levantado una mini polémica porque a mitad del metraje, Gabriela Mistral (personificada por Claudia Celedón, con la frente levemente afeitada, en la mejor decisión de casting de los últimos años) se da un beso con su amiga Doris Dana (interpretada por la actriz María José Illanes). El video fue publicado hace una semana con el título «The woman passenger» y está con subtítulos en inglés.
¿Qué es esto? ¿Una nueva temporada de «Plan Z»? Yo entiendo, entiendo. Es para enganchar público y captar donaciones (según se lee al comienzo). Pero de acuerdo a lo que aparece hoy en La Tercera, esta es una película pronta a ser filmada. Y eso sí que es preocupante. Porque a pesar de solo vemos escenas saltadas, lo que queda después de verlo es que estamos frente a una película cuyo guión merece ser pulido, por decir lo menos. No es un tema de gusto, sino de tono: aunque la elección de Claudia Celedón es perfecta (la caracterización es muy buena), hay algo en el trailer que da risa, cuando uno asume que lo que quiere es provocar todo lo contrario: admiración. Puede ser que la Celedón haya hecho harta comedia y eso se traspase, pero no creo que ese sea el punto principal. Más bien, hay ciertas líneas de diálogo nada sutiles, como la escena de celos que viene justo antes del polémico beso:
GABRIELA: A ti Palma (Guillén) nunca te despertó simpatía.
DORIS: ¡Qué cosas dices! ¡Apenas la traté! La conozco solo por las cosas que me has contado tú, nada más.
GABRIELA: (fumando un cigarrillo) No te pongas celosa, Doris. Han sido demasiados años viviendo juntas. Estoy segura que ella te quiere. Solo porque sabe que estás conmigo. Que me cuidas, que me das mis comidas, que me das mis medicinas.
DORIS: (molesta) Así como lo dices parece que yo fuera un monstruo celoso, o sin sentimientos. O tu sirvienta.
O bien:
GABRIELA: ¡Yo ya no soy chilena! Recuerda eso.
DORIS: Okey, okey. Pero las cosas en Chile han cambiado mucho. Es que eres terca como mula y no me haces caso, Gabriela.
GABRIELA: Tú no sabes nada. (pausa) Me parece ridículo que hoy, diez años después de lo de Estocolmo, me quieran dar ahora el Premio Nacional de Literatura. No.
DORIS: Gabriela, debes contestarles.
GABRIELA: ¿Volver a Chile? Yo estoy enferma y vieja, Doris. Es un viaje largo. Y luego los festejos y las ceremonias… No. Yo ya no tengo fuerzas para todo eso.
DORIS: Eso ya lo dijiste cuando te dieron el Nóbel.
¡¡¡¡»Eso ya lo dijiste cuando te dieron el Nóbel»!!!! No, lo siento. Paso.