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ACTUALIDAD DOCUMENTALES POLEMICA EN EL BAR TV ABIERTA

¿En qué Tierra vive Sergio Nuño?

La Tierra en que Cobramos

Los hechos. Los porfiados hechos están ahí, en línea, para ser verificados por quien quiera:

1) El recién pasado sábado 2 de abril, TVN transmitió un episodio de la actual temporada de «La Tierra en que vivimos» de Sergio Nuño. El capítulo, parte de la serie «Las costas secretas de Chile» (se puede ver acá), hace una visita a la planta de celulosa Arauco en el río Cruces. «Al momento de nuestra visita», dice Nuño a los seis minutos, «todo parece funcionar de acuerdo a lo establecido», y nos muestra una pipeta de agua llena de agua prístina. Momentos después se sumerge en las tuberías donde la celulosa hace sus descargas de agua al río, y Nuño parece estar convencido: «Los difusores se encargan de diluir lo más eficazmente posible lo que vacía la industria para reducir el impacto en el medio ambiente acuático». En términos prácticos, el capítulo es una muy directa presentación de lo que han sido hasta ahora los argumentos de la empresa Celulosa Arauco respecto a la muerte de los cisnes de cuello negro en el río Cruces: que la responsabilidad de la extinción del luchecillo que comían las aves no es culpa de la empresa. Por si quedan dudas en el minuto 14, Nuño lo dice con claridad: «Los residuos han probado ser inocuos para el humedal».

2) Este miércoles 6 de abril, el CNTV decide acoger la denuncia presentada por el movimiento Acción por los Cisnes en contra del programa de TVN por presentar «un tratamiento inadecuado y arbitrario de lo acontecido en la zona de Valdivia».

3) Ayer jueves 7 de abril, en entrevista con la periodista Bárbara Cox de radio Biobío Valdivia, el gerente de asuntos públicos de la empresa Arauco, Iván Chamorro, aseguró que la empresa «contrató» a Sergio Nuño por sus servicios audiovisuales en la misma época en que éste estaba realizando el programa para TVN. Esto habría ocurrido hace un par de años. «Él arribo a sus propias conclusiones muchos años antes de lo que pasó en el río (…) Cuando Sergio terminó de realizar el programa, él nos mostró las imágenes por deferencia, vimos el material y le dijimos ‘Esto justamente tiene coincidencias con lo que hemos tratado de demostrar en el juicio'». Y le pidieron un video («un extracto, una versión de lo que ya había terminado previamente») que luego Arauco mostraría ante el tribunal que lleva el juicio contra Celulosa Arauco. El gerente hizo hincapié en el orden de los hechos: que primero Nuño habría hecho el trabajo documental para TVN, se habría formado su propia convicción, y que LUEGO la empresa le habría pedido que usara esas imágenes para el juicio. Aunque el gerente de Arauco entrevistado no quiso revelar del monto pagado a Nuño, dijo que habría sido «acorde a lo que valen esas imágenes».

Ahora, la interpretación de los hechos.

Estalla la polémica, que tiene por lo menos tres aristas. ¿Es independiente un realizador que trabaja para la televisión pública cuando es también contratado por una empresa que es parte de un juicio respecto a su responsabilidad en un caso de contaminación ambiental? Aunque nos llenemos de dudas, quizás podría serlo. Quizás Sergio Nuño podría ser de una integridad superlativa que le impidiera modificar sus opiniones a cambio de lo que pudiera pagarle una empresa. Pero incluso si tuviéramos fe en esa integridad, es difícil de demostrar si el realizador utiliza su programa para decir EXACTAMENTE lo mismo que la empresa ha declarado como su defensa.

Pero no seamos malpensados. Supongamos que Nuño cree firmemente por su experiencia que Arauco es inocente, que este caso es un curioso caso de coincidencia temporal entre la instalación de la planta de celulosa y la muerte de luchecillo, y que de verdad cree que las aguas de la planta son inocuas (así lo dice en esta entrevista). Eso no evita hacerse una segunda pregunta: ¿Tiene derecho a vender las mismas imágenes que hizo para la TV y con ellas hacer un segundo video que sería presentado como PRUEBA EN UN JUICIO por parte de la defensa de la empresa? Nuño parece pensar que sí, que se se puede ser un realizador independiente que venden sus imágenes a la TV pública y a privados. Mal que mal, él las filmó y se las vende al mejor postor. Por lo menos así lo da a entender en esta entrevista de radio Biobío, también del día de ayer. Lo dijo: «No recibí ningún centavo… ANTES de hacer el documental».

Lo que nos lleva a la tercera arista del tema, y para mí la más relevante de este momento: ¿Sabía TVN lo que había hecho Nuño? De saberlo, ¿estaba de acuerdo de que lo hubiera hecho? ¿O los ejecutivos de TVN recién se enteraron ayer del tema? Hasta ahora no ha habido una declaración pública del canal. Pero aquí está el punto más peliagudo del tema. Yo personalmente tengo diferencias éticas con lo hecho por Nuño: puedes defender un punto de vista como documentalista (y en esto, Nuño tiene razón: los documentalistas no hacen periodismo; tienen todo el derecho a presentar UN punto de vista). Pero si de verdad crees en la inocencia de Celco (así como muchos documentalistas pueden estar de acuerdo, por ejemplo, en la inocencia de comuneros mapuches) no presentas tu testimonio (y en este caso eso es, un testimonio audiovisual) a cambio de dinero. Me cuesta imaginar a Elena Varela o Dauno Tótoro cobrando por atestiguar o hacer un video que se muestre en un tribunal a favor de los presos políticos mapuches. Uno tiene todo el derecho de cobrar por su trabajo, pero las convicciones, según yo entiendo, no se arriendan.

TVN debe una explicación de todo esto. Si Sergio Nuño nunca les dijo que las mismas imágenes que ellos le encargaron fueron también vendidas a Celco para usarlas en un juicio, y que coincidentemente el punto de vista de su programa presentaba el punto de vista de la empresa, Nuño le debe una explicación a TVN. Y TVN debe determinar si este tipo de actuación está a la altura de los estándares de un canal público. Yo creo que no. Mañana, puede ser otra empresa cuestionada (Santa Isabel o Banco Estado, por nombrar las últimas denunciadas de «Esto no tiene nombre» del mismo TVN) que «requieran» los servicios de otro colaborador de TVN para defender sus posiciones en un juicio. Esto claramente es un conflicto de interés.

Ahora, si TVN estaba al tanto de asunto, es aún más grave. Significa que el canal público avala la posición de una empresa cuestionada y en juicio por un tema que lleva varios años en la prensa, y la presenta como hechos. Y está dispuesta a «arrendarse» para promover estos intereses. Justamente la semana pasada se informó del alejamiento voluntario de María Elena Wood como directora de programación de TVN, sin que haya elementos que permitan conectar este hecho con su salida. Me cuesta imaginar que María Elena Wood, que también es documentalista, avale una actuación como la de Nuño. Pero me encantaría escucharlo directamente de parte del departamento de Comunicaciones del canal público. Ojalá hoy.

Ve acá el programa de «La Tierra en que vivimos» de la polémica.
Escucha la entrevista al Ivan Chamorro, gerente de Arauco, hablando del pago a Nuño.
Escucha la entrevista a Sergio Nuño defendiendo su posición.