En la tradición de Julio Rojas, guionista de «En la cama», quien tuvo un intercambio epistolar con Mabuse, ahora es Mateo Irribarren quien defiende «Fuga» de dos que hicieron bolsa la película en sus respectivas columnas: Rafael Gumucio y Angel Carcavilla. Hubo más críticas negativas, pero Iribarren por alguna razón se centra en estos dos. La «contracrítica» aparece en el The Clinic de ayer y se llama «Basta de Gumucios y Carcavillas». El texto no está en internet, pero el destacado de la columna dice más o menos así:
«Rafael Gumucio y Ángel Carcavilla han mostrado la hilacha de manera brutal, no por eso, menos vergonzosa y provinciana. Además de improvisarse como críticos de cine y de destrozar la ópera prima de un joven de 29 años por el solo hecho de ser hijo del senador Hernán Larraín, muestran ellos mismos sus propias flaquezas, su nula capacidad de un análisis objetivo sobre la obra que fueron a ver».
Luego la crítica hace acusaciones más feas, como decir que la crítica que escribió Carcavilla en La Nación (la pueden leer aquí), es una «actitud matonesca» por quedar su empresa de asesorías de imagen al margen de la campaña de una película; o cuando Iribarren llama a los dos «custodios de la literatura y las artes de la Concertación» por «succionar recursos de las arcas de un Estado del que se sienten dueños y señores».
Chanfle. Hoy sí que van a tener tema de conversación los habitués del Liguria.
El ambiente anda así, no solo en el cine. También en la literatura, aunque estas peleas entre escritores no sean nada nuevo en el ambiente local. En el nuevo El medio blog, mantenido por la pertinaz Coneja Bulnes, se hace un espléndido resumen respecto a la guerrilla de declaraciones entre Gonzalo Contreras, Germán Marín, el crítico de The Clinic Mao Tse Tung, y el mismo Gumucio, entre muchos otros que han entrado al ring. Pelean por el próximo Premio Nacional, la última novela de Alejandro Zambra, «Bonsai», y varias cosas más. Es largo de explicar, pero la Coneja se da la pega y uno queda al día.
Bueno, así está la cosa: cuchillos y cuchillos. Ahora sólo falta que lleguen las ideas.