Historia verdadera. No puedo dar el nombre, porque es un amigo a quien no he pedido la autorización para poner su nombre acá. Pero le acaba de pasar, ahora, pocos días antes de Navidad. Mi amigo, que es montajista, le habían llamado para trabajar en Mega, para el programa «Aquí en vivo». Estaba todo listo: comenzaba el 1 de enero, contratado, con horario y sueldo fijo, algo que no tenía desde hace mucho tiempo, estabilidad que mi amigo estaba con ganas de tener un rato. Pero repentinamente le llamaron. Le dijeron que ya no lo podían contratar. Y la razón fue: «Su currículo tiene trabajos muy de izquierda, y no se contrata gente de izquierda en este canal». No estoy inventando esto. Le acaba de pasar, hace pocos días. Por supuesto, la supuesta «izquierda» de su currículo es haber sido montajista de documentales como «Estadio Nacional», o del concierto de los 30 años de la muerte de Salvador Allende. O haber trabajado para el Festival Teatro a Mil. No importa que mi amigo haya montado largometrajes, series enteras de televisión, y que haya trabajado con casi todas las productoras independientes de la plaza. No importa que él sea de esos montajistas que siempre tiene pega, muchas más pegas de las que puede hacer a veces. La verdad, no les importó la calidad de su trabajo. Importan sus supuestas «conexiones». No sé si esto es legal. Pero es vomitivo que siga ocurriendo. Por supuesto, la primera respuesta chilena siempre es «Pero cómo se le ocurre a tu amigo ir a trabajar a Mega…». Claro, si fuera periodista, lo entiendo… No estoy de acuerdo, pero en una lógica totalitaria un periodista podrían «infectar» los contenidos con ideas que no están de acuerdo con una línea editorial neofacista como la de ese canal… ¡Pero es un técnico! Pinochet murió en Chile, pero no ha muerto en el Mega, el canal cultural de Chile.
Categoría: POLEMICA EN EL BAR
¡Gente que habla de otra gente! ¡Qué horror!